En un partido complicado, en el que sufrió hasta el último segundo, Peñarol volvió a ganar tras el empate ante Wanderers. Sin embargo, igual que en la fecha pasada en el Viera, el equipo se atascó en la etapa final. Eso permitió que su rival lo sometiera y que la victoria se pusiera en riesgo. Los cambios que buscó Ramos no resultaron para recuperar el control del juego. Pero lo que cuesta vale.
Liverpool hizo un buen partido. La propuesta de Pezzolano fue jugar sin temores desde el primer minuto, tratar de cortar los circuitos de fútbol de Peñarol, darle intensidad al equipo y velocidad al ataque. Tuvo la mala suerte que el árbitro, Leodán González, no le cobró un penal a favor y que el línea, Santiago González, se equivocó en su contra toda la primera parte y le cobró tres fuera de juego inexistentes.
En la primera mitad gobernó Peñarol. Ágil, Canobbio fue la mejor opción para atacar. El equipo llevó el juego hacia esa banda y el extremo complicó a Liverpool. Por el mismo costado se sumó Lucas Hernández. Por el medio, Fídel Martínez esperó como referencia de área.
Con pocos metros entre la defensa y el mediocampo, Pezzolano trató de atenuar la incidencia de Gargano en la creación de juego y de Maxi Rodríguez en la toma de decisiones. Pero aún así Peñarol generó varias situaciones de gol porque Martínez se tiró atrás y conectó con el argentino.
A los 28 Leodán González omitió un claro penal de Ramón Arias contra Martín Alaniz. Tres minutos más tarde llegó el gol de Peñarol. Martínez recibió un centro, asistió de pecho a Maxi Rodríguez que al entrar al área sacó una tijera perfecta para el 1 a 0.
Pareció que Liverpool acusaba el golpe pero después de algunos minutos recuperó la postura. A los 39 Núñez lo empató tras un descuido defensivo aurinegro.
La segunda parte empezó pareja. En buen estado físico, Liverpool corrió a la par de su adversario e inclusó lo superó en ese rubro. A los 57 Ramos puso a Fernández por Guzmán Pereira y a Palacios por Martínez. La salida del ecuatoriano sorprendió, sobre todo porque podría haberlo volcado sobre el extremo y sacar a Estoyanoff.
Sin embargo, apenas un minuto después de las variantes Fernández conectó de cabeza y anotó el 2 a 1.
Pero después de la ventaja Peñarol se frenó. Perdió el mediocampo, le costó tener la pelota y más aún lastimar en el área rival. Liverpool, por el contrario, se soltó y se sintió cómodo.
Pezzolano sumó jugadores rápidos para atacar. Sin contención en el mediocampo y con algunas dudas en defensa, el Carbonero se aferró a defender el resultado. Liverpool sitió a su adversario hasta el instante en el que el árbitro marcó el final del partido.
