Un clásico mal jugado y mal arbitrado

Nacional y Peñarol empataron 0 a 0 en un partido muy pobre desde lo futbolístico. El árbitro Leodan González no sancionó un claro penal a favor del Tricolor.

Actualizado: 17 de noviembre de 2019 —  Por: Diego Muñoz

Un clásico mal jugado y mal arbitrado

Javier Calvelo / adhocFotos

Son los dos equipos que van a definir el uruguayo, los más poderosos, los que gastan millones de dólares en contrataciones al año, le sacan ventajas siderales a los otros clubes del país. Y tienen un pésimo nivel. Todo un resumen de nuestra liga y la mejor demostración de por qué ningún club uruguayo destaca en lo internacional.

Los grandes jugaron un clásico para el olvido. Y entre tantos errores el árbitro tampoco zafó de la mediocridad. Con 10 minutos por jugar dejó sin sancionar un penal clarísimo a favor de Nacional que pudo cambiar el resultado y dejar definida la Anual.

Más allá de ese error de González, el nivel de ambos es alarmante. En 90 minutos no generaron situaciones claras de gol, fallaron pases con compañeros al lado, no tuvieron intensidad ni movilidad.

El ambiente era inmejorable. Tribunas llenas, recibimiento extraordinario de las dos hinchadas. Pero todo lo bueno quedó de lado ni bien comenzó el partido. Fueron 15 minutos de la nada misma hasta que Peñarol empezó a jugar un poco mejor. Con Facundo Pellistri por derecha y Gabriel Rojas por izquierda al menos abrió la cancha, se impuso desde el medio y generó algunas sociedades. Con eso solo le alcanzó para superar a su rival y posicionarse cerca del área rival, pero jamás tomó buenas decisiones de cara al arco.

Nacional no pateó al arco en toda la primera parte. Errático en los pases, desconectado de mitad de cancha hacia delante, los de Gutiérrez solo veían el arco de Dawson con larga vistas.

Justo antes del descanso Matías Zunino cometió una infracción sobre Walter Gargano, que salió del campo muy dolorido. Su lugar lo ocupó Guzmán Pereira.

Al segundo tiempo Nacional salió un poco mejor. El equipo ajustó detalles en el medio y dio dos pasos hacia delante.

Todo dentro de un pobre espectáculo en el que no había ni señales de buen juego.

En medio del tedio Pellistri agitaba la rutina con cada pique y cada diagonal. Un cara sucia, veloz y encarador, que no toma en cuenta rival ni contexto. Sabrá López por qué lo sacó cuando era mucho más que Agustín Canobbio.

Cuando el partido entraba en el tramo final, Peñarol quedó mal parado atrás y Nacional generó su única chance de la tarde. Pablo García encaró a Jesús Trindade, quien lo derribó en el área. González no vio un claro penal.

Así se fue un feo clásico, falto de ideas, precisión y ritmo. El resultado le cae mejor a Nacional pero no le disgusta a ninguno de los dos. Queda todo abierto de cara a la definición del Clausura y la Anual.