Diego Muñoz

Bueno, Zunino y una perfecta jugada de ajedrez

En el ajedrez el objetivo final es hacerle jaque mate al rey del adversario. Amenazarlo, rodearlo, dejarlo sin defensa posible ni escapatoria. Ahí donde se mueva, la pieza clave estará rodeada y en peligro. Entonces se termina la partida. Para conseguirlo es necesario incluso dejarse comer alguna pieza de segundo orden como parte de la estrategia.

Actualizado: 07 de agosto de 2017 —  Por: Diego Muñoz

Nacional hizo una jugada de ajedrez previo al Clausura. En un único movimiento se reforzó con dos figuras trascendentes a la vez que debilitó a su principal adversario en la pelea por la tabla Anual.

Cualquiera que haya visto el primer torneo del año coincidirá en que tanto Matías Zunino como Gonzalo Bueno fueron determinantes en el título violeta. De lo mejor que había disponible, Nacional se movió en silencio y cerró las incorporaciones a poco de comenzar el Clausura, lo que le agrega otro problema a Defensor porque el tiempo para suplantarlos escasea.

Hay que ver cómo responde ante el peligro Eduardo Acevedo.

El presidente de Defensor, Daniel Jablonka, se enojó e hizo declaraciones poco felices. El Tricolor fue por los jugadores amparado en el reglamento. No cometió ninguna ilegalidad. No es culpa de Nacional si está permitido contratar futbolistas que en el mismo campeonato defendieron a otro club.

Tan cierto como que los traspasos alteran el desarrollo de la competencia, porque un equipo se refuerza a costa de otro y justo se trata de los dos mejor posicionados en la Anual, es el hecho de que reglamentariamente los jugadores pueden cambiar de club.

Y la directiva de Nacional, su gerente deportivo, su cuerpo técnico, deben pensar en Nacional. Eso le exige su gente, a la que se deben. Nacional no obligó ni a Bueno ni a Zunino a que cambiaran de club. Con más poder económico que Defensor, los sedujo y se los llevó.

En un plano similar Defensor contrata para reforzar sus planteles jugadores de equipos más modestos y con menos recursos que sufren la misma situación que atraviesa el violeta esta vez.

La única diferencia es que acá uno y otro están peleando por lo mismo a nivel local. Y hace más ruido.

No está en discusión los beneficios que en el fútbol uruguayo han tenido los grandes y lo que deben padecer los chicos. Pero esta vez solo hubo una transacción por dos jugadores amparado en las leyes del mercado, en la libertad de los jugadores a decidir y sin burlar reglamento alguno. Por tanto es un error declarar amparado en un terreno moral inexistente en el fútbol de hoy. Si todos los equipos buscar sacar ventaja en cualquier ámbito por qué no lo intentarían en lo deportivo. De última es el más noble para hacerlo.

Esta semana Neymar dejó el Barcelona y pasó a reforzar al PSG, rival directo del equipo catalán en la pelea por la Champions. El equipo francés pagó 222 millones de euros por la cláusula de rescisión y se lo llevó. Neymar tenía contrato vigente y ganaba 15 millones de euros al año. El fútbol se convirtió en esto y cuando uno compite acepta las reglas del juego. Ponerse en víctima no es el camino indicado.



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