La consolidación de “Chacho” Ramos: la autoexigencia, los ajustes y lo que no se negocia

Carlos “Chacho” Ramos habló en La Mesa de los Galanes sobre las dificultades que tuvo para consolidar una carrera que ronda los 30 años, y cómo tuvo que acomodar su sonido para empezar a llenar las pistas de baile.

Actualizado: 25 de mayo de 2019 —  Por: Redacción 180

La consolidación de “Chacho” Ramos: la autoexigencia, los ajustes y lo que no se negocia

Chacho Ramos (DelSol)

“Chacho” Ramos formó Sonido Caracol, encabezó Grupo Calipso y ahora lidera a Los Amos del Swing. Dueño de una extensa carrera en la escena tropical en la que ha dejado una gran cantidad de éxitos del género, su nombre es una referencia de la cumbia nacional.

Pero el camino hasta ese punto fue trabajoso. En entrevista con La Mesa de los Galanes de DelSol 99.5, Ramos comparó el proceso de su consolidación con el que hacen quienes estudian una carrera y se privan de cosas hasta obtener su título.

“Nunca hubo un rico en la orquesta. Hicimos las cosas desde abajo. Nos aferramos a la idea, entendimos que era un tema muy vocacional lo nuestro y había que hacerse de los instrumentos para tocar. Veníamos a grabar en ómnibus de línea a Montevideo, uno con las tumbadoras, otro con el teclado y nos quedábamos en lo de un pariente o un amigo. Pagábamos cifras astronómicas por la grabación y cuando sacábamos el disco no metíamos ni un tema”, contó el músico.

Ramos dijo que la situación fue así durante muchos años y que el punto de quiebre fue en 1992, cuando lo invitaron desde la banda Mogambo de Artigas y se fueron a vivir para esa ciudad. El director de esa banda le sugirió que grabara “Sol negro”. “Yo pensaba: «no seas malo, es una cosa hasta ridícula. ¿Un sol negro? ¿Qué vamos a grabar eso?». Y Me decían que era un tema precioso, que era una metáfora. Finalmente, lo grabamos y fue un antes y un después”, relató.

Hasta entonces, como admirador de todos los géneros, las influencias musicales de “Chacho” Ramos afectaban a sus creaciones tropicales. Dijo que “se comía los discos de Alfredo Zitarrosa para sacar las introducciones en la guitarra” y que escuchaba hasta el cansancio a las canciones de Silvio Rodríguez y la Nueva Trova de Cuba, pero que también puede amar una canción de Carlos Vives, Los Beatles, Frank Sinatra o Los Olimareños. Pero “Sol negro” marcó un punto de inflexión que lo llevó a simplificar su sonido.

“Tuvimos que acoplar la parte de los arreglos y las armonías, bajar un poco los decibeles y tratar de continuar un camino que intentó no bajar de ciertos límites. Siempre tratamos que la orquesta estuviera afinada, que las letras tuvieran un contenido, y que el grupo sonara bien. Hay algunas cosas que hemos tratado de no negociar”, comentó.

Tocar siempre en vivo y buscar un buen sonido se convirtieron en premisas ineludibles y que le permitieron girar por todo el país durante tantos años. El músico se presentará el 13 de junio en el Teatro Metro a beneficio de la Fundación Péres Scremini.

“En todos los órdenes de la vida, mantenerse es lo más difícil. Capaz que metés un éxito y tocás el cielo con las manos, y capaz que al año desaparecés. Yo no puedo darle un consejo a nadie, lo que hemos hecho nosotros es trabajar con la mayor seriedad posible, presentar lo mejor que podemos presentar, tratar de exigirnos, de afinar, de sonar bien, llegar en hora, cumplir. Capaz que a la larga esas cosas por lo menos te dan cierta credibilidad”, dijo el líder de Los Amos del Swing.