Buitres celebra 30 años de superar cada crisis y hacer lo que les gusta

Nacieron de las entrañas de un gigante, se alimentaron de las críticas y forjaron una nueva identidad que volvió a calar en los oídos uruguayos. Cada vaivén del rock nacional y sus propios tropezones los hicieron más fuertes. Buitres festeja 30 años de vida con su primera presentación en el Antel Arena. En entrevista con 180, repasaron cómo fue el primer show y qué los mantuvo unidos durante estas tres décadas.

Actualizado: 12 de abril de 2019 —  Por: Felipe Miguel

Buitres celebra 30 años de superar cada crisis y hacer lo que les gusta

Difusión Buitres (Todos los derechos reservados)

El 16 y 17 de diciembre de 1989, Buitres debutó en el pub Laskina, en Prudencio Vázquez y Vega y José H. Figueira. Entre las dos fechas asistieron unas 120 personas. En la misma esquina pero 30 años después, Gustavo Parodi, guitarrista del grupo, reflexionó: “Fue la primera vez que nos dimos cuenta que había un resentimiento porque habíamos terminado con Los Estómagos”.

El grupo que había nacido del riñón de ese histórico conjunto se concretó dos meses antes de esos shows. La banda de Pando se había separado en agosto, y en cuatro meses los Buitres Después De la Una generaron un repertorio nuevo y buscaron empezar de cero. La postura para esos toques de diciembre, según Parodi, fue tomarlos como un show junto a sus amigos que iban a festejarles todas sus gracias. Buscaron quitarles la solemnidad que tenían los shows de Los Estómagos para pasar a reírse de sí mismos.

“Hicimos muchos chistes, parábamos los temas, nos hicimos bastante los bobos. A los que estaban parados les tirábamos agua… Boludeces. Medio raro. Los 80”, dijo entre risas Gabriel Peluffo, vocalista de ambos grupos. El local que solía ocupar Laskina Bar ahora lo usa Honey - Beer & Gluten Free Gourmet. Desde una de sus mesas, los músicos todavía recordaban cómo era el antiguo local cuando tocaron. Donde estaban sentados era el escenario con forma de semicírculo. Señalaron al actual mostrador, que tiene por detrás estanterías con coquetas jarras y pequeñas macetas, y explicaron que allí estaban las gradas para los espectadores.

Entre los presentes de aquella noche estuvo Orlando Fernández, que desde 2005 es el bajista de Buitres, y que fue uno de los disgustados por la ruptura de Los Estómagos. Parodi dijo que recibieron muchas críticas malas pero que les hicieron bien. “Nos hicieron ver una cantidad de cosas de cómo había que encarar una banda de vuelta realmente, y arrancamos a hacer el camino otra vez. Pensábamos que sería como: ‘acá vienen los exEstómagos y explota’, y no fue así”, dijo el guitarrista.

El repertorio estuvo compuesto de canciones nuevas; y el público, de entusiastas, analíticos y detractores.

“Era entendible también, nosotros éramos un poco inconscientes de que habíamos separado a Los Estómagos. Toda esa cuestión tan intensa desde el punto de vista afectivo y sentimental, indudablemente -y pese a que mucha gente fanática de Estómagos le va a doler lo que voy a decir- fue la misma que en nuestra relación con el público con Buitres: algo basado marcadamente en lo emotivo, en la pertenencia, que el público de la banda es el público de la banda y punto. Esa historia medio que se repitió, evidentemente hay algo que generamos en común Estómagos y Buitres que era esa carga de afectividad tan fuerte”, dijo Peluffo.

El núcleo de tres

Peluffo, Parodi y José “Pepe” Rambao son los tres miembros de Buitres que se mantienen desde los comienzos. Salvo por el ingreso de Orlando Fernández al bajo para mover a Rambao a la guitarra, los cambios siempre pasaron por los bateristas. El primero detrás del bombo fue Marcelo Lasso, el mismo que lo hacía en Estómagos; luego pasaron Irvin Carballo, Jorge Villar y Nicolás Souto, hasta ahora que tomó las baquetas Federico Bianco.

Tanto Peluffo como Parodi coincidieron en que la peculiaridad de que el cambio fuera siempre en la batería no se debió a que existieran cualidades de ser un “Buitre” que solo poseyeran los tres miembros del núcleo duro. “Han sido relaciones prolongadas e intensas en las que hemos compartido ensayos, shows, discos grabados y giras. Pasa que son relaciones humanas. No hay nada de que se terminaron porque no encajaron en los Buitres. Hay relaciones que comienzan, tienen su comienzo de mayor brillo y después tienen su declive. La diferencia quizás está en que los declives que tuvimos nosotros en el núcleo fundacional, no terminaron en una separación, pero podrían haberlo hecho”, comentó el vocalista.

Peluffo reconoció altibajos en su vínculo con Parodi y Rambao en estos 30 años, pero mencionó que fue fundamental que lo “bancaron” en los momentos bajos. “En un momento de calentura nos podemos decir: ‘¿sabés una cosa? No te aguanto más, andá y armate una banda vos solo’. Esa era una experiencia que con Parodi ya habíamos tenido porque con Estómagos nos separábamos un ensayo sí y uno no. Una de las cosas que aprendimos con la madurez fue que las crisis existen, así como los problemas externos e internos, y hay que separar aquello que es trascendente e insalvable de aquello que puede trascurrir”, señaló Peluffo. Parodi lo resumió de una forma sencilla: “era simplemente aprender a entenderse porque estás acá porque te gusta”.

Los espacios que compartían variaron con los años. Atrás quedaron los ensayos que duraban toda la noche (o los que se continuaban con numerosas cervezas) y las incontables tardes de Peluffo aprendiendo de cine y literatura en la casa de Rambao. En la actualidad reconocen las complicaciones que genera coordinar a cinco adultos para ensayar. Sin embargo, una vez más, Buitres superó el escollo. Lejos de considerarlos rutinarios, los disfrutan y los toman como la oportunidad para verse. “Le encontramos la gracia. Ahora lo lindo es el ensayo”, explicó el cantante.

Celebrar lo que no imaginaban

Los conciertos en el Antel Arena serán los primeros grandes show de rock exclusivos de una banda en ese escenario. Los encararán sin promesas rimbombantes sino “tocando bien las canciones que hacemos siempre”, de acuerdo al guitarrista. El asunto complicado será el repertorio, algo nunca toman a la ligera. Guardan un as bajo la manga: una canción nueva que presentarán pocos días antes de los shows, y que aún no tiene nombre.

De alguna forma, en los conciertos celebrarán algo que ellos mismos nunca imaginaron.

“Siempre digo que a los 25 años en mi cabeza estaba que a los 40 no iba a tocar más. Íbamos a ser unos viejos de mierda, ¿qué íbamos a estar tocando? Un día llegué a los 40 y estaba bárbaro, arriba de un auto tocando viernes y sábado por el interior. Llegué a los 50 y seguía estando tan bueno. Voy por los 56 y no me molesta tocar, salir y ensayar, al revés, lo hago con mucho gusto”, relató Gustavo Parodi.

Peluffo se refirió a que los primeros diez años del grupo fueron similares a la lucha que tuvieron con Estómagos, y que los años posteriores nunca los terminaron de consolidar. Dijo que en la industria, “cuando parecía que se consolidaba algo, se caía de vuelta” y no se tomaron a la música como una carrera o un medio de ingreso “hasta hace relativamente poco”.

Así siguieron tocando y continúan hasta hoy, sin plantearse metas sino entusiasmados por el show que sigue en la agenda. Parodi reconoció que “esto debe tener fecha de caducidad”, y que se ríe del mítico Jerry Lee Lewis que hace giras por ferias estatales en Estados Unidos a sus 83 años, y que baja del escenario con bastón.

“Debe ser más fuerte que él, es un octogenario trepado en un tablado, no creo que lo haga por plata, lo debe hacer porque necesita hacerlo. No sé si a los 80, pero mientras uno esté feliz y contento con lo que hace... Además, es una profesión diferente al fútbol. Algunos dicen que de la música tenés que retirarte a tiempo. Yo creo que no, que tenés que hacerlo hasta que un día palmes ahí arriba del escenario y se acabó el partido. Uno siempre tiene cosas para dar, esté acompasado o no con los tiempos que corren. Eso ya no nos importa, porque no debemos hacer música para alguien sino para nosotros mismos y sentirnos contentos con lo que hacemos. No hay más secretos”, sentenció.

Buitres se presentará el viernes 17 y sábado 18 de mayo a las 21:00 en el Antel Arena. Las entradas cuestan entre 450 y 700 pesos en Tickantel. Quedan muy pocas disponibles para la primera función y hay varios sectores agotados para el segundo show.