Funking Montevideo

Al principio surgió como un hobby, algo para hacer en el tiempo libre. Bea y Roy son una pareja que un día de 2003 empezó a hacer cómics. Luego de publicar por siete años Freedom Knights, su primera saga, y ganar los Fondos Concursables, este mayo se lanzaron con un nuevo personaje. Orange Shaft es un “afroamericano” estancado en los setentas que, aburrido de ser constantemente relegado por los superhéroes de más alto perfil, decide radicarse en Montevideo.

Actualizado: 07 de julio de 2011 —  Por: Clara Esmoris

Funking Montevideo

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Él tiene 30 años, es licenciado en Comunicación y, entre otras cosas, escribe guiones y dibuja cómics. Se llama Pablo Leguízamo, le dicen Roy, y luego de ponerse de novio con Bea surgió Freedom Knights, el fanzine que publican juntos desde 2003. Ella tiene 28, es licenciada en Diseño Aplicado, estudió pintura y también se formó en storytelling y dibujo de cómics. Beatriz Leibner contó a 180 que de chica le gustaban las historietas, pero sus padres no la dejaban leerlas porque la podían “atrofiar” o “transformar”. Ya en pareja con Roy, ella le daba consejos técnicos de dibujo pero no sabía que él los usaba para hacer historietas. Una vez que él confesó su pasión, ella se metió de lleno en el tema y comenzaron a crear juntos Freedom Knights.

Freedom Knights es una arquetípica historieta de superhéroes, ambientada en un Uruguay muy distinto al nuestro, en la que cinco jóvenes con superpoderes se preparan para el día de la confrontación final por la supervivencia de la humanidad. En 2008 hicieron un crossover -una historia donde se cruzan personajes de distintos universos, como Batman y Súperman- con Ciudad Fructoxia, de Nicolás Peruzzo, y en ese volumen los tres autores crearon algunos personajes secundarios, entre los que estuvo Orange Shaft, una parodia a los superhéroes yanquis de los años setenta, que este año protagonizó una historia propia.

El protagonista está inspirado en Flecha Verde, un superhéroe menor que combate el crimen armado con arco y flecha, como un Robin Hood moderno. “Nos pareció que el personaje tenía potencial, y ahí pensamos en qué pasaría si lo trajéramos a Montevideo, lo enfrentáramos a la idiosincrasia de los uruguayos y a gente que le dice que se tendría que ir a vivir a Palermo y no a Pocitos”. El cómic es incorrecto en todos los sentidos. Orange Shaft no es un héroe, tiene un lenguaje obsceno, no cuida lo que hace, no va con el estereotipo de víctima de la sociedad, y esa es una de las cosas que a sus autores más les gusta. Su propio nombre, Shaft, refiere tanto al palo de la flecha, como a una de las tantas formas de referirse al pene en inglés.

Otra particularidad es que Orange Shaft habla solamente en inglés, y los uruguayos siempre le contestan en español. Al principio los autores se sintieron inseguros frente a esta idea, pero hoy están convencidos de que fue buena. “Nadie nos ha venido a decir ‘no entendí el cómic porque no sé inglés’”, contó Roy, “y además, se da que generalmente si leés cómics, entendés inglés, porque la mayoría de las publicaciones están en ese idioma”.

Además de publicar cómics, en 2007, junto a un grupo de organizadores, crearon Continuará…, un evento similar a Montevideo Cómics, pero enfocado más hacia los juegos y las actividades que hacia las historietas. Por ejemplo, se puede jugar una pelea de cotonetes gigantes, como en Gladiadores Americanos, un juego de preguntas y respuestas “tipo los de Verugo Carámbula de antes de Canal 10, pero con temática freaky” y hay un Twister para 30 personas. Este evento se hace todos los noviembres y al último asistieron 4.000 personas. Dura todo un fin de semana, y este año será el 12 y 13 de noviembre, posiblemente en el Teatro Plaza.

Orange Shaft – Funking Montevideo se puede comprar en las librerías, sale $150 y tiene 56 páginas.