El Tanque sobrevivió de la misma manera durante años. Lleno de deudas llegaba al día previo al inicio del torneo. Entonces su presidente, Freddy Varela, conseguía una parte del dinero adeudado, refinanciaba el resto y se presentaba a jugar. Pero ahora no resultó.
Según dijo Varela a El País, consiguió “casi 250.000” dólares de los 357.000 que debía. No alcanzó. Los jugadores, cansados de la desprolijidad y de que la refinanciación estuviera llena de trampas, se negaron a acordar. Eso resultó determinante para el desenlace.
Los futbolistas del plantel son los principales perjudicados por esta irresponsabilidad. Si bien quedan en condición de libres y pueden ser contratados por cualquier club del fútbol uruguayo, todos los equipos de Primeras División están armados.
Varela, un servil útil de la empresa de Tenfield y de Víctor Della Valle, creció gracias a quienes le dieron plata porque era su brazo ejecutor en la AUF, a los que aplaudieron sus chanchadas y a los que le pusieron sus micrófonos. Mientras, los jugadores lo padecieron. Facundo Barcelo, ex jugador del club, contó a 180 en setiembre del 2015 la trampa de Varela para jugar sin pagar. Barcelo firmó en enero con El Tanque. En todo el semestre el club solo pagó en marzo una parte de un mes. “Varela nunca aclaró a qué mes correspondía ni nos dio un recibo”, dijo a 180 el jugador. Barcelo reclamó pero Varela trancó el reclamo con una artimaña y empezó el torneo sin pagar la deuda.
Ante la ausencia de El Tanque, el Uruguayo que comienza este sábado tendrá 15 equipos y habrá fecha libre.
