La apacible realidad dentro del campo que vivía Nacional hace apenas un mes se alteró de manera imprevista. La magra cosecha de un punto en los últimos seis disputados lo dejan muy mal parado en el Clausura y pueden hacerlo perder la punta de la Anual.
Si ante River el problema fue que el equipo no concretó las chances generadas, frente a Wanderers quedó expuesto una vez más en defensa. Los problemas defensivos de Nacional empiezan cuando pierde la pelota en ataque, arriba no hay una presión inmediata para recuperar y el medio luce desorganizado en el retroceso, y se hacen evidentes cuando el rival ataca a una línea final inconsistente, sin marca ni reacción. Wanderers lo aprovechó cada vez que se lo propuso y se llevó tremenda victoria del Parque Central.
El Bohemio llegó tres veces y anotó tres goles. En los tres hubo responsabilidad de Nacional. En el primero la pelota cruzó de izquierda a derecha y de derecha a izquierda para que un jugador desprovisto de marca anotara dentro del área chica, en el segundo un mediocampista rival cortó juego cerca de su área para iniciar una carrera de setenta metros hasta que cedió a un compañero que fue derribado dentro del área y en el tercero un delantero anticipó en el primer palo un centro bajo mientras Rafa García se desentendía de la jugada.
Así es imposible. Los errores atrás condicionaron a un equipo que además no concreta. Desde la quinta fecha que Nacional no marca más de un gol y eso, ante su vulnerabilidad defensiva, genera un combo peligroso.
Wanderers no hizo lo planificado en el primer tiempo pero en el segundo mostró otra actitud, modificó su postura en la cancha. Eso le permitió pararse más cerca del arco de Conde. La efectividad de sus delanteros y las concesiones de sus adversarios hicieron el resto.
Los 45 minutos inciales fueron de tibio dominio Tricolor. Con poco para destacar de ambos equipos, el local al menos tuvo más vocación ofensiva. Sin embargo careció de ideas y no pudo sacar diferencia.
Ni bien comenzó la segunda parte quedó claro que Wanderers estaba más adelantado. La visita corrió con más criterio y ocupó los últimos metros del campo de juego.
A los 62 Albarración recibió solo en el segundo palo un centro bajo desde la derecha y puso el 1 a 0. Dos minutos más tarde Colombino cortó un pase hacia el medio cerca de su área y avanzó sin que nadie se interpusiera. Pastorini le marcó el pase y fue a recibir dentro del área, allí donde Erramuspe lo cruzó. El propio delantero anotó el segundo de penal.
Fue a los 72 cuando Bergessio descontó con un toque cerca de la línea, luego de una buena jugada colectiva que se clarificó con un buen pase de Seba Fernández.
Con Ocampo y Barcia intentó el técnico de Nacional darle mayor velocidad a un ataque que era demasiado previsible.
Pero a los 84 Pastorini fue al primer palo, García se desentendió de su marca de forma inexplicable, y el goleador de Wanderers sentenció el partido.
Durante todo el año Medina logró que sus jugadores estuvieran concentrados, solo enfocados en el juego, por fuera incluso de los atrasos salariales y los desatinos que el presidente, José Luis Rodríguez, hace fuera de la cancha. Ahora, justo en el momento más caliente del torneo, el equipo luce desconcentrado, muestra su peor cara y complica su futuro.
