"El lugar adonde van los restos de nuestras familias, nuestros ciudadanos, es muy importante (...) Nos parece que también es responsabilidad del gobierno departamental hacernos cargo de que cada ciudadano tenga un lugar donde ir a honrar a su gente", dijo durante el anuncio el intendente de Canelones, Yamandú Orsi.
El predio cedido por el gobierno municipal para la necrópolis se ubica en Soca.
Resaltando la naturaleza laica del país, "que a veces hace que estas iniciativas se reciban con extrañeza", Orsi precisó que la concreción de este proyecto es para la comunidad musulmana "un paso más en una historia muy larga".
El acuerdo es resultado de una demanda planteada hace más de 20 años.
El problema era que normativas de Montevideo impiden algunos ritos de la religión musulmana, como enterrar un cuerpo en contacto directo con la tierra. La legislación montevideana establece que las inhumaciones deben efectuarse "exclusivamente en ataúdes de madera de fácil descomposición".
Asimismo, en Montevideo es obligatorio que los cuerpos sean cremados tres años después de su entierro, mientras que los muertos musulmanes no pueden ser incinerados.
Canelones tiene una normativa más flexible, por lo que también hospeda el único cementerio judío del país, que se rige por costumbres similares.
Miembros de la comunidad que participaron del anuncio dijeron que ya tienen un plano y un presupuesto, y que en breve se abocarán a la tarea de recaudar fondos para iniciar la construcción.
Se estima que en Uruguay viven unos 1.500 musulmanes.
(AFP)