En el partido disputado en el estadio Luis Franzini los uruguayos supieron administrar el cotejo y la ansiedad de un rival urgido tras perder 1-0 en Brasil.

Emoción limitada

El duelo comenzó con el Bahía intentando proponer y avanzar contra el arco local, pero el Liverpool enseguida ajustó sus líneas, administró el balón y lejos de tirarse atrás por la ventaja lograda con el duelo de ida también buscó llegar en ataque.

Y la primera chance firme fue de Liverpool. El golero brasileño Friedrich salvó su marco desviando gran tiro de bola parada rematado por Diego Guastavino (6).

La oncena negriazul estaba bien plantada y trataba de avanzar, pero dejaba espacios atrás que le generaban inquietud. Por ejemplo, en una contra el balón derivó en un extremo del área para Artur, quien se internó y la tiró al medio pero el balón fue interceptado justo por Jorge Bava (12).

Justamente Artur se mostró con sus repetidos desbordes como la carta más peligrosa del 'Esquadrao'. A los 21 otro desborde suyo en un costado del área terminó con otro cruce al medio cortado por la defensa local (21).

Sobre los 30 el árbitro decidió paralizar momentáneamente el juego debido al calor para que se hidrataran los jugadores.

La contienda se reanudó sin un claro dominio de ninguno de los dos aunque Bahía intentaba más con tiros de fuera del área o incursiones fallidas que se diluyeron en la zona caliente uruguaya. 

Fin del primer tiempo con un insípido empate 0-0. Muy tibio el visitante y el local apostó más a las pelotas quietas y tratar de retener el balón. 

Dominio estéril bahiano

Apenas comenzó el segundo tiempo un milagro salvó al Bahía: movió Liverpool y en un par de toques el balón derivó a la entrada del área para Martínez que definió ante la salida del golero con tiro rasante. Todos los hinchas locales lo gritaron, pero el balón dio en el costado de la red brasileña.

Con el correr de los minutos Bahía comenzó a adelantar filas urgido del resultado aunque su estrategia se basaba más en pelotazos que juego limpio.

Liverpool, acorralado, se salvó a los 57 con un tiro libre rematado a colocar por Jackson que dio en la base del poste.

Los uruguayos se fueron retrasando con el paso de los minutos dejando apenas uno adelante y Bahía ganaba campo presionando. 

A los 64 el árbitro desestimó un reclamo de penal por falta contra Eric Ramires en el área local.

Bahía se hizo con el balón y el dominio y llegaba repetidamente principalmente por la banda derecha de Liverpool, pero las deficientes culminaciones, la buena marca uruguaya o la mala fortuna le conspiraron.

Terminó la contienda con un empate de oro para Liverpool que sigue vivo en la Sudamericana.

AFP