Además, según el Índice de Transparencia Activa en Línea los organismos públicos publican sólo el 50% de lo que la ley les exige.
“El Estado publica menos de lo que debería y eso es contatable empíricamente. También lo es que la respuesta de los pedidos es bastante deficiente en cuanto a tiempos, calidad y al conocimiento que existe de esta ley”, consideró en entrevista con No toquen nada.
Para Scrollini, a 10 años de la entrada en vigencia de la Ley de Acceso a la Información Pública el Estado no hace un esfuerzo homogéneo para cumplir con la ley.
“Está todo bien con declamar la transparencia pero mucho menos en cuanto a practicarla. A veces pasa en las administraciones. No solamente hay que declamar la cuestión sino vivirla y hacerla carne. Me parece que hoy no existe o tenemos grandes brechas de esas prácticas en la administración”, afirmó.
Scrollini dijo que el compromiso político y de los dirigentes en la apertura de la información pública puede ser un antídoto contra las fakenews.
“Esto requiere de líderes que entiendan que en el contexto en el que operamos, ellos salen con la información primero y muestran cómo la produjeron con un discurso adecuado u otro lo hará por ellos. Vivimos en un contexto informativo donde es muy difícil chequear la veracidad de la información pública”, señaló en referencia a los "fenómenos de desinformación que siempre han existido, pero que hoy tecnologías mediante se expanden" como fake news.
