El clásico hizo de Nacional un mejor equipo. Seguro de sí mismo, confiado en su potencial, dominante ante sus rivales. Las fechas pasan y el equipo mantiene la solidez y la mentalidad ganadora sin importar quién esté a su frente. El plus a esa postura del Tricolor es que los jugadores nacidos en su cantera lo han potenciado.
La capacidad para ir al ataque, sorprender al rival, romper líneas con diagonales hacia el área y llegar al gol que tiene Viña es inusual en un lateral del fútbol uruguayo. Con 21 años, su proyección la disfruta Nacional y es un gran aporte para la selección.
El caso de Vecino también es ilustrativo. El juvenil tuvo que entrar en reemplazo del capitán y goleador del equipo, Gonzalo Bergessio, y lo hizo muy bien. Se coloca bien en el área, juega de espaldas al arco, se faja con los centrales rivales, se ofrece como receptor y convierte.
De los ocho goles que hizo Nacional en el Clausura siete lo hicieron futbolistas formados en sus divisiones juveniles y, ante Racing, ocho de los 11 jugaron en formativas del club.
El 3 a 0 sobre Racing fue inapelable.
Iban siete minutos cuando Carballo lanzó para Zunino y este asistió a un Viña que, desbocado y en diagonal, entró al área para marcar el 1 a 0.
Racing quiso reaccionar pero le costaba mucho avanzar. Gutiérrez encontró la fórmula en el medio y desde allí Nacional construye la superioridad. En esa zona del campo el equipo se impone con marca y creación. La velocidad por los extremos, la capacidad para jugar con la pelota por el centro, le dan al Tricolor versatilidad a la hora de lastimar.
En tres minutos Nacional sentenció el partido. A los 77 y a los 79 Vecino recibió en el área y no perdonó. El centrodelantero definió primero contra el palo izquierdo del arquero rival y luego, tras otra pelota que robó Viña en posición de ataque, con un tremendo tiro al ángulo del palo derecho.
Así se sacó de arriba a Racing. Con goles, juego y su cantera. Esa que potencia a Nacional.
