El asado que llevó a Lacalle Pou a “romper las reglas de juego” de la interna blanca

Un asado en Florida, en la casa del intendente Carlos “el Pájaro” Enciso, fue clave para que Luis Lacalle Pou empezara su carrera de candidato a presidente sin contar con la cúpula herrerista, pero con el apoyo de los dirigentes del interior.

Actualizado: 30 de noviembre de 2019 —  Por: Emiliano Zecca

El asado que llevó a Lacalle Pou a “romper las reglas de juego” de la interna blanca

Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS (Todos los derechos reservados)

Luis Lacalle Pou fue electo diputado por primera vez en las elecciones de 1999 por la lista de su madre, la 400, y recién en agosto de 2009 lanzó su propia lista, la 404. En esas elecciones su padre, Luis Alberto Lacalle Herrera, compitió y perdió en el balotaje con José Mujica.

Al principio lo acompañó Álvaro Delgado, hombre de su confianza y mano derecha, que podría ser su secretario de Presidencia. También estaban Amín Niffouri, que está con Lacalle Pou desde sus primeros pasos en política y es diputado por la lista 400 de Canelones, y Martín Lema, a quien el electo presidente “le vio condiciones para que lo acompañe” y le pidió que se sume a su equipo.

Luego de crear su sector, para las elecciones de 2015, Lacalle Pou apostó a sacar una lista al Senado y con esa premisa, junto a Álvaro Delgado, se fue a recorrer el país. Fue su primera señal de escisión con la cúpula del herrerismo y después de sus primeras recorridas por el interior la idea cambió. Delgado le contó a No Toquen Nada (DelSol FM) que empezaron a pensar que Lacalle Pou tenía que ser precandidato a la Presidencia. “Íbamos con otro proyecto, eran otros los candidatos que estaban, pero la gente quería a Luis. Él tenía 41 años, el 4% en la interna, era todo un riesgo. Igual lo quisimos asumir y así pasó. Tomó la decisión y la hizo pública en ese diciembre de 2012 y en enero de 2013 Aire Fresco ofreció su nombre”, dijo.

La historia que vino después es conocida. La campaña “por la positiva”, la sorpresa de las internas al ganarle a Jorge Larrañaga y el golpe posterior de perder con Tabaré Vázquez cuando ya se había convencido de que podía ganar.

Pero antes de hacer pública su decisión en diciembre 2012, Lacalle vivió dos años de negociaciones, con varias rondas de mates y asados de por medio. Tuvo que convencer a su padre y a los viejos herreristas que lo habían acompañado y también a algunos dirigentes del interior. Uno de los primeros que decidió apoyarlo fue el intendente de Florida, Carlos “el Pájaro” Enciso, un wilsonista que se fue con un herrerista.

El asado y el “pendejo que cambio las reglas de juego” de la interna blanca

A principios de 2011, casi dos años antes de que Lacalle Pou anunciara públicamente que iba a ser precandidato a la Presidencia, Enciso organizó un asado “informal” en su quincho en Florida.

Los invitados fueron Luis Alberto Heber, Armando Castaingdebat, Luis Lacalle Pou y Nicolás Martínez, que había trabajado Luis Alberto Lacalle Herrera hasta 2009 y que hoy es el principal asesor del presidente electo.

Castaingdebat nunca militó en el herrerismo, pero era amigo de Enciso y fue invitado para que conociera a Lacalle Pou, que venía de una gira por el interior. En ese momento estaba en su segundo período como intendente de Flores.

“En esa barbacoa del Pájaro conviven imágenes de Cuba, del peronismo, de viajes a Estados Unidos. Nosotros lo jorobamos con que es el peronista uruguayo. El Pájaro me terminó proclamando a mí, cambió el rumbo después de que empezó a tomar un ron cubano, ya habíamos pasado por cerveza, algún vino y creo que el Pájaro abrió un ron y ahí vino la proclamación anecdótica. Pero la verdad es que ese fue el comienzo de esta historia que ojalá nos tenga muchos años por delante”, contó Castaingdebat, que fue a esa reunión “lleno de prejuicios”. “Viste que cuando vos juzgas a alguien y después lo conocés te genera el efecto contrario. Creo que tenía el prejuicio de la gran mayoría de los uruguayos, que era distante, que no era una persona sencilla y encontré a un ser humano con valores y principios. Y después su inteligencia. A mí las personas inteligentes me deslumbran, me atrapan y a pesar de que soy unos años bastante mayor que Luis, enseguida me di cuenta que había un diamante en bruto”, agregó.

Pero la historia no terminó ahí, porque después Castaingdebat tuvo que “convencer a la barra en Flores”. “Ellos tampoco estaban muy convencidos porque nunca habíamos estado en el ala herrerista. Luis se dio cuenta que sin renunciar al herrerismo, tenía que hacer un sector más amplio y así nació Todos. Hubo que hacer reuniones con mucha gente para convencerlos porque este pendejo que salió de abajo de las piedras cambió las reglas de juego. Pero a la larga todos reaccionaron bien y si te fijás en las internas pasadas de 2014, empezamos 20 puntos abajo y la terminamos ganando. Estos cinco años, después de la derrota en las nacionales, nos hicieron muy bien y nos seguimos preparando. Luis evolucionó de una manera brutal y las cosas no suceden por casualidad. Quienes creemos en Dios encontramos su manito en cosas que suceden y no sabemos por qué”, dijo Castaingdebat.

Ese asado fue el arranque de las negociaciones que vendrían luego, porque más allá de la anécdota, se sentaron las bases de un vínculo que, por ejemplo, tuvo a Flores como sede del sector de Lacalle Pou en el interior durante mucho tiempo, con “varias reuniones de esas que no salen en los medios” para convencer a dirigentes, contó Castaingdebat.

Lacalle Pou contó en el programa De Cerca que a su padre le avisó a fines de 2011 que ser precandidato era una posibilidad. No era fácil porque para Lacalle Herrera era una jubilación anticipada. De todas maneras, el presidente electo dijo que la charla más difícil la tuvo con Luis Alberto Heber, quizás el sucesor natural de su padre en el ala herrerista.

Heber no se quiso acordar del asado en la casa del Pájaro Enciso. “No tengo memoria”, aseguró. Pero de la charla con Lacalle Pou sí y aclaró que son “muy amigos”. “Luis es una persona muy leal, muy franca, y esa conversación fue una de más lindas que tuve en política. Es difícil de reconstruir, era el clima del momento, la irrupción de Luis, el gana democráticamente dentro del sector y las cosas que se hacen bien, siguen bien. Uno es demócrata cuando gana y cuando pierde. Cuando se gana legítimamente en la cancha, a quien te bese con honor, toda la derecha. Aquella decisión fue la correcta, pero dentro de la conversación decíamos que si no estábamos ante un fenómeno político, la convivencia iba a ser complicada, pero si lo era, yo iba a ser el primer adherente, como el que más. Y hoy estamos frente a un fenómeno político”, contó.

Finalmente, los tres herreristas que quedaron por el camino fueron Luis Alberto Heber, Analía Piñeyrúa y Francisco Gallinal.

Enciso, el hombre que ya a principios de 2011 había decidido apoyar a Lacalle Pou, hizo pública su decisión en diciembre de 2012. “Pedimos que Luis fuera el candidato de una agrupación como lo hizo Wilson en el 70 y después de eso se generó un efecto en cadena. Yo tenía la decisión de apoyarlo fuera donde fuera, por más que estábamos en un proceso de búsqueda de unidad nacional y en ese momento había tres candidatos que carreteaban. Fue un efecto dominó porque surgió de abajo hacia arriba, Luis no tenía apoyo de la cúpula, creció con el apoyo de dirigentes del interior. Si bien yo venía del wilsonismo y el del cerno herrerista, Luis no era un tipo cerrado, tenía amplitud y buscaba remover espacios generacionales que le hacían falta al partido, conocía el interior y a las facetas de los dirigentes. También tenía algo que vimos ahora: la posibilidad de armar equipos, tender puentes, de ser un tipo coloquial, mucho más llano que las etiquetas que le han puesto”, concluyó.