Fresnedo Siri y el Deportivo Femenino Capurro, revelados

La exposición de fotos “Deportivo Femenino Capurro”, inaugurada este sábado 7 en el Parque Capurro, muestra un trabajo por capas. Como un revelado.

Actualizado: 11 de marzo de 2020 —  Por: Mauricio Erramuspe

Primero estuvo el arquitecto. Luego el investigador preocupado por la obra del arquitecto. Como el arquitecto también era fotógrafo, aparecieron las fotografías. Y en las fotos, un club de mujeres deportistas de los años 30 en el barrio de Capurro.

El trabajo del fotógrafo, investigador y gestor cultural Ramiro Rodríguez sobre la obra del arquitecto Román Fresnedo Siri comenzó en 2011, a raíz de la demolición de dos casas diseñadas por quien fuera uno de los arquitectos más importantes de Uruguay en el siglo XX.

Desde entonces ha ido corriendo velos, revelando, el acervo fotográfico de Fresnedo Siri. Primero tuvo la revelación de que efectivamente era fotógrafo.

Rodríguez Barilari recuerda que durante una de las muchas entrevistas que había comenzadoa a realizar, una de las sobrinas le dijo: “Román era fotógrafo”. Entonces, le mostró dos fotos que tenía.

“Yo aspiraba a que hubiera fotografías hechas por Fresnedo entre otros documentos y otros testimonios. Que hubiera dos cajas de zapatos, como se guardaban las fotos viejas en mi casa. Y empezó a aparecer material”, le contó a 180.

Lo primero fue trabajar en la conservación física del acervo que iba apareciendo en negativos. Rodríguez tuvo que formarse en la materia y luego de mejorar las condiciones físicas, digitalizó todo.

Así llegó a armar la primera exposición “Las fotografías del arquitecto” que se exhibió en 2017 en el Centro Cultura España, luego en las fotogalerías a cielo abierto del Centro de Fotografía de Montevideo (CdF) y en la Fundación Pablo Atchugarry de Maldonado.

Ese trabajo en capas tuvo varios ejes temáticos dictados por las series fotográficas que fueron apareciendo en los sobres con negativos que le aportaban los familiares. Esos ejes acompañan lo que fue la vida de este arquitecto, responsable entre otras obras del edificio de la Facultad de Arquitectura, del Palacio de la Luz, de la sede de la Organización Panamericana de la Salud en Washington y del Hipódromo de Porto Alegre.

Así aparece un viaje de Fresnedo Siri en 1941 a Nueva York para un concurso del MOMA, otro viaje a Europa en 1937, la vida cotidiana, la náutica y el remo, y los ensayos fotográficos relativos al movimiento y la luz.

La última línea temática es la que está incluida en la exposición que se inauguró este sábado en la galería del CdF en el Parque Capurro, un espacio recuperado en 2019 por la Intendencia, que vale la visita por su arquitectura en dos niveles, con grandes escalinatas y una particular visión de la ciudad y su costa.

Uno de los sobres con negativos de Fresnedo Siri decía escrito a mano: “Deporte Femenino Capurro”.

Así comenzó a revelarse otra capa. En las fotos aparecían mujeres practicando diferentes deportes en el Parque Capurro: básquetbol, vóleibol, tenis. Por otro lado, estaba reflejada la intimidad de ese grupo en un interior junto a una estufa a leña de un diseño muy particular, que Rodríguez define como inspirado en la Bauhaus y “muy fresnediano”.

Era una estufa de grandes dimensiones y no se sabía dónde podía estar ubicada.

Las baldosas del salón, que no correspondían al estilo y época de Fresnedo, hacían suponer que si la obra era del arquitecto salteño debía estar emplazada en un edificio prexistente. La investigación descartó varios y llegó a la conclusión de que solo podía tratarse del Pabellón del Parque Capurro.

Ese pabellón por entonces, año 2017, estaba tapiado a la espera de su restauración.

“Hubo que esperar al año 2018 cuando la Intendencia comenzó la restauración del parque y ahí se hizo un boquete en la tapia, entré y me encontré con que las baldosas eran las mismas de las fotos. Al fondo, estaban los restos de la estufa”, recordó Rodríguez Barilari.

El investigador, junto al arquitecto a cargo de la restauración del parque, Carlos López Cuagliata, encontraron en los archivos de la Intendencia el plano de la estufa del Deportivo Femenino Capurro, con la firma de Fresnedo Siri.

Ahí terminó de cerrar la historia. La estufa fue reconstruida en base a las fotos, del mismo modo que Rodríguez Barilari empezó a reconstruir la historia de este club de mujeres, tan inusual en los años 30.

El Deportivo Femenino Capurro fue fundado en 1932 por un grupo de mujeres de clase media y alta, fundamentalmente provenientes del Prado.

“Nacidas en las primeras dos décadas del siglo XX –en muchos casos solteras– integraban un grupo social en el que no era frecuente que las mujeres salieran a estudiar o a trabajar fuera de casa y que, por consiguiente, tenían la posibilidad de buscar modos diversos de recrearse y de disfrutar del tiempo libre”, describe el dossier de la muestra.

Y agrega que “la prensa de la década de 1930 con frecuencia reporta la intensa actividad del club, normalmente con una mirada condescendiente y paternalista. Se refiere a las deportistas como a las ‘hermosas niñas de la sociedad uruguaya’, las ‘damitas’ o menciona que son ‘encantadoramente invictas’”.

La última mención que se encontró en la prensa fue en 1961 cuando se informaba que la Intendencia pretendía darle otro destino al local.

Ahora esa historia vuelve a revelarse en esta muestra en la Fotogalería del Parque Capurro, hasta el 25 de mayo.

El investigador

La relación de Fresnedo Siri y la fotografía puede seguir revelando capas. Al menos así lo piensa el investigador Rodríguez Barilari.

Es que “localizar este acervo fotográfico fue como alcanzar un sueño que nunca había soñado”, afirmó. Ese sueño alcanzado “tenía que pasar a ser el eje” de su proyecto de investigación con la certeza de que asumía un “compromiso de largo aliento” y de una gran responsabilidad porque trabaja sobre el material generado por alguien que ya falleció.

“Casi nueve años después puedo decir que ese trabajo, que tiene mucho de desafiar al tiempo y a la memoria, superó ampliamente mis expectativas”, afirmó. Y agregó que “es un proceso en el que aprendí a controlar la ansiedad, pensar en el paso a paso, en lo gradual, que me sigue desvelando y que no tiene fecha de caducidad”.