Peñarol sigue en carrera por su rebeldía y el error de un línea

Peñarol le ganó 3 a 2 a Rampla en un partido emocionante, que perdía hasta los descuentos y dio vuelta con dos goles de Mauricio Affonso. El segundo fue un tremendo fuera de juego.

Actualizado: 19 de marzo de 2017 —  Por: Diego Muñoz

Peñarol sigue en carrera por su rebeldía y el error de un línea

Javier Calvelo / adhocFotos

Es imposible no comenzar por el final cualquier análisis que se haga de lo que pasó en el Campeón del Siglo. En el primer minuto de descuento Peñarol había conseguido el empate, un resultado que tampoco le servía en la lucha por las primeras posiciones de la tabla. Con las tribunas encendidas, con el público en ebullición, llegó la última jugada del partido. Cayó un pelotazo fuera del área de Rampla, Cristian Rodríguez la bajó cómo pudo, avanzó por la zurda y metió un centro al medio. Allí, dentro del área, al menos un metro fuera de juego, estaba Affonso quien conectó a la red y puso el 3 a 2.

El gigantesco fuera de juego que no sancionó el línea Horacio Ferreiro ni el árbitro Jonathan Fuentes, le permitió al Carbonero conseguir una victoria salvadora.

Otra vez el equipo de Ramos mostró carencias en la elaboración de juego y regaló una hora de partido. Su mayor virtud sigue siendo la convicción, el ímpetu que pone para jugar.

Rampla planteó un partido inteligente, atacó con precisión y estuvo a las puertas de la victoria. No supo defender la victoria cuando su rival se le vino arriba y luego, sufrió el grave error arbitral que lo privó del empate.

En el Campeón del Siglo se jugó un partido que tuvo uno de los finales más electrizantes del torneo.

Durante la primera parte Peñarol volvió a exhibir todas sus incertezas. Un equipo que no luce asociado, que no tiene rotación ni velocidad, que se muestra incapaz de generar peligro contra el arco rival.

No hay conexión entre los laterales y los extremos, no genera juego el mediocampo y no les llega la pelota a los de arriba.

Rampla armó un esquema con recaudos defensivos pero sin renunciar al arco de enfrente. Tuvo buenos momentos el Picapiedra, que se impuso en la mitad de la cancha y a partir de ahí dominó tácticamente.

En la segunda parte llegaron las emociones. A los nueve, Emiliano García ejecutó un tiro libre ante una barrera que se abrió de forma inconcebible. La pelota pasó por el medio y se metió contra el palo derecho de Guruceaga.

Ya con Gastón Rodríguez en cancha, entró por Junior Arias, y Diego Rossi, suplantó a Guzmán Pereira, Peñarol intentó conectar el medio con el ataque. A la vez, se adelantó en el campo de juego. Eso dejó espacios en defensa que Rampla no supo aprovechar.

Sobre los 23, cuando estaba pronto Lucas Cavallini para sustituir a Marcel Novick, el volante recibió fuera del área y anotó el empate. El control orientado con su rodilla y el posterior disparo contra el palo izquierdo de Rodrigo Odriozola demostraron que Novick tiene más virtudes con el balón en su poder de lo que muchos creen. El golazo fue lo último que hizo en el campo.

Peñarol quedó sin Pereira ni Novick, diseñado con una clara vocación ofensiva pero sin contención en el medio. Era Nández el único que corría de manera frenética en esa zona.

Sobre los 80, Rampla se puso en ventaja. Un centro perfecto desde la izquierda lo conectó Alex Silva para poner el 2 a 1. El golpe de cabeza del goleador Picapiedra puso patas para arriba a Peñarol que para peor tres minutos más tarde sufrió la expulsión de Gastón Rodríguez.

Con ese panorama, el aurinegro volvió a apelar de la rebeldía para incomodar a Rampla. Rossi por la derecha, Cebolla por izquierda, Affonso y Cavallini en el área, era la apuesta de Ramos.

Así se llegó a los descuentos, donde gracias a la precisión de Affonso y al grave error de los árbitros, Peñarol festejó.