El descenso extremo sobre hielo, el deporte de invierno del futuro​

Descienden a toda velocidad en patines por pistas heladas mientras hacen vibrar a un público enfervorecido: el "crashed ice", o descenso extremo sobre hielo, creado hace 15 años, ha llevado a los deportes de invierno a una nueva dimensión.

Actualizado: 22 de enero de 2018 —  Por: Redacción 180

El descenso extremo sobre hielo, el deporte de invierno del futuro​

PAUL FAITH / AFP

En Saint Paul, la capital de Minnesota situada en el corazón de Estados Unidos, es la fiebre del sábado por la noche. Un centenar de atletas, tanto hombres como mujeres, lanzan la temporada del tour mundial del Red Bull Crashed Ice, un producto típico de la marca de bebida energética.

De un simple espectáculo en 2001 durante una promoción comercial nació un nuevo deporte, que pone el foco en el hielo en medios urbanos.

Cuatro atletas se lanzan de lo alto de una estructura de 400 metros de largo de media por 3 a 8 metros de ancho, parecidos a los circuitos de BMX, pero de hielo. Protegidos como los jugadores de hockey, los atletas bajan a 60 km/h durante 35 a 45 segundos, saltan y toman curvas a toda velocidad con algunas caídas espectaculares que estremecen el cuerpo.

"Es en cierta manera una mezcla de todos los deportes que me gustan y que he practicado mientras crecía. Hay velocidad, evidentemente, pero también saltos. Y luego, es muy técnico", cuenta a la AFP el doble campeón del mundo, el estadounidense Cameron Naasz, que vive a algunos kilómetros de Saint Paul.

"Carrera loca"

"Es el todo lo que convierte el evento en algo espectacular. Es una carrera loca en plena ciudad delante de un monumento histórico (la catedral de Saint Paul) y delante de cientos de miles de personas... es grandioso", añade.

Saint Paul acoge esta etapa del circuito desde hace siete años. Con juegos de luces, música y pantallas gigantes, no falta nada para embelesar a un público entregado desde el principio.

Colocados alrededor de la pista, los espectadores se pegan a la estructura para animar a los deportistas golpeando sus manos contra las paredes. Algunos intentan incluso chocar la mano de los participantes, que "vuelan" sobre sus patines.

"La proximidad del público es lo que hace que la atmósfera sea tan intensa. No hay deporte en el que los espectadores estén tan cerca de la acción. El público tan encendido da una energía especial a los atletas. Pero la seguridad es lo primero que tenemos en la cabeza. En las curvas, por ejemplo, subimos las protecciones", explica el director deportivo del circuito, el canadiense Chris Papillon.

A lo largo de los años, el descenso extremo sobre hielo se ha profesionalizado para responder a las demandas de los atletas, cada vez más numerosos, así como de los países ávidos por acoger deportes de este calibre.

El circuito mundial se creó en 2010 y competiciones secundarias se multiplican en todo el mundo desde hace tres años. La Federación Internacional (ATSX) se creó en 2015 en Innsbruck, con 3.000 atletas inscritos de 40 nacionalidades. Incluso Brasil cuenta desde esta temporada con un representante y China organizará una parada por primera vez el año que viene, en Pekín o Shanghai.

"Ni de broma"

Los atletas que participan vienen sobre todo del hockey sobre hielo aunque también hay patinadores de pista, artísticos e incluso esquiadores. Todos buscan el subidón de adrenalina. 

Los entrenamientos son cada vez más profesionales, en las pistas de patinaje pero también en los skate-parks. Los profesionales consiguen ganar dinero gracias a los patrocinadores ya que los premios, de momento, no son demasiado altos: de unos 2.000 dólares para los hombres y de la mitad para las mujeres.

Eso sí, la gran mayoría no vive de ello: hay fisioterapeutas como la austriaca Alice Senz y bomberos como el canadiense Scott Coxhall.

La canadiense Jacqueline Legere, de 26 años, dos veces campeona del mundo, es doble de cine.

"Cuando le dije a mi madre que me había inscrito en el 'crashed ice' me respondió: '¡ni de broma!' Y ahora es mi mayor fan. Es verdad que parece peligroso, y puede serlo pero nos entrenamos para ello", subraya.

Nada parece poder detener el auge de este nuevo deporte, que el Comité Olímpico Internacional (COI) tiene muy en cuenta.

"Estoy seguro de que este deporte tiene un gran futuro", explica el presidente de la ATSX, el austriaco Stefan Aufschnaiter. En 2001, con su compañero Sigurd Meiche, fue uno de los precursores de esta disciplina.

(AFP)