El economista Rodrigo Arim, decano de la Facultad de Ciencias Económicas, dijo en No toquen nada de DelSol 99.5 que el concepto de clase media “es ambiguo y esquivo porque hace referencia a grupos sociales relativamente heterogéneos, que comparten una característica que no es su ubicación en la producción ni en el entramado de la generación de valor en una sociedad sino que tiene que ver con que están ubicados en algún sentido en ‘el medio de la sociedad’, por tanto es relativo a cada una”.
Mencionó que el concepto cobró importancia entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX cuando comenzó a surgir “un colchón en el medio de las clases sociales” de la época, que no eran ni pobres ni tampoco parte de los más promovidos. “Eso da lugar a lo que en las ciencias sociales comienza a caracterizarse por la noción de clase media, sobre la cual no hay acuerdo sobre qué es, y hasta es dudoso que se pueda hablar de clase media; pareciendo más razonable hablar de estratos medios”, añadió.
Respecto a la clase media uruguaya, Arim reconoció que Uruguay es uno de los países con mayor clase media de América Latina y que “es el más equitativo del continente, por lo que es un país donde los sectores intermedios ocupan más espacio en la sociedad”.
El decano de la Facultad de Ciencias Económicas hizo referencia a la dificultad de medir el concepto de clase media según cuestiones de ingreso de los individuos. Dijo que “estar por encima de la línea de pobreza no define a la persona como perteneciente a la clase media” y que al tomar en cuenta solamente a los ingresos “no estamos preguntándonos por las características de su vivienda, ni del barrio donde vive, ni cómo accede a ciertos derechos básicos como educación o salud”.
“Es un error aproximarse a la noción de clase media de la misma manera que lo hacemos a la de pobreza, en el sentido de definir algunos umbrales de ingreso dentro de los cuales esta se encontraría. Esto es porque la propia noción de clase media implica cierta ausencia de riesgo de caer en situación de pobreza, un acceso a cierto nivel de confort. No importa solamente el nivel de ingreso de una persona en un momento del tiempo sino la probabilidad o el riesgo que corre de caer por debajo de ciertos umbrales de ingreso”, dijo Arim.
Un ejemplo de esto se da en la construcción, donde en momentos de “boom” de dicho rubro, los obreros generan ingresos importantes “pero con un nivel de adscripción al mercado de trabajo que tiende a ser bastante transitorio”. Comentó que les suele pasar a los empleados que salen del mercado de trabajo formal y ven reducido su nivel de ingresos, quedando expuestos a niveles altos de vulnerabilidad. “Parece difícil calificar a una persona con estas características en el mercado de trabajo como clase media y otra persona con ingresos menores pero mucho más estables como perteneciente a otro estatus social”, comentó el decano.
Además, dijo que en Uruguay no hay información de corte longitudinal que siga a las familias a lo largo del tiempo por períodos prolongados donde se pueda apreciar su evolución, y ejemplificó el caso diciendo que “tenemos muy buenas ‘fotos’ con las Encuestas Continuas de Hogares, pero no tenemos una ‘película’”.
