“El Padrino” narra la vida de Oscar Magurno, el diputado colorado que ha estado al frente de la mutualista Asociación Española durante décadas.
El libro, escrito por el diputado colorado Fernando Amado, narra una forma de hacer política que incluye gauchadas y clientelismo. Pero también se denuncian hechos de corrupción que no son señalados como tales. Esa palabra, “corrupción”, no aparece.
Es un texto que atrapa, pero que también indigna. Que da vergüenza ajena por los políticos, por los empresarios, por los periodistas, por la falta de moral general para dejarse seducir o atemorizar por un personaje como Magurno.
Un líder silencioso, con escasa capacidad para hablar, que sin embargo construyó una maraña increíble de contactos y negocios a partir de su cargo en la Española y en otra decena lugares el área pública y privada.
Vale decir que Oscar Magurno nunca ocultó cómo generó lealtades a lo largo de su vida, lo hizo usando una institución de asistencia médica que recibe fondos del Estado.
Su cargo en La Española también le habilitó a dar el alta a enfermos o decidir qué medicamentos se suministraban. También a negociar favores con laboratorios para intereses personales, como una cancha de básquetbol. Masón, amigo de la Secta Moon, de la dictadura y de la izquierda, de la policía y de la barra brava de Cerro, Magurno no escatimó en contactos.
Por ejemplo, en el libro está contado cómo en una elección de autoridades en la Española tenía todo armado, con varios hombres de “Cachete” Espert para terminar con el escrutinio si le era desfavorable. No tuvo que hacerlo pero estaba preparado.
Entrevista de Joel Rosenberg con el diputado Fernando Amado, emitida en No Toquen Nada (Océano FM) el jueves 18 de noviembre.
Joel Rosenberg: Fernando, vos narrás en el comienzo del libro, a modo de prólogo, que si bien sos colega de Magurno porque ambos son diputados del Partido Colorado, nunca tuviste mucho diálogo con él. Decís además que las veces que te cruzaste con él, estabas en desacuerdo.
Fernando Amado: No he tenido relación y la vida política siempre nos ha encontrado enfrentados en formas de hacer política. No comulgamos en la misma manera de entender lo que es esta actividad tan especial y particular.
¿Por qué sentiste o pensaste que estaba bueno hacer un libro sobre Óscar Magurno?
Es un personaje que siempre me sedujo en el sentido de tener una cantidad de curiosidades en cuanto a cómo había llegado a tantas cosas y cómo había logrado acumular tanto poder en tantas áreas y tan diversos ámbitos. En el deporte, en la política, en el mutualismo…
Sí, vos en el libro narrás sus actividades: tres veces diputado, vicepresidente del Club Nacional de Fútbol, presidente de la B del fútbol uruguayo, presidente de Welcome, síndico del Banco de Crédito, administrador general de la Asociación Española, director del Radisson Victoria Plaza, presidente de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, presidente de la Federación Uruguaya de Boxeo, integrante de la Comisión Fiscal del Automóvil Club del Uruguay, de la Sociedad Filantrópica Cristóbal Colón, de la Cámara de Comercio Uruguayo – Paraguaya, copropietario de Club de Pesca Armonía, asesor del Directorio de la Empresa Polo y del diario Últimas Noticias y podríamos seguir…
Más allá de todas esas instituciones en las que ocupó cargos, creo que lo más importante es el poder invisible que tuvo y tiene. Terminando la pregunta que me hacías, yo no le voy a mentir a la audiencia. Realmente dudé muchas veces en hacer el libro, tenía muchas ganas, me interesaba mucho el tema, pero sabía que podía traer una cantidad de consecuencias porque se trataba justamente de un compañero de partido. Esto más allá de que dentro del partido tenemos diferencias. Era una apuesta dura, difícil.
¿Qué dijo el secretario general del Partido Colorado, Pedro Bordaberry? Esto se mete con una forma de hacer política del partido, más allá de que no sea la que dice promover Bordaberry.
Uno no le pregunta todo lo que hace. Yo no le pedí permiso para hacer el libro, esa es la realidad. Esa es la forma en que uno se maneja y creo que muchos en el Partido Colorado se manejan así. En segundo lugar, un día le conté que estaba en eso y me dijo: “ta…”
¿Lo leyó?
No lo sé.
Capaz que le habías pasado un adelanto.
No.
¿Cómo definirías a Magurno después de haber investigado tantos meses, de hablar con amigos cercanos, con su ex esposa?
Para mí es el personaje de estos últimos 30 años con más poder en nuestro país. Ese poder invisible, ese poder que no es ser el presidente de la República pero sí incidir en los presidentes de la República. Es un personaje que sin duda alguna tiene méritos. El mérito de haber nacido en un hogar humilde, con una infancia compleja, marcada por la tragedia personal con la muerte de tres de sus cinco hermanos. Tuvo que salir a trabajar muy temprano y ascendió socialmente en aquel Uruguay que le daba posibilidades a los que no tenían la suerte de nacer con la contención necesaria. Magurno a través de condiciones como el trabajo, el sacrificio, la perseverancia pudo ir mejorando su estatus social, económico y laboral. Eso es indudable.
Tiene mucho del prototipo de personaje que encarna una cantidad de características del Uruguay del Siglo XX y del que persisten varios reflejos en el Siglo XXI. Yo creo que es el profesional del padrinazgo. Es el ícono nacional del padrinazgo uruguayo en el sentido de tutorear, de dirigir, de hacer una gauchada, de generar esos vínculos de “yo te impulso, yo te promociono” y después el favor estuvo a la orden del día en su vida.
El libro se llama El Padrino en ese sentido pero por la cantidad de citas que hay de otras personas que lo conocieron el sentido se puede ampliar. A mí se me amplía. Hay comentarios de códigos mafiosos, lo dice gente que trabajó muchas veces con él. Son códigos de aprietes, de tener guardaespaldas. Magurno dice que no tiene guardaespaldas pero el jefe de la barra de Cerro dice que funcionaba como tal.
Es un hombre que tiene una característica de mucha autoridad, de mucha presencia. Al mismo tiempo ejerce al límite esa autoridad en las instituciones en las que ha estado y seguramente en algunos momentos aprovechó ese poder y esa autoridad que él imponía y las personas le concedían para generar miedo, acciones en respuesta a tener miedo a una posible situación de revancha. Eso sale claramente en el libro.
Vos no mencionás la palabra corrupción pero describís algunos hechos que se pueden leer claramente como de corrupción. Por lo menos podemos hablar de un par. Uno sucedió en la Cámara de Diputados donde da vuelta una decisión a favor de las embarazadas porque no le convenía a la Española. Otra habla de un sobreprecio del 50% en los productos que la Española negociaba con el Fondo Nacional de Recursos. ¿Hay hechos que te parecieron de corrupción?
El hecho que comentás del Parlamento es absolutamente increíble. Un proyecto de ley que presenta el Foro Batllista, gobierno en ese entonces, para exonerar de los tickets mutuales a las embarazadas y Magurno siente que daña los intereses de su otra actividad.
Si, se exoneraba a las embarazadas de los tickets de examen o consultas médicas y también a los bebés hasta los 28 días de vida.
Él logra armar no solo un tremendo lío en su bancada, argumenta a favor y después en contra sino que logra un abroquelamiento de todos los partidos.
A mí me llamó mucho la atención, cuando asumimos en el Parlamento el 15 de febrero, cómo integrantes de todos los partidos venían hasta donde estaba Magurno a saludarlo y a visitarlo. Era como un acto de pleitesía. Creo que tiene que ver con esa cadena infinita. Hay que ser claro, él ha sido muy honesto al contar la forma en la que hace las cosas. Evidentemente hay muy poca gente que no le deba una gauchada.
Él se encarga de que pase eso.
Él está a la orden para eso.
Tiene como un sistema de alerta para hacerle una gauchada a cualquiera que sea o no de la Española.

Fernando Amado (adhoc ©Ricardo Antúnez)
Totalmente. Evidentemente se ocupa de tener a importantes dirigentes políticos, deportivos, periodistas. Al principio del libro narro lo que me sucedió en carne propia. Yo no soy amigo de Magurno, nunca lo fui. Él estaba enojado por algunas cosas que escribí en el libro de la masonería. Tuve un enfrentamiento y después cuando me lo cruzo dio vuelta la página. Yo tuve un accidente automovilístico leve, pero ni bien se enteró de que lo había tenido, mandó a llamar al diputado Fachelo para poner al servicio mío la Asociación Española. Yo no soy socio y esa es una práctica habitual en toda la vida de Magurno. Ha sido consentida por todos.
En el incidente que mencionamos del Parlamento, si bien Magurno se retira de sala porque se lo pide el diputado Alejo Fernández Chávez cuando se recuerda que los legisladores deben declarar si tienen vínculos con instituciones que puedan verse afectadas por los temas que se están tratando, logró dar vuelta una decisión de su partido porque perjudicaba a la Asociación Española. ¿Para vos lo que sucedió en el Parlamento no es un hecho de corrupción política?
Utilizaría la frase de Vázquez: “un profundo silencio”.
En los discursos, Magurno habla de los barrios carenciados, de tenderles una mano, de los amigos…
La lógica amigos – enemigos está permanentemente presente en la vida de Magurno. Él es muy buen amigo de sus amigos pero también muy buen enemigo de sus enemigos.
Uno de los que pasó a ser su enemigo fue el doctor Homero Bagnulo, un respetado médico.
Durante muchos años fue amigo de él.
Bagnulo cuenta algunas situaciones insólitas de la Española. Dice que Magurno caminaba por el sanatorio y decía que había pocas camas. Veía un enfermo y le preguntaba a la nurse quién era el médico tratante y qué tenía el paciente. Ella le respondía que era de tal médico y que tenía apendicitis. “Este paciente ya está bien, denle el alta”, ordenaba. La enfermera le decía que el médico aún no le había dado el alta. “Este paciente está de alta, ¿me entendió?”, repetía. “Eso se lo hizo a varios médicos. Algunos renunciaron como el doctor Catalán o el doctor Massa cuando les hizo eso”, recuerda Bagnulo en el libro. Dentro de la Española Magurno se tomaba atribuciones increíbles para un administrador. Nunca fue médico.
Nunca fue médico pero siempre usó la túnica blanca como una cosa que siempre lo identificó desde el punto de vista gráfico. Si nosotros le preguntamos a la gente quién es el referente de otra institución mutual seguramente no se les ocurra. En definitiva son siempre colegiados de determinada cantidad de miembros donde uno puede tener más incidencia que otros pero no un poder unipersonal casi monárquico como el que fue construyendo Magurno a lo largo de los años. Lo fue construyendo por talento propio, por esa inteligencia intuitiva en el manejo de generar una red interna en la Asociación Española de personas de su confianza y también por desidia de los que veían que eso iba sucediendo y no se insubordinaban ante esa situación.
Por ejemplo, Alberto Piñeiro –cirujano general durante más de 25 años en la Española- describe que el funcionamiento tenía aspectos monárquicos, muchas veces usando elementos de amenaza y de terror. Agrega elementos claros de amiguismo dentro del funcionamiento, está la descripción de cómo fue colocando en cada área importante de la Española un amigo, un leal, un alcahuete, para tener todo cubierto. Este cirujano describe que la gerencia pasaba a ser el elemento más importante. No siempre debería ser así. La dirección médica siempre estaba supeditada a la gerencia. Incluso cuestionaba el uso de medicamentos, ya no por el costo sino porque no eran los que daba la Española.
Algunos ejemplos que demuestran claramente eso. En la investigación tuve contacto con los permisos para operar a pacientes y pasaban todos por la gerencia. La persona que se iba a operar en la Española tenía que tener la aprobación de puño y letra de Magurno. Tuve contacto con varias, de diferentes médicos, donde estaba la firma de autorización de Magurno. Era una operación menor, quizás, pero Magurno la mandaba a hacer porque era la de un conocido, la de un amigo.
Yo creo que es importante tener claro que Magurno fue cosechando todo ese poder, primero en la dictadura, donde es cuando se transforma en el hombre fuerte de la Española porque tenía una relación y vínculo directo con el régimen. La primera señora destaca la amistad que tenía con el dictador Gregorio Álvarez y con el general Yamandú Trinidad. Más de un entrevistado destaca la cercanía con la policía.
Lo que queda claro es que él logró de una manera muy hábil pasar de ser un colaboracionista directa, porque integró la Junta de Vecinos en 1981, a en la democracia ser diputado demócrata por el Pachequismo y transitar todos estos 25 años de democracia cerca del poder y teniendo un acceso que muy pocos tienen a las decisiones que se toman por parte de los distintos presidentes. Él se dio el lujo de ser amigo de Sanguinetti, ser amigo de Pacheco, de Lacalle, de Tabaré Vázquez.
En el libro está la lista de invitados a algunos de los cumpleaños, el 2 de marzo: Julio María Sanguinetti, Tabaré Vázquez, Walter Nessi, el fiscal Enrique Moller, el juez Ruben Eguiluz, el Tano Gutiérrez, Hugo De León, Victor Della Valle, los Romay, Enrique “Cachete” Espert, Oscar Moglia, jefes médicos y directivos de la Española, gerentes de todos los laboratorios, proveedores de la Española, empresarios de varias ramas, gente del fútbol, del básquetbol, de la política, todos asistían el 2 de marzo.
Por ejemplo, Vázquez dijo una vez: “reconozco en esta institución, en su señor presidente, en la directiva, fundamentalmente en la persona de un hombre que sabe lo que tiene que hacer, que lo ha hecho, que ha llevado la institución adelante, como Oscar Magurno, todos los logros que estamos obteniendo no solo en la Española sino en el país”.
Vázquez no faltaba nunca a los eventos de Magurno. Vos decís en el libro que son amigos.
Tienen una amistad muy particular, interesante. Por un lado se tratan de usted pero por otro tienen el relacionamiento de cenar en la casa del otro, de compartir alguna situación íntima como cuando Magurno fue a una cena en la residencia presidencial de Punta del Este y se quedó a dormir porque no se sentía bien. Magurno participó en muchas de las comitivas al exterior, perteneciendo a la comitiva oficial del presidente. Fue una relación que se fue forjando a través de los años, en donde lo interesante es que al principio el fuerte en la relación era Magurno, era el hombre fuerte de la Española y Tabaré Vázquez era el simple oncólogo de la institución. Eso lentamente fue cambiando y Magurno y Tabaré Vázquez ni lentos ni perezosos fueron amoldando su relación que sin duda tiene aspectos sentimentales pero también de interés mutuo. Esa relación se va agudizando cuando Tabaré es intendente y cuando luego se avizora que el Frente Amplio puede llegar a ser gobierno.
Magurno muchas veces se señalaba y autoproclamaba como posible ministro de Salud de Tabaré Vázquez.
Era como un chascarrillo que se decía pero nadie sabía si iba a terminar en verdad. Finalmente fue María Julia Muñoz.
Yo siento que tanto Magurno como Vázquez nunca tenían un no ante un pedido del otro. Eso me parece que es lo que puede definir claramente la relación.
Hubo hechos políticos, votaciones en la Junta Departamental donde el edil de Magurno salvó la situación para el gobierno frenteamplista.
Tabaré Vázquez, un hombre con una inteligencia muy notoria, sabía que era muy difícil justificar su amistad con un hombre que había sido amigo del ex dictador paraguayo Alfredo Stroessner, del golpista Lino Oviedo, de Gregorio Álvarez, que era un anticomunista visceral. Era muy difícil justificarlo con sus propios compañeros pero a veces la amistad es más importante.
En entrevista para El Padrino, el gerente general de Laboratorios Roemmers del Uruguay, Jorge Tomasi, declara “con naturalidad” que es cierto que los laboratorios le bancaban las actividades de afuera a Magurno. “Él usufructuaba lo que significa la Española en materia de potencial de compra… ¿quién le decía que no al Óscar?” Está narrado cómo llegó a armar esos planteles de Welcome a partir de “sugerencias” a los proveedores, entre ellos los laboratorios. No todos los que te contaron esto lo tomaron como “sugerencias”.
No. Había muchas cosas que se daban por entendidas, ya entraban en una lógica de funcionamiento en la cual el pedido o la sugerencia (“Óscar esta metido en esto… en qué me podés ayudar”) terminaba siendo una orden. En la jerga militar se usa mucho la frase de que la invitación del superior es una orden. Acá como que se daba un poco eso. Un pedido de Magurno en definitiva era una orden.
Así lograba 500.000 dólares de presupuesto anual para Welcome. Construyó una cancha que se llama “Oscar Magurno”. Allí también está lo que es una institución de asistencia colectiva y por eso tomaba algunos hechos que pueden ser manejados como corrupción. Ahí hay plata del Estado. Hay hechos que por lo menos lindan la corrupción en la relación que tenía con los proveedores.
El manejo con los proveedores es lo que creo que está en el ojo de la tormenta y es lo que más se ha criticado, siempre silenciosamente, siempre en el pasillo. Eso es algo que creo que como sociedad… Cuando me preguntabas al comienzo sobre por qué hacer el libro, realmente no solo quería hacerlo sino que en algún momento sentí que debía hacerlo. Más allá del costo político, más allá de que no le pueda caer bien a algunos de mis colegas, probablemente, y más allá de costos personales que uno pueda tener, el privilegio de estar y ser un actor político para mí tiene una cantidad de responsabilidades y deberes. En ese sentido yo entiendo que más allá de que no pretendo enjuiciar de manera lapidaria las prácticas de Magurno, creo que el Uruguay se merece cambiar esa forma de hacer las cosas.
Este libro evidentemente va a vender mucho. A eso estás acostumbrado. Tanto el libro sobre el Opus Dei, “El peso de la cruz”, como “En Penumbras, la masonería uruguaya”, siempre están entre los más vendidos.
Es una alegría adicional. Uno no escribe para eso, escribe porque es una manera de investigar…
Pero no está mal cuando se venden.
No, pero el primer libro que es sobre los militares vendió 700 ejemplares.
El periodismo queda bastante mal parado en “El Padrino” por la cobertura innecesaria de la cantidad de conferencias y datos que daba Óscar Magurno. Eran cubiertas casi como que si fueran de Presidencia. Los periodistas te contaron que bromeaban sobre eso entre ellos. ¿Qué sentís que se mantiene de ese peso hoy?
Todo. Se mantiene prácticamente todo.
Concretamente, ¿para este lanzamiento, tenés entrevistas pautadas en todos los medios como con los otros libros?
No. Evidentemente hay hecho que se están dando en estos días de censura. El interés periodístico está pero alguna llamada siempre llega no precisamente a los periodistas o las redacciones sino bastante más arriba para que no se cubra este tipo de eventos, por ejemplo el lanzamiento de ayer o posibles entrevistas en el futuro. Yo creo que responde a esa larga cadena de favores que hace que un llamado ponga en una situación de que “tengo que devolverle el favor y no cubro”.