La jueza de familia Iris Vega resolvió mantener a los hijos de Valeria Sosa, asesinada por su ex pareja policía, con sus abuelos paternos. Para tomar su decisión se basó en el testimonio de los niños que declararon en el juzgado que no querían dejar de vivir con sus abuelos en la casa donde se encuentran actualmente.
La fiscal cuestionó que la jueza desestimó las opiniones de la psiquiatra infantil tratante de los niños, del Equipo Técnico del juzgado y del Centro de Atención a las Víctimas del Ministerio del Interior. También dijo que no tuvo en cuenta el contexto en el que se dieron.
“El equipo del juzgado no tiene psiquiatra infantil, pero tiene psicólogos y asistentes sociales que elaboraron su informe donde aconsejan que pasen a la abuela materna y que a los niños no había que volver a interrogarlos. Después la psiquiatra del Hospital Policial que los está tratando habló del discurso no genuino y del estado emocional en el que ellos se encuentran. Yo no me explico por qué la opinión diferente a lo que dicen los técnicos”, sostuvo.
La fiscal dijo que las declaraciones de los niños parecían “programadas”.