Mujica y Sanguientti cerraron juntos y con un abrazo un tiempo político que los enfrentó

Los expresidentes José Mujica y Julio María Sanguinetti, líderes y adversarios políticos, renunciaron este martes a sus bancas en el Senado, en un retiro que acordaron realizar en forma conjunta.

Actualizado: 20 de octubre de 2020 —  Por: Redacción 180

Mujica y Sanguientti cerraron juntos y con un abrazo un tiempo político que los enfrentó

Despedida de Mujica y Sanguinetti del Senado (Santiago Mazzarovich / adhocFOTOS)

En la mañana de este martes, Mujica y Sanguinetti olvidaron por un momento los protocolos sanitarios y sus históricas disputas políticas para darse un abrazo en la sesión que los homenajeó y despidió de su función legislativa. Ambos acordaron retirarse juntos, en un mensaje claro de institucionalidad democrática. Pero ambos animales políticos no dejarán la vida partidaria.

El Senado los despidió con un aplauso de pie.

La pandemia de coronavirus fue lo que precipitó la decisión de Mujica, de 85 años, que padece una enfermedad del sistema inmunitario. 

"Sinceramente, me voy porque me está echando la pandemia. Ser senador significa hablar con gente y andar por todos lados, el partido no se juega en los despachos (...) Y estoy amenazado doblemente, por vejez y por enfermedad", dijo este martes en su discurso de despedida. A propósito de su enfermedad dijo que incluso si aparece una vacuna, no podrá aplicársela.

Antes, en su carta de renuncia, había aclarado que este retiro "no significa el abandono de la política sino el abandono de la primera fila por entender que un dirigente es el que deja gente que lo supera con ventaja". 

Lo único permanente en la vida es el cambio y hay que dar espacio a las nuevas generaciones, insistió en su discurso. "La vida se nos va, y es inevitable, pero las causas quedan", dijo.

En tanto Sanguinetti, de 84 años, recordó que su renuncia estaba prevista desde antes de las elecciones nacionales celebradas en 2019 e indicó que lo motiva "la necesidad de atender la secretaría general del Partido Colorado", así como sus actividades periodísticas como columnista en distintos medios.

"Ustedes dirán ¿por qué este señor privilegia su partido y no disfrutar de este cuerpo? (...) Y es porque siento un enorme deber hacia mi partido y una profunda convicción sobre la importancia de los partidos políticos en la vida democrática", aseveró.

Mientras "la opinión de los ciudadanos es diversa, es veleidosa, los partidos son los que encauzan, orientan, vertebran, articulan, y eso es fundamental sobre todo en estos tiempos en que las burbujas publicitarias y la magia de las redes pueden entronizar (...) a figuras que no representan valores y que no dan la seguridad institucional de los países, porque son gente que no se siente atada", argumentó. 

"El concepto de representación política hoy está en crisis. El ciudadano hace un Facebook y cree que con eso es partícipe de un diálogo universal y tiene la falsa sensación de ello. Y más que nunca entonces nos tenemos que aferrar a las ideas".

Conciliación entre dos mitades

Los dos expresidentes, durante décadas férreos adversarios políticos y en las antípodas en muchos aspectos de su cosmovisión, acordaron realizar su renuncia el mismo día.

"Esta es una hora de conciliación, de reafirmación democrática", dijo Sanguinetti sobre la salida conjunta.

"Habiendo estado tan enfrentados como pudimos haber estado con Mujica, él desde una revolución armada, yo desde los gobiernos que la combatían, hoy podemos decir con (la cita del poeta mexicano) Octavio Paz, que la inteligencia al fin se encarna, se reconcilian las dos mitades enemigas y vuelven a ser fuente, manantial de fábulas, hombre, árbol de imágenes, palabras que son flores, que son frutos, que son actos".

"Hace décadas que no cultivo el odio"

Igual que Sanguinetti, Mujica se despidió con un mensaje de reconciliación. 

"Tengo mi buena cantidad de defectos. Soy pasional. Pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio. Aprendí una dura lección que me puso la vida: el odio termina estupidizando porque nos hace perder objetividad frente a las cosas. El odio es ciego, como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye", dijo.

En el final dejó un mensaje a los jóvenes: "Triunfar en la vida no es ganar. Triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae". 

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