Portal 180

¿Cuál es la propuesta para el 27 de julio en La Trastienda?

La propuesta del 27 es bastante atípica porque junta varias etapas de mi vida y de mi música, trae cosas viejas y cosas nuevas. Es un show de rock que tiene que ver con mis ganas de volver a mi pasado rockero. Socio hasta ahora dejó de lado ese sonido, estaba asociado a una cosa más popera.

Es un momento más liberado en lo musical. Digamos que la música de Socio siempre estuvo asociada a algo bastante tecno, electrónico, que a mí me gusta mucho. Lo que hicimos fue liberar esas canciones de ese bagaje tecnológico y tocarlas más a tracción a sangre, de otra manera y empezar a disfrutar mucho.

Dentro de eso de revalorizar mi pasado rockero hay canciones que volvieron a tener sentido.

¿Cuáles?

Gris, por ejemplo, de Loop Lascano. Tengo muchas ganas de tocarla.

En un momento estabas peleado con esa canción porque habías quedado muy pegado. Ahora querés volver a ella.

Al principio fue un poco difícil porque fue una canción que se disparó más allá de lo que uno podía esperar. Eso funciona a veces como un ancla. Te ata a un momento de tu vida y si no hacés nada nuevo, quedás ahí. Durante mucho tiempo fue como una mochila. Ahora no, es una amiga. Tengo ganas de tocarla.

¿Cómo se da esa ida y venida entre géneros? Tus discos son muy diferentes uno del otro y, como decís, hiciste rock, luego te volcaste al pop y al tecno, ahora querés volver al rock.

Yo siento que eso es natural en mí, me gustan muchas músicas, muchos estilos. Hasta hoy he intentado coquetear con ellos a ver qué pasa, por lo menos. Quizás ahora siento que se está definiendo algo, de lo que toqué en mi primer disco, en Aurora (el segundo), en Miss Wichita, en Loop Lascano... es un momento de pasada de raya, decir esto me encantó, acá me siento cómodo, esto no me gusta, es un traje que no me queda muy bien.

Siento que el próximo disco de Socio, que está marcado para que salga en marzo, va a bajar a tierra todas esas experiencias, esas idas por caminos diferentes, y va a definir mi personalidad musical.

Tu personalidad puede ser la diversidad, ¿no? Como que no tenés prejuicios al abordar las cosas.

Exacto. Eso es natural en mí, no quiere decir que ahora solo vaya a hacer funk y boleros. Para mí incorporar el rock a Socio es como completar una foto. Antes no lo veía así, no me preocupaba. Pero ahora sí.

Antes de ese disco, vas a lanzar uno de remixes de canciones de tus dos discos anteriores. ¿Cómo es eso de dejarle tus temas a otros?

No es algo que yo haya pensado. Me llamó un amigo que tocaba en Omar, Nacho Benedetti, y me dijo que le encantaba una canción y quería hacer un remix. Se la di. Después vino otro y otro y así se empezó a dar.

¿Por qué creés que pasa eso con tus canciones?

No sé. Esto empezó en el 2008, el material se empezó a juntar y ahora se da que está el material suficiente como para sacar un disco.

¿Cómo es el proceso, vos intervenís o dejás que trabajen solos?

Mi injerencia fue muy poca. Lo que hicimos con la banda fue aprovechar el momento y regrabar canciones, hacer nuestros propios remixes, con la banda. Nos metimos en el estudio y grabamos, por ejemplo, “Nos fuimos estrellando” en versión rockera.

Lo que yo veo en este disco es que hay una canción, Fan de Faith No More, que introdujo una cosa nueva en mis temas: el humor. Socio a veces para mi pecaba de serio o de sufrido, de existencial...

Montevideano...

Montevideano. Esa canción es más lúdica. Establece una especie de chiste interno. Nosotros somos una banda muy chistosa, nos reímos bastante, y eso quedaba relegado. Ahora salió y para mi fue como una liberación. Esto está bueno, es importante que salga porque también es parte de nosotros.