En el minuto 87, casi al final de un partido, el volante Felipe Carballo marcó el único gol de la noche: un globo que dejó sentado al portero Víctor, le garantizó el pase a los tricolores y les devuelve la esperanza de terminar primeros de la llave.
Nacional, que hasta el gol no había gozado de ocasiones, empata a 12 puntos de manera provisional con el ya clasificado paraguayo Cerro Porteño, que el jueves cierra la quinta jornada con Zamora, que no ha sumado ni un punto en cuatro partidos.
En la sexta y última jornada de la fase de grupos, Nacional y Cerro Porteño decidirán el desenlance del grupo en Montevideo.
A los brasileños les servía solo la victoria si no quería decir adiós al torneo, y eso quedó bien claro con el esquema 4-1-4-1 de Rodrigo Santana, con Ricardo Oliveira en punta, escoltado por Maicon Bolt y Yimmi Chará.
Algo más conservador, consciente de que un empate le bastaba para garantizarse el boleto a octavos y liquidar a los brasileños, Álvaro Gutiérrez desplegó un 4-2-3-1, con el argentino Gonzalo Bergessio como hombre más avanzado.
Ninguno de los dos dominó en el primer tiempo, pero los brasileños, con mucha más posesión del balón, buscaron más la puerta del panameño Luis Mejía y fueron los que dispusieron de las mejores opciones.
En el 13, el lateral Guga lanzó una falta y Adilson se marcó un cabezazo envenenada que Mejía sacó magistralmente.
El muro Mejía
Pero la mejor ocasión, la más clara, una de esas que no se deben desaprovechar, llegó en el 22.
Un mal control de Rafael García, que se había quedado como último hombre, desató un rápido ataque brasileño. Oliveira se encontró con el balón, hizo una pared con Elías, que se la dejó en el centro del área para disparar a bocajarro.
Pero al veterano atacante, que en su carrera pasó por el español Valencia y el italiano AC Milan, le tembló el pulso. Su disparo se estrelló con el cuerpo de Mejía.
El 'Bolso', que ya le venció al Mineiro 1-0 en la ida en Montevideo, no le dejó tampoco mucho margen. Se desplegó bien en defensa y buscó abrir espacios, aunque sin grandes oportunidades.
En el segundo tiempo, el equilibrio fue todavía mayor, aunque el juego se volvió más frenético, con poco juego en el centro el campo e intercambio de contraataques sin fortuna.
Hasta el minuto 16, no llegó el primer disparo entre los tres palos: fue un disparo Fabio Santos, demasiado leve para representar peligro.
A partir de ahí, el nerviosismo empezó a adueñarse de los locales: seguía teniendo la posesión del balón, pero la sensación era que no sabía bien qué hacer con él para romper la sólida defensa de Nacional.
Los minutos fueron pasando, y cuando ya parecía que el duelo iba a terminar en empate, Caballo recibió un centro del lateral Matías Zunino y, tras controlar el balón con el pecho, se sacó un globo inalcanzable para Víctor.
