Un día con el Barcelona en Uruguay

El Barça se instaló en Montevideo para realizar un campus de entrenamiento. Se anotaron 602 niños, que durante una semana entrenaron de la misma forma que los chicos del club catalán. “La idea principal es transmitir los valores del club a todo el mundo y la segunda es hacer extensible la metodología que utilizamos allá”, dijo a 180 el coordinador general del Barcelona, Mark Pyniol.

Actualizado: 10 de febrero de 2018 —  Por: Diego Muñoz

El Camino Pichincha está revolucionado. A los costados de una calle angosta se estacionan como pueden autos y camionetas. Entre ellos, la gente se sienta en reposeras y toma mate.

Del otro lado del alambrado, sus hijos, sobrinos o nietos viven la experiencia de entrenar con el Barcelona. Vestidos con indumentaria del club y supervisados por profesores catalanes y uruguayos, 602 niños de entre siete y 15 años realizan durante una semana el FCBCamp.

En el complejo deportivo del Náutico se realiza el primer campus del Barcelona en Uruguay. Se trata de una semana en la que se entrena de la misma forma que lo hace el Barça. “La idea principal es transmitir los valores del club a todo el mundo y la segunda es hacer extensible la metodología que utilizamos allá. En cinco días no da tiempo a hacer lo que hacemos todo el año pero sí que los jugadores prueben una manera de entrenar, una tipología de ejercicios muy típicos nuestros”, dijo Pyniol.  

Todo remite al Barça. No solo en el entrenamiento gemelo al que se hace en Cataluña. En el sitio sobresale el escudo del club y las imágenes de jugadores y jugadoras del equipo.

El coordinador del campus destaca que el objetivo no es buscar buenos jugadores. “Nunca es ese”, afirmó. “Es totalmente formador, poder llevar el club al mundo, que los niños puedan disfrutar de una manera de hacer, una manera determinada que está teniendo éxito a nivel mundial. Venir aquí y transmitir eso”, explicó.

El número de inscriptos sorprendió a los catalanes. Nunca antes un primer campus había tenido semejante cantidad de niños. Separados en dos turnos, mañana y tarde, los 602 chicos llegan y comienzan a trabajar por edades. A la hora del entrenamiento, se forman equipos que llevan los nombres de la plantilla principal del Barça y figuras relevantes de la historia del club.

Con 25 años Pyniol supervisa todo lo que sucede. Comenzó a trabajar en la Escola a los 18 y recorrió varios países. “Llegar la primera vez a un país que el tamaño y el nivel de población no es mucho y tener esta cantidad de chicos es una locura. Estamos muy contentos con la aceptación”, comentó.

“Pocos días antes tuvimos que llamar para decir que faltaban nombres para hacer los equipos. No lo podían creer. Eso te demuestra la dimensión de este primer campus”, dijo a 180 Diego Benech, director de BIGSports, partner del Barcelona en Uruguay.

Del total de inscriptos hay 254 niños del interior, algo que sorprendió a los organizadores. “Llegan camionetas del interior y se quedan ahí afuera viendo a los niños”, agregó Benech.

Lo que también llamó la atención fue que solo se anotaron 24 niñas.

Los entrenamientos

Las cinco canchas del complejo deportivo se dividen para los entrenamientos. Cada profesor uruguayo se encarga de una y los entrenadores del Barcelona supervisan de a tres canchas por ejercicio. Todos pueden detener los movimientos para hacer correcciones. Para eso, el día previo al inicio del campus, hubo una jornada de capacitación para los profesores uruguayos. “El domingo hicimos una larga jornada de formación con los 26 profes uruguayos. Hablamos un poco del proyecto, del club, de la historia, y  de tarde entramos más en contenido y metodología”, dijo Pyniol.

Allí los catalanes mostraron el modelo de entrenamiento del Barcelona y se planificó cada sesión de cada día de la semana. Además, todos se reúnen al final de cada jornada para evaluar lo hecho y preparar lo que viene.

“Los niños tienen 12 horas de entrenamiento y en 12 horas no hay tiempo para todo. Desde el Barcelona hacemos una selección con todos los contenidos futbolísticos que tenemos y cada día en progresión vamos metiendo uno. Primero trabajamos creación y ocupación de espacios, luego circulación de balón, el siguiente es progresión en el juego, luego finalizaciones y el último día es un repaso global. Al final es como picar un poco de cada plato, probar, para que salga algo más global”, explicó el coordinador general.

Durante la sesión llama la atención la insistencia para que los niños tengan el balón, lo hagan circular y lo protejan. Explicó Pyniol que el objetivo es que “tengan paciencia” con la pelota en los pies. “Hemos podido ver que a la mínima que hay problema el balón arriba y se acaba. Intentamos transmitir que eso no es lo ideal. Además aquí lo bueno es que no tienen presión de nada. No nos importa nada si al final del día un equipo queda primero o último. Lo que queremos es que comprendan la globalidad del juego y que a través de los contenidos que estamos dando en el campus intenten mejorar y que tengan paciencia y calma con el balón”, añadió.

Otro detalle es que los goles deben festejarlos todos juntos, incluso el arquero debe correr a abrazar a quien lo anotó. Si eso no sucede, no se convalida el gol. “Es un ejemplo de las otras variantes y condicionantes que se dan para que los chicos entiendan que el fútbol es un deporte colectivo, que se trata de una cosa de todos. Que el que mete el gol finaliza pero en el proceso de una jugada en el juego de Barcelona tiene que haber muchas más cosas y es solo un reflejo”; explicó Pyniol.

La Escola y los campus

Benech trabajó durante varios meses en el proyecto. “El proyecto Escola mueve alrededor de 35 mil niños por año y está presente en 40 países. Lo que hemos hecho en esta primera experiencia es iniciar con un campus pero el objetivo es tratar de montar la escuela definitiva”, dijo el director de BIGSports.

Las ciudades en las que hay escuela permanente cuentan con profesores catalanes que se instalan allí y trabajan diariamente con los chicos. Lima, San Pablo, Rio de Janeiro, Bogotá, Medellín y Cali son las ciudades de Sudamérica que tienen escuelas del Barcelona.

Al finalizar la sesión de entrenamiento se escucha el himno del Barça, los niños se juntan en un costado de uno de los campos, las puertas del complejo se abren y los padres caminan hasta el medio de la cancha. Entonces, cada chico saluda al profesor y se va con la lección aprendida y su sueño a cuestas.