“Sacrificar una industria para que la gente compre barato es aberrante”

La industria textil en general y de la vestimenta en particular están en riesgo. Así lo aseguran desde la Cámara de Industria desde hace mucho tiempo. El trabajo irregular y China son señalados como los responsables de esta situación. “Que un sector tenga que sacrificar 33 mil puestos de trabajo para que la población pueda comprar ropa barata me parece una aberración”, dijo a No toquen nada el presidente de la cámara de la Vestimenta, Elbio Fuscaldo.

Actualizado: 16 de marzo de 2012 —  Por: Emiliano Zecca

“Sacrificar una industria para que la gente compre barato es aberrante”

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La industria textil y de la vestimenta tiene unos 34 mil trabajadores y es uno de los sectores con más mano de obra. Sólo el sector de la Vestimenta tiene unos 24 mil trabajadores. Este miércoles, la cámara realiza un desayuno de trabajo para plantear la situación.

Este mes se votó una ayuda económica para el sector desde el parlamento pero según la cámara “la ley para apoyar al sector llegó tarde”. Según Fuscaldo, los 27 millones y medio de dólares que se otorgan en siete años eran para otro mundo, previo a la crisis del 2008.

Este es un sector en el que las importaciones superan a las exportaciones en un 75% y la visión de los empresarios es que los vendedores están de parabienes, porque con ese nivel de exportaciones quiere decir que hay un público que compra ropa.

El problema para la industria uruguaya es que se compra lo que viene de afuera y en esto tiene mucho que ver China, que no es un problema sólo de Uruguay, sino que lo es para muchos países a nivel mundial. Hace tres años, Uruguay importaba 60 millones de dólares, de los cuales 40 millones venían de China. Para este 2011, se estima llegar a 200 millones, de los cuales 120 millones son China.

“Es notorio que China hace dumping de precios y termina fijando un precio de referencia. Si un traje chino es una basura y vale mil pesos, y un traje uruguayo, bien hecho, vale seis mil pesos terminás comprando el chino de mil pesos. El salto de precio es tan alto que decís ‘para qué voy a gastar en un traje que me dure 10 años, si saco la cuenta y éste que me dura un año ya me alcanza y si necesito compro otro. Los chinos lo que han hecho es ir depredando mercados”, sostuvo.

También en esta realidad pesaron las trabas que puso Argentina al ingreso de vestimenta de Uruguay al no otorgarle las licencias para ingresar la mercadería. Argentina y Brasil son los principales compradores y después hay mercados secundarios como México.

Según dijo Fuscaldo, una de las cosas que pretenden para mejorar la situación es que la DGI y la Aduana sean más rigurosos. “Acá la vestimenta se vende en ferias, con ropa que viene de contrabando y con precios, en algunos casos, absurdos. Esto no es secreto para nadie. Muchas veces se ha dicho que es para proteger a la pobre gente que compra vestimenta barata, pero que un sector tenga que sacrificar 33 mil puestos de trabajo para que la población pueda comprar ropa barata me parece una aberración”, sostuvo.

Ataque a la informalidad

Pero esto es sólo una de las medidas que propone la ley para el sector. También hay una parte que sí conforma más a los empresarios. Ese es el capítulo donde se ataca a la informalidad en el sector, que alcanza casi un 50%.

Lo que se propone es registrar en BPS el trabajo domiciliario y hacer la trazabilidad de la vestimenta. “La idea es que en dos años se pueda saber cuál es su origen y si pasó por tres talleres, que tenga la etiqueta de esos tres talleres. Así se va a poder saber quien la hizo”, afirmó.

El dinero que llegó tarde

La subvención, con cargo a Rentas Generales, será de 5 millones de dólares anuales en los primeros tres años. Luego se les dará 3 millones 750 mil dólares en los dos años siguientes y 2 millones y medio de dólares los últimos dos años.

La ley se elaboró con los aportes de trabajadores y empresarios. Ambos sectores serán beneficiados. Un 33% del dinero es para las empresas, un 33% para los trabajadores y el resto para proyectos de desarrollo de las empresas (34%).

Esto significa que el sector empresarial recibirá por año un poco más de un millón y medio de dólares. En el país hay unas 1.500 empresas y si se dividiera en partes iguales, a cada empresa le tocarían unos 10.000 dólares anuales.

Además, la ley establece que cada empresa no podrá recibir más del 20% de su masa salarial. Según Fucaldo, esa ecuación no le cambia la realidad a ninguna de las empresas.