Nacional gana un partido y mucha tranquilidad

Nacional derrotó 1 a 0 a Mineiro por la Copa, donde tiene puntaje perfecto jugadas dos fechas. El gol lo marcó Gonzalo Bergessio.

Actualizado: 12 de marzo de 2019 —  Por: Diego Muñoz

Nacional gana un partido y mucha tranquilidad

MIGUEL ROJO / AFP

En una noche con pocas luces a Nacional le alcanzó con una jugada. El equipo peleaba con el alma pero se repetía ante una búsqueda infructuosa en cada ataque, era previsible, rústico, ramplón. Pero bastó que a los 71 Castro tomara la pelota por izquierda, la protegiera y soltara para Viña, que pasó por detrás. El centro perfecto enviado por el lateral lo conectó por el centro del área Bergessio, que entró con toda la furia y, decidido, atacó la pelota para anotar el 1 a 0. 

Esa jugada demostró que Nacional puede jugar al fútbol, que tiene futbolistas capaces de generar sociedades por los extremos y buenos finalizadores. Claro que necesita mostrarlo con mayor fluidez para poder afirmar en la cancha la idea que intenta transmitir su entrenador. 

Ese momento de lucidez le dio al equipo una victoria muy trascendente desde lo anímico. Sin perder de vista que el objetivo de Nacional es la actividad local, estar puntero en el grupo de Libertadores tiene valor en sí mismo. Además, sirve para tener aire ante un comienzo de año convulsionado. 

Con ganas y determinación Nacional pudo suplir el poco juego y los problemas defensivos que aún tiene. Tuvieron los de Domínguez una actitud positiva en el campo a pesar de que las cosas no fluían. Y eso, más en un equipo que llega con dudas y malos resultados, es un punto a rescatar. 

El técnico volvió a cambiar. Puso a Neves por el centro jutno a Arzura, volcó por derecha a Carballo y dejó por izquierda a Castro. Por el medio, justo detrás de Bergessio, apareció Santiago Rodríguez. Fue el juvenil el que mejor interpretó cómo debía atacar Nacional y el único capaz de agitar la rutina en un primer tiempo de bajísimo nivel. 

Todo era anunciado en Nacional, el equipo no conseguía consistencia defensiva ni claridad ofensiva. Ante eso priorizó la entrega y la lucha para emparejar el partido ante un rival que también estuvo por debajo de sus posibilidades.  

En medio de la pobreza, Mineiro fue un poco menos malo que Nacional en la primera parte. 

En la segunda el Tricolor tuvo otra postura. Mantuvo la agresividad para pelear por la pelota y sumó intensidad para tratar de conectar cuando la tuviera. En el medio levantó Neves, por derecha mejoró Zunino por izquierda apareció Castro y, sin deslumbrar ni mucho menos, asumió un rol protagónico en el campo de juego. 

Los latealides se proyectaron, la defensa quedó en el mediocampo y los volantes se acercaron a Bergessio. 

Aún con carencias en el funcionamiento colectivo y falta de chispa adelante, esa postura permitió que Nacional se plantara en campo rival y anotara el gol que sirvió para ganar un partido y mucha tranquilidad.