Bolsonaro flexibilizará la posesión de armas en Brasil, una gran promesa de campaña​

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmará este martes un decreto que flexibilizará la posesión de armas de fuego, una de sus principales promesas de campaña, que según sus detractores incrementará los ya disparados índices de violencia en el país.

Actualizado: 15 de enero de 2019 —  Por: Redacción 180

Bolsonaro flexibilizará la posesión de armas en Brasil, una gran promesa de campaña​

EVARISTO SA / AFP (Todos los derechos reservados)

"El decreto se firmará en una ceremonia en [el palacio presidencial de] Planalto", a las 11:00 locales, indicó la oficina de comunicación de la Casa Civil.

En el evento participarán varias autoridades, entre ellas el ministro de Justicia y exjuez anticorrupción, Sergio Moro, implicado en la redacción del texto, y diputados del lobby de la seguridad, conocido como "bancada de la bala".

El decreto entrará en vigor inmediatamente después de que sea publicado en el Diario Oficial de la Unión, sin tener que pasar por el Congreso Nacional, explicó a la AFP una fuente de la Casa Civil.

Aunque trascendieron pocos detalles de su contenido, en líneas generales busca flexibilizar el "Estatuto sobre el desarme" de 2003, que restringe el acceso a las armas y crea varias trabas administrativas para habilitar la posesión de armas.

Según la prensa brasileña, la medida ampliará, por ejemplo, de 5 a 10 años el periodo de validez del permiso para posesión de armas.

Según la ley actual, la posesión de armas de fuego en casa está permitida a los mayores de 25 años sin antecedentes criminales, con una ocupación lícita, capaces de comprobar la capacidad técnica y psicológica para su uso y de justificar su necesidad. La aprobación recae sobre la Policía Federal.

Según la prensa, el decreto se limitará a la posesión de armas y no al porte fuera del domicilio, pese a que Bolsonaro se manifestó en otras ocasiones a favor de esto último.

El porte de armas seguiría entonces reservado principalmente a militares, policías y personal del ramo de seguridad.

"Más armas, más muertos"

Bolsonaro, un exmilitar de 63 años electo con promesas de mano de dura contra el crimen, defiende la flexibilización de la posesión de armas para "personas de bien", como un modo de combatir la rampante ola de violencia en este país de más de 200 millones de habitantes.

Con la flexibilización, "puedes estar seguro de que la violencia va a caer", dijo la semana pasada en su primera entrevista televisiva tras asumir el poder.

En su programa electoral, Bolsonaro definió las armas "como objetos inertes que pueden ser usados para matar o salvar vidas" y recuerda que, en países como Estados Unidos, Alemania, Noruega o Suiza "hay armas de fuego en casi todas las casas", pero con índices de violencia menores que en Brasil.

El gigante sudamericano es uno de los países más violentos del mundo, con un récord de 63.880 homicidios en 2017, un promedio de 175 por día y una tasa de 30,8 por cada 100.000 habitantes.

El proyecto de ese decreto desató la indignación en parte de la sociedad brasileña.

En un manifiesto firmado el domingo pasado, una decena de organizaciones y movimientos sociales, entre ellas el Foro Brasileño de Seguridad Pública, considera que la flexibilización de la posesión de armas "traerá más inseguridad".

"Estudios brasileños e internacionales muestran que el aumento de la circulación de armas de fuego se relaciona con una mayor incidencia de homicidios cometidos con armas de fuego", señala el texto.

Según un sondeo reciente de Datafolha, un 61% de los brasileños considera que la posesión de armas de fuego debe ser prohibida, pues representa una amenaza a la vida de otras personas.

En 2005, sin embargo, casi el 64% de los brasileños rechazó por referéndum una ley que pretendía establecer una prohibición total de la venta de armas en Brasil.

Promesas de campaña

En otra medida para satisfacer las expectativas de su electorado, Bolsonaro entregó la responsabilidad de la demarcación de las tierras indígenas al lobby del agronegocio.

Puso igualmente a una pastora neopentecostal al frente de un nuevo ministerio de la Familia, la Mujer y los Derechos Humanos.

Y en espera de que su ministro de Economía, Paulo Guedes, dé con una fórmula para hacer aprobar una espinosa reforma del régimen de pensiones y defina un programa de privatizaciones, autorizó la fusión entre Embraer y el gigante de la aeronáutica estadounidense Boeing.

Un bagaje con el que llegará la semana próxima a Davos (Suiza), su primera salida de Brasil como presidente, para defender sus concepciones ante la élite financiera y política planetaria en el Foro Económico Mundial.

(AFP)