Díaz Gilligan explicó en su carta de renuncia que, a pesar del respaldo incondicional que sintió, no creía necesario continuar aferrado al cargo en medio de un debate mediático sobre sus acciones en los años en que estuvo en la actividad privada. También afirmó que continuará demostrando su inocencia en todos los ámbitos en que se la reclamen y que las acusaciones en su contra son falsas.
La semana pasada El País de Madrid informó que el subsecretario de la Presidencia argentina fue titular de una cuenta en Andorra para ayudar al empresario Francisco Casal. “Tenía problemas en su país y me pidió el favor. Tenía un juicio con el fisco que ganó y no podía figurar. Confiaba en él. La plata nunca fue mía. Además, yo no ejercía entonces cargo público. Era asesor y facturaba como autónomo”.
La cuenta se abrió en 2012 y mantuvo su actividad, al menos, hasta diciembre de 2014.
Antes de que Díaz Gilligan presentara su renuncia, el presidente Macri dijo que iban a suministrar la información que sea necesaria. “Como cuando me tocó a mí. Entonces, espero que los funcionarios en los que yo confío demuestren que las acusaciones no tienen sustento y también va a ser muy importante el informe que haga la oficina Anticorrupción, que automáticamente y con absoluta libertad actúa en cada caso”, afirmó.