Peñarol no tenía opción. Debía ganarle a Fénix para llegar con ventaja al clásico y pelear ante Nacional el primer lugar de la Anual. Además, justo antes del partido más importante del torneo, era imperioso levantarse después de dejar cinco de los últimos seis puntos.
Con esa realidad enfrentó a un adversario que viene muy mal, que pena por quedarse en Primera, pero que tiene un fútbol que al aurinegro le duele. Fénix lo exigió al máximo y si no se llevó nada del Campeón del Siglo fue porque falló infinidad de oportunidades y porque el asistente Carlos Pastorino le anuló un gol lícito.
Peñarol se recuperó gracias a dos goles que abrieron un juego en el que la pasó pésimo y en el que fue superado durante buena parte del desarrollo. En los arcos estuvo la diferencia. Peñarol tuvo efectividad y Fénix no.
Iban apenas ocho minutos cuando Darwin Núñez se filtró por el medio y puso el 1 a 0. Parecía una tarde tranquila para Peñarol. En ventaja y frente a un equipo que rasca el fondo de la tabla.
Sin embargo Fénix comenzó a dominar, tuvo la pelota, generó las posibilidades y metió al Carbonero contra su arco. Pero estuvo errático al enfrentar a Kevin Dawson.
En la única que acertó, Pastorino marcó fuera de juego cuando Alex Silva estaba habilitado.
La segunda parte no varió. Con tres delanteros y un enganche, Fénix asumió el protagonismo e intentó el empate. Pero volvió a fallar ante el arco rival.
Fue a los 69 cuando el partido se liquidó. Cristian Rodríguez puso un pase excepcional y Giovanni González, que había ingresado cuatro minutos antes, definió de aire por encima del arquero. El golazo dejó a Fénix sin respuesta.
