Alejandro Dolina retoma su “comunicación superior” con el público uruguayo

“La venganza será terrible” está en vivo de nuevo en Uruguay desde el 1 de febrero, a través de DelSol 99.5 FM. Una novedad que tiene muy contento a Alejandro Dolina porque “siempre” le ha ido "muy bien" con el público uruguayo. Un país que se jacta de conocer profundamente, a nivel Villa Española y no Punta del Este.

Actualizado: 11 de febrero de 2018 —  Por: Mauricio Erramuspe

Alejandro Dolina retoma su “comunicación superior” con el público uruguayo

Alejandro Dolina en DelSol 99.5 FM (DelSol)

Dolina habló con 180 de esa relación con Uruguay, del inicio de una nueva temporada tras más de 30 años en el aire, de la improvisación, de la relación con sus seguidores y de sus críticas al gobierno de Mauricio Macri.

Fue una visita de un día a Montevideo, para hacer notas y promocionar su desembarco en DelSol. El programa volverá a presentarse en vivo en Uruguay el 28 de abril, a las 21.30, en el Auditorio del Sodre.

 

¿Cómo encara una nueva temporada luego de más de 30 años en el aire y con un formato que es un clásico de la radio? ¿Se plantea cambios, tiene esa necesidad?

Lo que cambia es la vida de todos los días pero lo que permanece igual son las pequeñas formas radiales. Tenemos una cantidad de bloques, una manera de presentarnos, una duración. Eso permanece sin modificación porque a mí me da la sensación que no es lo sustantivo. Lo sustantivo está en los contenidos, en las pequeñas ocurrencias que podamos tener cada noche, en el pensamiento que seamos capaces de crear cada noche y no en la cortina nueva, el título nuevo o una sección diagramada previamente.

No me atrae tanto buscar formas radiales sino más bien los contenidos.

Usted ha dicho además que “La Venganza...” no es un programa radial en sentido estricto.

Tiene mucho de teatral desde luego porque está la gente presente. Eso le da la posibilidad de creación. Hay una conexión, un convivio, una forma que se parece más al teatro donde el público va a ver al artista en acción. Yo creo que ahí está lo novedoso, lo que puede cambiar de un programa a otro y lo que eventualmente puede tener algún interés.

La improvisación juega un papel muy importante en ese juego. ¿Cuáles son las claves de ese juego de improvisación?

En la improvisación hay algunas reglas. Los payadores por ejemplo no cantan lo que se les da la gana, lo que quieren. Tienen unos rigores. Justamente lo que da valor a la improvisación es el rigor que la contiene.

¿Cómo trabajamos? ¿Somos payadores? Trabajamos con décimas de milonga, 10 versos de ocho sílabas cada uno, el primero rima con el cuarto y el quinto, el segundo con el tercero y así tiene una serie de rigores. Si no cumplimos esos rigores, no vale.

Entonces, hay dos asuntos: proponer una forma difícil de cumplir y luego el cumplirla. La improvisación radial es más fácil ya que no hay rigores de rima, sí hay rigores de razonamiento y de pensamiento. Uno no puede decir lo que quiere tampoco. Por ahí creamos un universo un poco loco, un poco dislocado. Pero siempre tiene que haber una relación de pensamiento si no, es delirio. El que empieza a decir cualquier cosa está delirado, no está improvisando.

Hay un tempo, también, como puede haber en la payada.

Hay un tempo, hay un crecimiento, una resolución... con pautas que pueden ser las mismas que para la creación de un cuento.

Todo tiene sus reglas y a muchas hay que intuirlas, no quiere decir que estén escritas. Todorov escribió cómo se escribe un cuento cuando los cuentos ya se habían escrito. No es que los escritores leyeron a Todorov y después escribieron cuentos. Al revés, fue Todorov el que viendo los cuentos que se habían escrito, hizo una inferencia de cuáles podían ser unas reglas.

Yo creo que nosotros algunas cosas las conocemos. Sabemos que el afán de lucirse personalmente molesta mucho. El tipo que quiere cerrar, clausurar el diálogo, es egoista, es depredador del diálogo. En el diálogo, lo mismo que en la payada a media letra, el parlamento de uno debe alimentar al otro, hacerlo fluir. Cuando uno clausura, sonaste, se corta y se produce la ruptura de la armonía. Se debe ir cerrando entre todos. Eso es hermoso, es un gesto de amistad.

Una propuesta que necesariamente es coral.

Claro que sí. Es coral. Uno siente la misma empatía y amistad que se siente cuando se canta en coro. Cuando uno canta en coro, cuando toca con una banda, con una orquesta, se siente hermanado con el músico que lo está acompañando. Estamos haciendo lo mismo y nos estamos ayudando. Cuando hay una actitud antisocial en un coro, no ya un desafinado porque es una actitud involuntaria, pero un tipo que se quiere lucir es una mala noticia para todos. Y en la radio puede pasar.

Entonces con Patricio Barton, con Gillespi, al menos en esas horas de programa son amigos.

Claro, tenemos que serlo.

¿Y ese es uno de los pilares que usted busca en la gente que lo acompaña?

Exactamente así. Así de difícil es. No solamente tienen que ser personas inteligentes, ocurrentes, que tengan una cierta actitud radial sino que deben comprender eso que acabás de decir.

¿Y qué otras cosas debe tener un compañero de Alejandro Dolina? Gillespi decía en una nota que estar con usted para él es trabajar con uno de los argentinos más brillantes.

¡Que se deje de embromar! Lo dice para quedar bien con el comisario...

(risas)

¿Pero qué busca usted en sus compañeros?

Busco también eso, talento pero también compañerismo. No compañerismo en el sentido de que sea un tipo que me invite una cerveza, no. Ese compañerismo del que hablamos que a veces se tiene y a veces no. Y también, ¡vamos!, tenemos que acostarnos del mismo lado. Tienen que hacernos gracia las mismas cosas, cierta coincidencia en los disfrutes artísticos.

¿En lo ideológico también?

No necesariamente. No debería ser así pero muy a menudo las mismas razones que nos hacen sentir algo ante el neoliberalismo son las que nos hacen elegir el asiento de la ventanilla. Así de misteriosa es la mente humana...

Hablando de neoliberalismo, en los últimos meses en varias entrevistas usted ha explicitado sus críticas al gobierno del presidente Mauricio Macri. Ha planteado que lo que más lo preocupa es la existencia de un gobierno neoliberal en Argentina y ha hablado del peronismo como un movimiento que piensa en los más débiles. ¿Siente la necesidad de hablar esas cosas?

No. Lo digo solamente cuando me lo preguntan.

Usted dice que algunas acciones que ha llevado adelante el gobierno lo interpelan, lo rebelan.

En cierto modo hay algunas que tienen un grado de aspereza tal que lo hacen a uno sentirse directamente interpelado. No es que uno tenga una oposición ideológica. La palabra ideología nos remite a un cenáculo, a una mesa, a una exposición razonada de un fenómeno económico y político. No. Algunas actitudes del gobierno son... no quiero usar la palabra provocativa pero interpelación no está mal.

En una entrevista con el periodista de TodoNoticias Nelson Castro, usted destacó la posibilidad de dialogar entre quienes piensan distinto...

Esto parece estar completamente diluido. Porque no se trata de que estamos hablando acerca de cómo se hace un soneto y a usted le parece de una manera y a mí de otra. Se trata de gente que está sufriendo y de gente que está apropiándose de la cosa pública y de las formas económicas. Que obtiene beneficios del perjuicio del otro.

Y qué lugar ocupan ahí los errores que cometieron los que están del otro lado, en ese sentido de que fracasó un proyecto y vino otro totalmente distinto.

Son cosas totalmente distintas. Una cosa es que un proyecto no se haya sabido mantener en el poder y otra cosa es una política destinada a que se enriquezcan unos pocos, etcétera. Son cosas diferentes. O sea, esta situación económica no tiene nada que ver con lo que hizo el anterior gobierno salvo que los errrores del anterior gobierno lo llevaron a no poder ocupar ahora el gobierno.

En los primeros programas de este año han destacado en varias oportunidades la necesidad que tenían y el gusto que tienen de volver a ser emitidos en “la República Oriental”. ¿Por qué es tan importante saber que salen también en vivo en Uruguay?

Hemos tenido siempre una conexión estupenda. Nos ha ido muy bien con el público uruguayo, en algún punto tenemos seguro una comunicación superior a la que tenemos con el de Buenos Aires. Yo tengo una historia personal con el Uruguay, tuve una pareja uruguaya durante mucho tiempo, he venido de vacaciones múchísimas veces, largas vacaciones, conozco muy bien el Uruguay. Algunos de los miembros de aquella familia me enseñaron algunas cosas que no se aprenden en las guías de turismo. No es que conozco Punta del Este. Conozco Villa Española.

¿Qué piensa de las nuevas formas de la radio en estos tiempos en que ya no importa solo “el vivo” sino que los espacios quedan a disposición en internet, que la gente puede escuchar cuando quiere? Esas formas que en algún punto pueden incrementar la relación con el producto pero quizás no tanto con quien lo hace.

Algunas consecuencias no son del todo buenas para mí, pero son minoría. En general, que el área de cobertura sea prácticamente el mundo entero es un paso adelante. El artista tiene afán ecuménico, quiere comunicarse con todo el mundo. Cuando empecé estaba el área de cobertura, a uno no le gustaba mucho la FM porque la limitaba. Ahora llegás a la China. Eso es muy bueno.

Pero también esa posibilidad de volver sobre el tiempo tantas veces como uno quiera, de encontrarte en el horario que sea, de hacer que en todas las esquinas te encuentren, te afantasma un poco. Te afantasma. Si vos sabés que solamente podés encontrar a un tipo a tal hora y en vivo y en el punto que él está y que cuando pasó, las palabras se las llevó el viento, es una cosa. Pero cuando vos podés elegir el momento en que lo escuchás, la aplicación que utilizás, etcétera, el artista se hace tan ubicuo, tan presente, que se deshumaniza un poco. Un poco. Igual yo prefiero que sea así.

En ese sentido, las entrevistas que le han hecho tienen decenas o centenas de miles de visualizaciones en YouTube. La gente recurre a ver qué dice Dolina sobre tal tema. ¿Cómo se lleva con eso?

Bien... en la medida en que sea verdadero y haya ocurrido. Hoy por ejemplo me han llegado felicitaciones por una nota que apareció por ahí, firmada por mí. Casualmente se trata de una nota política, profundamente crítica del gobierno. Yo no la escribí. Y tampoco la escribiría porque no trabajo de eso. Si usted me lo pregunta, digo qué es lo que me parece el neoliberalismo y qué es lo que me parece el gobierno. Pero lo digo con cuidado. Ahora, yo no soy un periodista profesional y mucho menos soy un peronista profesional. “¡Miren qué lindo esto que dijo el Negro Dolina!” No lo dije...

Pero cuando lo dice verdaderamente funciona un poco como filosofía para mucha gente.

Si, es un grado de recepción que ni siquiera yo tengo para las cosas que digo. Por ahí puede resultar un poco molesto. De repente yo digo algo con profunda inseguridad y sin saber si es certero... Qué se yo...

Además queda como grabado en mármol.

Exactamente.

Por ejemplo en una entrevista con Víctor Hugo Morales decía que ya no está tan de acuerdo con el final que tiene el cuento de cómo elegir compañeros para un picado.

Claro, claro. Tampoco estoy tan de acuerdo con “Crónicas del Ángel Gris”, un libro que escribí cuando era un muchacho. Está bien que no esté de acuerdo, uno va modificando los recursos artísticos que utiliza. Me gusta mucho más “Cartas marcadas” o con “Bar del Infierno”. Son libros que siento alegría de haber podido escribir. En cambio del Ángel cambiaría muchas cosas.

Sin embargo, está esa sensación de que son palabras adamantinas, que están grabadas, que no se pueden modificar, que han sido dichas para ser adoptadas automáticamente por amistad o por cariño. Yo no sé si quiero esa clase de aprobación. Se parece a la aprobación que uno le da a los locos.

O a quien queda estático en un momento.

Estático y fuera de la discusión que es lo bueno.

Es decir que no se hace tan responsable de ese efecto.

No me hago tan responsable de lo que digo ahora y muchísimo menos de lo que escribí en forma artística y metafórica hace 30 años. A veces ese fervor a uno puede llegar a ponerlo un poco incómodo. ¿Sabés por qué? Porque es un fervor para una persona que yo ya no soy. Yo ya no soy ese tipo.

¿Y cómo se convive con eso, 'yo ya no soy ese que la gente espera'?

Es que todos nosotros convivimos con eso.

Pero en el caso suyo, y de otras figuras, es masivo y en niveles de fervor realmente importantes.

Es verdad. A veces se ha hecho piedra bajo la forma de una obra que es cerrada. No es tampoco que yo quiera quemar todos los ejemplares del Ángel. Lo tomo como son las personas. Las personas son procesos más que cosas. Van variando, van trasladándose de un estado a otro. Una persona en determinado proceso escribió el Ángel. El proceso continuó y ese mismo proceso dio lugar a “Cartas marcadas”. Son momentos diferentes. Creo que es necesario pensarlo así, a veces me cuesta saber que una persona tenga que hacerse responsable de cosas que hizo cuando no era esa persona, por ejemplo el casamiento o las deudas. Si somos procesos, por qué este que soy ahora tiene que hacerse responsable de las cuotas del chalet que compré cuando era otro... (risas)  

Los programas de “La venganza será terrible” se pueden escuchar en el sitio de DelSol en este link.