AIN constató falta de transparencia y controles en los Fondos de Incentivo Cultural

La Auditoría Interna de la Nación (AIN) constató la falta de controles y transparencia en el manejo de los Fondos de Incentivo Cultural.

Actualizado: 09 de setiembre de 2019 —  Por: Emiliano Zecca

AIN constató falta de transparencia y controles en los Fondos de Incentivo Cultural

Adhoc ©Javier Calvelo (Todos los derechos reservados)

Según un informe de la AIN, al que accedió No Toquen Nada (DelSol FM), el Fondo de Incentivo Cultural tiene debilidades que impiden asegurar que los millones de dólares que se asignaron en los últimos años hayan tenido el destino que correspondía.

El Fondo de Incentivo Cultural recibe dinero de privados que ponen plata para proyectos artísticos -lo pueden hacer de forma directa para un proyecto específico o a través de un fondo común para el arte- y al hacerlo logran exoneraciones tributarias. El tope anual permitido es de 100 millones de pesos, según lo aseguró en 2017 la coordinadora del Fondo de Incentivo Cultural en una nota en Presidencia.

El que gestiona los proyectos es el Consejo Nacional de Evaluación y Fomento de Proyectos Artísticos Culturales (CONAEF), que es presidido por la Dirección de Cultura, a través de un fideicomiso. El CONAEF es el fiduciario y desde el fideicomiso se administran y custodian los fondos. Ahí están las fallas detectadas por la AIN.

Desde el 2008 hasta Setiembre de 2018, el fideicomiso manejó 457.220.559 pesos y según el informe de AIN las dudas se arrastran desde el 2010, porque desde ese año no hay un informe financiero auditado. “Los registros utilizados para la gestión del fondo no han logrado otorgar las condiciones y garantías necesarias para proveer de información íntegra, confiable, veraz y oportuna”, señaló la AIN.

En varios pasajes de su informe, la AIN afirmó que la “criticidad” de los hallazgos es “extrema”. Refiere que los registros contables se anotaban en una planilla excel, sin comprobantes y sin el rigor que exige una contabilidad. Tampoco se hacían conciliaciones bancarias y un mismo funcionario ingresaba los datos y generaba las constancias, algo que es incompatible.

Además, en una sección que se refiere a la “Confiabilidad de la información”, la AIN plantea también problemas importantes. “Los registros utilizados para la gestión del fondo no han logrado otorgar las condiciones y garantías necesarias para proveer de información íntegra, confiable, veraz y oportuna”, expresó la AIN.

Con esa afirmación la AIN se refiere a problemas puntuales, que pueden tener consecuencias graves. Por ejemplo, por la falta de conciliación se detectó que en el Banco República hay una cuenta que con casi 5.000.000 de pesos, pero en la contabilidad del fideicomiso están registrados 4.000.000 de pesos. Pero lo más grave está en 22 millones de pesos que no están identificados, ya que no aparecen en la conciliación realizada por la AIN y están en un limbo que puede estar relacionado con un mal registro, un problema de depuración de información o a que la plata se haya sacado para otros fines, algo que podría profundizarse en una investigación penal.

A todas estas irregularidades se suman críticas al CONAEF, porque el libro de actas no tiene el detalle de las decisiones tomadas, no hay criterios específicos para seleccionar los proyectos y la AIN habla de “discrecionalidad del jurado y falta de transparencia”.

El informe de la AIN termina con dos recomendaciones. La primera es que se adopten de forma urgente “las medidas correctivas que minimicen los riesgos expuestos en el informe, procurando que sea antes del llamado a inscripción de nuevos proyectos”. La segunda, “hacer una investigación administrativa para establecer responsabilidades”.

El antecedente

La Contaduría General de la Nación había realizado previamente un informe crítico sobre los Fondos de Incentivo Cultural, a pedido de la ministra de Educación y Cultura, e incluso sugirió que actúe la AIN después de constatar algunas irregularidades que no estaban dentro de su competencia.

En ese trabajo, la Contaduría General de la Nación no pudo determinar que el dinero que pasaba por el fondo se manejaba de acuerdo a las formalidades porque el libro de actas de asambleas “carece de formalidades mínimas” y las planillas excel que se utilizan para llevar adelante la utilización de los fondos “carecen de coherencia”.

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