Gargano lidera a un Peñarol imparable

Peñarol goleó 4 a 1 a River con goles de Cristian Rodríguez, Fabián Estoyanoff, Giovanni González y Walter Gargano, quien fue la gran figura de la noche. El volante central es el principal responsable de que el Carbonero tenga un presente inmejorable.

Actualizado: 11 de febrero de 2018 —  Por: Diego Muñoz

Gargano lidera a un Peñarol imparable

Nicolás Celaya / adhocFotos

Juega, anota y lidera a su equipo. Un jugador total. Desde el medio es el principal responsable de que la pelota salga clara, tenga buen destino. Si la jugada pide toque corto o cambio de frente lo hará, si lo que corresponde es meter una asistencia entre líneas para dejar de cara al gol a un compañero se la dará y si lo que hay que hacer es correr con el balón y patear al arco eso sucederá.

Gargano gestiona los partidos como nadie en el fútbol uruguayo. Sin ánimo de provocar admiración, el volante toma las decisiones que necesita el equipo. Con sencillez, ejerce de defensa para proteger a los centrales, de armador cuando saca la pelota del fondo, de asistidor cuando llega a tres cuartos de cancha, de finalizador si lo dejan acercarse al área. 

Llegó a Peñarol para cumplir con el sueño de jugar en el equipo que es hincha. Y llegó en plenitud. Versátil y comprometido, equilibra a su equipo y desequilibra al rival. 

Al lado de Gargano está Cristian Rodríguez, quien adaptado a su nuevo rol de interno mantiene la intensidad que lo caracteriza. Un poco más adelantado Maxi Rodríguez se luce con recorrido y sensatez para decidir cuando tiene la pelota en los pies y Fidel Martínez es un rayo. 

El Carbonero luce de forma óptima, domina a su adversario en todos los rubros del juego y se impone cuando se le presenta la oportunidad. Impecable en lo físico, lúcido de cabeza, paciente cuando la pelota no entra, Peñarol hizo del partido ante River un juego del gato y el ratón. 

Desde el inicio fueron más los de Ramos. La presión tirada en todos los sectores del campo le permitió recuperar la pelota con rapidez y a partir de allí atacar. Con Gargano como eje, Maxi Rodríguez se ofreció por el medio y Cannobio desniveló a velocidad por izquierda. 

En la primera parte el árbitro anuló mal un gol a Fidel Martínez y no sancionó un penal contra Cannobio. Esas incidencias, que no hace mucho tiempo hubiese perturbado al equipo, quedaron de lado para centrarse en el juego. Peñarol generó cinco situaciones claras de gol pero el arquero de River, Nicola Pérez, se transformó en figura. 

La segunda mitad fue arrolladora. Abrumado e intimidado por Peñarol, River solo atinó a defender. Pero las variantes del juego aurinegro fueron demasiado. Martínez se tiró algunos metros atrás y con buena lectura de juego comenzó a sacar algunas faltas. El ecuatoriano es hábil, ágil y vivo para intuir qué va a pasar en la jugada. A los 49 recibió una falta que el Cebolla cambió por gol con un remate fantástico al ángulo. 

Cuando dos minutos más tarde el capitán de Peñarol fue bien expulsado por una dura falta pareció que el partido podía cambiar. Sin embargo, con Martínez retrasado, Maxi Rodríguez como ladero de Gargano y la velocidad por las bandas jamás se notó el hombre de menos. 

A los 58 Gargano recibió en la mitad de la cancha y comenzó a correr hacia el arco. Se le ofrecieron sus compañeros a la derecha y a la izquierda pero él detectó que ningún rival le salía. Su carrera terminó a la entrada del área cuando decidió rematar abajo contra el palo derecho. Fue el 2 a 0 que liquidó el partido. 

La ventaja le permitió al aurinegro manejar el balón en la mitad de la cancha. Mientras, River se debatía sin ideas para atacar a Dawson. 

A los 73 Gargano volvió a encarar por el medio pero esta vez puso un pase de gol para Estoyanoff quien puso el tercero. Seis minutos después González anotó el 4 a 0. 

Matías Alonso descontó a los 84. 

Peñarol volvió a ganar con Gargano como figura sobresaliente. A esta altura las dos cosas son cotidianas.