En el acto también estuvieron presentes el integrante del secretariado ejecutivo del PIT-CNT Juan Castillo y el decano de la facultad de Medicina, Fernando Tomasina.
Chávez demoró en llegar. En una parte de su conferencia aclaró por qué. Según dijo, estaba en una entrevista con el “gran periodista” Federico Fasano. La nota fue coordinada por el presidente José Mujica, quien en la mañana le aviso que “Federico lo quería entrevistar”.
Antes de la llegada del presidente venezolano, sus asistentes repartieron banderitas de mano que de un lado tenían el pabellón nacional Uruguay y del otro la bandera venezolana. El índice era de casi una bandera per cápita.
Chávez pidió para entrar saludando a la gente. Los propios estudiantes armaron un cordón para no dejar pasar a la gente. Cuando el presidente venezolano llegó, demoró casi diez minutos en cruzar desde la calle al Auditorio Salvador Allende. “Alerta, alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina” y “Olé olé olé, olé olá, yo no soy yankee, ni quiero ser, yo voy con Chávez, voy con él, voy con Fidel”, fueron algunos de los cánticos.
Chávez conversó con la gente, casi uno por uno. Abrazo, foto y algunas palabras. Una señora le preguntó por Fidel Castro. “Ahora lo voy a ir a visitar. Dime tu nombre”, le respondió. “Rosa, te llamas Rosa. Bueno, le voy a decir que Rosa del Río de la Plata le manda una beso gigante”, prometió.
En el auditorio los recibieron con la música en vivo de Eduardo Larbanois y Mario Carrero. El presidente venezolano cantó a dúo con Carrero el tema Simón Bolivar. El auditorio quedó repleto y la mayoría de los estudiantes se quedaron del lado de afuera. Los que no pudieron entrar siguieron el acto por una pantalla gigante y los parlantes puestos en el hall.
Por la FEUU hizo uso de la palabra su encargado de relaciones internacionales, Gabriel Bermúdez, quien realizó un paralelismo entre la figura de Chávez y el general Víctor Licandro, que falleció ayer. “Los dos han compartido y han defendido al pueblo. Ese incansable momento de estar luchando todos los días, no importa cual sea la adversidad, no importa cual sea el enemigo, pero enfrentándose solo con el único objetivo de lograr la dignidad de nuestro pueblo, eso es lo que queremos homenajear”, afirmó.
Chávez fue el encargado de cerrar la actividad con un discurso que duró más de dos horas. Entre los temas que tocó, la lucha contra el imperialismo fue uno de los ejes principales.
Chávez dijo que la OTAN tiene un plan para bombardear Venezuela, que fue descubierto por un espía venezolano, contó que sabe lo que hay que hacer para enfrentarse al imperio: se debe hacer lo mismo que le enseño a hacer su abuela para enfrentarse al “Silbón”, que es un personaje de una leyenda venezolana, condenado a vagar como un alma en pena. “Ella decía algo que a mí nunca se me olvidará, la única manera de que el Silbón se detenga es que usted lo enfrente y le diga: Silbón no te tengo miedo, fuera de aquí Silbón y llames a los perros, échale a los perros, y el Silbón se va corriendo. Al imperio hay que decirle lo mismo: no te tengo miedo, fuera de aquí”, contó.
El líder bolivariano dejó claro que su idea es impulsar los organismos sudamericanos de cooperación entre países, como el ALBA –que fue creado por Venezuela y Cuba– y que pretende dejar atrás los que están relacionados con Europa y Estados Unidos.
Chávez reflexionó sobre sus primeras vistas a otros países de Latinoamérica y dijo que cuando empezó estaba solo, pero ahora las cosas han cambiado. “Yo, andante de estos caminos, puedo decir que venimos del desierto, venimos del hielo, y ahora estamos en el huracán. Ustedes, estudiantes y trabajadores, son el huracán, que tiene que crecer y crecer. No podemos permitir por nada que se apague, sería quizás la perdición definitiva de la especie humana”, sostuvo.
