Aguerre alertó por déficit hídrico asociado a altas temperaturas

El ministro de Ganadería Tabaré Aguerre dijo ayer que Uruguay todavía no tiene instalado un escenario de sequía pero si de déficit hídrico. La situación ya tiene impactos en el país con afectación de los rendimientos de los cultivos de verano, donde la soja es el principal.

Actualizado: 14 de abril de 2015 —  Por: Redacción 180

Aguerre alertó por déficit hídrico asociado a altas temperaturas

adhoc/©Javier Calvelo

Según dijo Tabaré Aguerre este lunes, la situación está siendo monitoreada y no existen previsiones de un otoño menos lluvioso que el promedio.

“Tenemos en algunas zonas del basalto y en algunas zonas del este, sobre todo en los suelos más superficiales de las sierras, niveles de agua que están por debajo del 20% del agua que puede almacenar un suelo. Es una situación de monitoreo permanente, donde por suerte todavía los indicadores de índice verde, es decir lo que nos indica crecimiento forrajero, hasta los últimos 15 días era aceptable para un período de verano”, explicó Aguere.

Sin embargo, esto se agrava porque “el déficit hídrico se da asociado a temperaturas que están fuera de lo normal para esta época del año, lo que constituye un aumento de la demanda por parte de los cultivos como de las pasturas”.

Aguerre espera que las lluvias pronosticadas para estos días alivien la situación y bajen la demanda de agua.

El ministro Aguerre explicó a la salida del Consejo de Ministros, que técnicamente todavía no hay una sequía declarada pero que ya se sienten los efectos. También destacó que, en contraste con la última sequía, que se produjo en 2010, el gobierno está en estado de alerta con varios días de anticipación.

“La diferencia entre déficit hídrico y sequía es que se constituye sequía desde el punto de vista de meteorología cuando transcurren 90 días de déficit hídrico. Desde el punto de vista de una pastura, de una vaca o de un productor que está enfrentando una situación de 60 días sin lluvia poco importa si se llama de una forma u otra”, explicó.

Aguerre dijo que hay que trabajar en la gestión de los riesgos. “Esto implica la construcción incluso de un sistema de alerta temprana. Que hoy estemos 20 días antes de la fecha en la cual en la emergencia anterior, en noviembre y diciembre de 2010, se declaró la emergencia, implica una actitud proactiva. Ojalá no tengamos que declarar la emergencia agropecuaria”, afirmó.

En su exposición Aguerre confirmó que los cultivos de verano ya se vieron afectados de forma irreversible por la falta de agua. Además, a pedido de un periodista, hizo una estimación de la magnitud de las pérdidas económicas que la caída de los precios internacionales y la falta de lluvias en febrero y marzo lo ocasionarán al país.

“Sobre 1.200.000 hectáreas de soja, una pérdida de 200 dólares y una productividad de 2.500 kilos, estamos hablando de tres millones de toneladas que por 200 dólares menos (por tonelada) son 600 millones de dólares (de pérdida). Si a eso le pone un 20% de pérdida de rendimiento por el clima, tal vez la combinación de caída del precio y efectos del clima tenga una pérdida equivalente a toda la cuenta de turismo receptivo que tiene el Uruguay. De esa magnitud estamos hablando y por eso tenemos que generar una estrategia de mediano y largo plazo donde el agua que nos sobra durante muchos períodos del año pueda ser un insumo que se utilice de la misma manera que se utiliza la genética, la fertilización, la nutrición vegetal o la mecanización agrícola”, afirmó.

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