A la cumbre acuden los presidentes de Brasil, Michel Temer, y de Uruguay, Tabaré Vázquez, y el anfitrión Horacio Cartes, así como los vicepresidentes de Argentina, Gabriela Michetti, y de Bolivia Alvaro García Linera.
Cartes, que entregará el mando el 15 de agosto al gobernante electo Mario Abdo Benítez, traspasó la presidencia pro tempore del bloque a Vázquez.
El mandatario paraguayo ratificó "el retorno (del Mercosur) a sus principios fundacionales" como actor decidido a promover el comercio.
Expresó la preocupación del bloque por la crisis de Venezuela y el compromiso del Mercosur para cooperar en su solución.
En tanto, Vázquez destacó que el Mercosur es, pese a sus limitaciones, "uno de los pocos procesos de integración que funciona en la región latinoamericana".
El gobernante uruguayo se refirió a la prolongación por más de 20 años de las negociaciones con la Unión Europea y lo comparó con el año que le tomó a Europa avanzar en un acuerdo con Japón. “Cuando se quiere, se puede”, criticó.
“Deseamos y trabajamos para que el resultado final de esta negociación sea el mejor, pero no todo depende del Mercosur”, afirmó
Vazquez remarcó que en el bloque sudamericano "no queremos un acuerdito, no queremos cualquier acuerdo".
El presidente uruguayo también mencionó su preocupación por las demoras en el diálogo con China.
Temer sostuvo que la integración debe traer prosperidad, más oportunidades y más bienestar. "No requiere solo de palabras, sino capacidad de diálogo y energía", dijo.
En cuanto a las negociaciones con Europa admitió que en los últimos años "avanzaron enormemente" y que no todo se resuelve de un año para otro. "No tenemos que abandonar la idea", subrayó.