“El día viernes a las nueve de la mañana de hora de Washington va a estar publicada la norma para importación de carne ovina con hueso proveniente de los compartimientos de bioseguridad establecidos”, anunció el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre.
La posibilidad de ingresar a ese mercado se dio a través de una innovación tecnológica que se desarrolló el año pasado en Uruguay, los compartimientos ovinos, para garantizar las condiciones sanitarias de la carne a exportar. Así lo destacó Aguerre, en setiembre del año pasado, cuando se anunció el ingreso a Estados Unidos de la carne ovina sin hueso.
“Existía en un rinconcito de la letra chica del Código de la OIE una posibilidad hacer algo que nadie había hecho en el mundo: desarrollar un compartimento sanitario que en realidad no es otra cosa que un compartimiento con bioseguridad diferenciada. En un campo del SUL, con financiamiento del INAC, con la participación y certificación del Ministerio y con el apoyo del INIA, en definitiva logramos instalar ese compartimiento”, explicó Aguerra.
El ministro recordó este miércoles que “en la actualidad hay una experiencia piloto que lleva adelante el Secretariado Uruguayo de la Lana, pero no está referido a ninguna cantidad de productores, sino que sean animales que cumplan con determinadas condiciones”. Se necesita una muestra de sangrado sin presencia de virus, que los ovinos se trasladen a un predio en condiciones de bioseguridad sanitaria, donde no estén en contacto con vacunos y sean sometidos a diversas formas de alimentación. Cuatro o cinco meses después, se podrán retirar hacia un frigorífico que realice la faena para enviar a Estados Unidos.
Un dato no menor es que Uruguay está en su piso histórico en materia de rodeo ovino: en 2015 Uruguay registró la menor existencia de ovinos en su territorio, por primera vez por debajo de los siete millones de cabezas.
El ministro recordó que en Uruguay hay 15.000 productores ovinos, 13.000 de ellos son de pequeña y mediana escala, en la misma línea de lo que había destacado el año pasado cuando se aprobó el ingreso de la carne sin hueso.
“Uruguay es hoy un país de menos de ocho millones de ovinos. Por distintas razones de competencia por los recursos, problemas productivos, predadores, abigeato, la actividad del ovino se ha disminuido. Cuando hablamos agricultores familiares tenemos que acordarnos que el 70% de ellos son ganaderos y dentro de ellos muchos están en suelos donde no tienen opciones agrícolas o lecheras, donde el ovino es una alternativa fundamental”, afirmó.
