Visiblemente incómodo con el juego de Bautista, Djokovic necesitó dos horas y 48 minutos para imponerse por 6-2, 4-6, 6-3 y 6-2 al español, 23º cabeza de serie, que el miércoles había eliminado al argentino Guido Pella en cuartos de final.

El serbio, de 32 años, que busca en Wimbledon su 16º título de Grand Slam, se enfrentará en la final al suizo Roger Federer.

Djokovic, cuatro veces campeón del Grand Slam inglés, comenzó controlando el partido, marcando el ritmo frente a un Bautista que fallaba al intentar buscar la línea de fondo.

Pero en la segunda manga pareció muy desestabilizado por el golpe plano y duro del español, de 31 años, que mostró gran concentración y resistía la presión.

"He tenido que ir a buscar fuerzas muy lejos para ganar, Roberto jugaba su primera semifinal, pero no se vio perturbado por la pista, por el acontecimiento", reaccionó después Djokovic. 

Con la confianza de haberle ganado dos veces este año, en Doha y Miami, Bautista jugaba su mejor tenis y arriesgaba en la red. Los intercambios se hacía largos y cada punto, más difícil de ganar.

El serbio cometió varias dobles faltas y tras un enésimo error de precisión incluso soltó un gran grito de frustración.

Un tercer set decisivo

"En el segundo set, él empezó a asentarse en el partido y a colocar sus saques. Los cinco primeros juegos del tercer set fueron ajustados y eso podría haber hecho girar el partido tanto de un lado como del otro", dijo aliviado el serbio, que pese a todo se declaró contento de sus resultados hasta ahora en un "torneo de ensueño".

Para Bautista "el tercer set fue el mejor del partido". Consideró que había jugado bien, que había "merecido más" y que de haber logrado romper en ese momento el servicio del serbio hubiese podido tal vez apuntarse una victoria.

Djokovic estuvo desconcentrado, molesto, resbaló tres veces y cambió en varias ocasiones de raqueta, le falló su legendario resto, pero acabó imponiéndose, ayudado por un Bautista que cometió graves errores en el último set.

"Venía mentalizado de que iba a tener dificultades, que por momentos las emociones y los nervios iban a estar ahí", reconoció el español, recordando que para él jugar este tipo de partidos era "una situación nueva" a diferencia de los otros tres semifinalistas, Djokovic, Nadal y Federer.

"Ellos se manejan muy bien bajo presión, se manejan muy bien bajo situaciones de estrés y eso les hace ser los mejores del mundo", subrayó.

Pero para Bautista, "estos partidos te hacen jugar mejor, te hacen subir el nivel".

Ahora, tengo "muchas ganas de seguir mejorando, de seguir dándome oportunidades como la de Wimbledon este año y a ver si poco a poco puedo acercarme a los puestos de arriba", asegura el jugador que ascenderá al número 13 del ranking al final de este torneo.

Pero, en lo inmediato, piensa aprovechar de las vacaciones en Ibiza que debió suspender para jugar unas semifinal de Wimbledon que no estaba en sus planes iniciales. 

(AFP)