Esta transformación se orienta hacia un modelo comunitario y a la desinstitucionalización de los antiguos hospitales psiquiátricos, según explica un comunicado de la Consejería de Salud.
La cooperación se centra en la capacitación de los profesionales, tanto en Uruguay como a través de estancias formativas de profesionales en el Hospital Universitario Torrecárdenas, de Almería.
Además, Andalucía está asesorando a los responsables sanitarios en el cambio hacia un modelo comunitario, una colaboración que ha culminado con la aprobación, en el año 2017, de una nueva ley de Salud Mental, y que se ha intensificado este año.
Así, en 2019 se han llevado a cabo diez acciones formativas en colaboración con las facultades de Psicología y Enfermería para capacitar a casi 300 profesionales en diversos aspectos relacionados con los derechos humanos y recuperación social de las personas con enfermedad mental y la atención a la población infanto-juvenil.
El modelo de salud mental comunitaria pretende que las personas con trastornos mentales puedan recibir atención y apoyo en su propio entorno, con un abordaje individualizado e integral, promoviendo la inclusión social y combatiendo el estigma que genera la enfermedad mental.
Destaca la importancia del apoyo a las familias y el trabajo en redes intersectoriales, poniendo énfasis en la promoción de la salud mental, en la prevención de los trastornos mentales y en la rehabilitación psicosocial.
En la comunidad andaluza, la red de atención a la salud mental se configura mediante Unidades de Gestión Clínica que aglutinan diferentes dispositivos sanitarios que ofrecen una atención especializada e integral a las personas que padecen problemas de salud mental en función de sus necesidades.
La Atención Primaria se constituye como el primer nivel de atención a los problemas de salud mental, igual que en otras patologías.
La misión de esta red de dispositivos es atender las necesidades de pacientes y familiares para su recuperación, mediante tratamientos farmacológicos, psicológicos y sociales (apoyo y asesoramiento, psicoterapia individual, familiar o grupal, rehabilitación, cuidados de enfermería, terapia ocupacional, orientación y apoyo social).
Esta atención se presta en el centro sanitario y, cuando el caso lo requiere en el lugar de residencia, contando en todo momento con la participación activa de la persona atendida y la coordinación intersectorial con otras instituciones tales como la Fundación Andaluza para la Integración Social de las Personas con Enfermedad Mental (FAISEM), Servicios Sociales, Educación y Justicia.
En 2018, las 78 Unidades de Salud Mental Comunitaria existentes en la comunidad andaluza realizaron 1,2 millones de consultas, de las que más de 112.000 fueron primeras consultas.
Respecto a la atención a menores, las Unidades de Salud Mental Infanto-Juvenil atendieron el pasado año más de 144.000 consultas.
(EFE)
