“Lo importante es que el censo se haga bien, no rápido”

Para el Fondo de Población de Naciones Unidas el censo en Uruguay se viene desarrollando en plazos “absolutamente razonables” y, aunque pudo haber problemas en la gestión, las demoras no afectan la calidad de los datos que se están relevando. “Lo importante es que el censo se haga bien, no rápido”, dijo su representante auxiliar, Fernando Filgueira.

Actualizado: 08 de octubre de 2011 —  Por: Redacción 180

“Lo importante es que el censo se haga bien, no rápido”

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Entrevista de Joel Rosenberg con Fernando Filgueira en No toquen nada (Océano FM)

Joel Rosenberg: El Instituto de Estadística censó hasta el momento 1.750.000 personas, aproximadamente el 50% de la población. Los datos se pueden seguir online en la página del censo y allí ver en cada departamento cómo va el trabajo. Es evidente que ha habido problemas de gestión y por eso las autoridades extendieron el plazo inicial que era hasta el 30 de setiembre; lo han extendido a este mes de octubre. Pero más allá del atraso y la gestión, ha habido cuestionamientos y críticas más duras. Incluso algunos legisladores de la oposición señalaron directamente que el censo 2011 fracasó. Vamos a ver la visión que hay desde el Fondo de Población de Naciones Unidas, que ha observado y trabajado muy de cerca con el censo 2011.

Fernando, ¿qué ha hecho el Fondo de Población de Naciones Unidas con respecto al censo? ¿Desde cuándo y cómo están trabajando?

Fernando Filgueira: Como tú señalabas el Fondo de Población es la institución especializada a nivel global que trabaja con los gobiernos y los Estados en apoyar y fomentar la incorporación de mejoras técnicas y de trabajo con los censos. Eso lo hemos hecho en Uruguay. El Fondo de Población ha trabajado cerca del Instituto Nacional de Estadística en diferentes etapas de la preparación del censo y hemos procurado apoyar en aspectos técnicos al censo. También el Fondo de Población es, de alguna manera, un factor que contribuye neutralmente a la evaluación y a apoyar las mejoras técnicas.

Empecemos con algunos de los problemas que hubo para ver la magnitud que tiene para ustedes y la relevancia que pueden tener a futuro cuando se conozcan los datos. Al principio hubo problemas claros, y lo reconocieron las propias autoridades, de atraso, por lo menos con respecto a terminar el 30 de setiembre.

Correcto. Hay obviamente, y eso se ha comunicado en forma pública, un atraso respecto a los plazos que originalmente se habían planteado. Eso es así. Uruguay pasa, es importante marcarlo, de un modelo de censo de hecho a un modelo de censo de derecho. Esto es, de censos que se realizaban en un día a censos que se realizan en un periodo más prolongado de tiempo. Eso es un movimiento que todos, buena parte de los países de América Latina han realizado y otros los están realizando en este momento porque mejora notoriamente la calidad de la información. Cuando se da ese paso, se da el paso justamente a programar en un periodo de tiempo más prologando, y esa programación es posible que tenga a veces subestimación respecto a las dificultades que se encuentran luego en el despliegue, en el terreno del operativo propiamente dicho.

Ahora, dicho esto, lo que es importante señalar, tal vez fundamental, es que la duración en tiempo, dentro de plazos razonables obviamente, y estamos dentro de plazos absolutamente razonables, la duración en tiempo del censo no es el indicador de su éxito o fracaso, no tiene nada que ver. En realidad, lo importante es que el censo no se haga rápido, se haga bien. Y que se haga bien implica que se sigan los pasos necesarios en la aplicación de los formularios, en la carga de la información, en la validación de dicha información en la medida que va ingresando, etcétera. Y en ese sentido, toda la información que el Fondo de Población ha tenido a partir de intercambios obviamente con el Instituto Nacional de Estadística y en general, por lo que se ve en terreno, es que esto está desarrollándose en forma normal.

¿Los problemas que se han dado son los previsibles en el trabajo de campo?

Hay dos elementos allí. Con respecto al tema de problemas que por ejemplo han surgido recientemente en las noticias o declaraciones de dificultades a veces para ingresar en ciertas áreas, o un perro que muerde, o situaciones violentas para los encuestadores. Esto es absolutamente previsible. Lamentable pero inevitable. En un operativo de 1.200.000 hogares por lo menos que se realiza, y tres millones y tanto de personas, es inevitable que se den estas situaciones. Lo que no hay es que transformar la anécdota en estadística. Una cosa es la anécdota, y las va a haber y muchas, otra cosa es la estadística. Otro tema es si se subestimó o Nola posibilidad de tener algunos problemas al inicio porque se estaba usando una tecnología que implicaba aprendizajes. Esa tecnología es un salto cualitativo para Uruguay.

El Smartphone que usan que nos prestó Brasil.

Exactamente, nos lo prestó Brasil. Y eso permite una serie de ventajas importantísimas para la información y se capacitó a las personas cosa que fue posible hacerlo porque era un censo de derecho, no un censo de hecho, el tipo de capacitación que requerían estos smartphones para 80.000, por ejemplo, censistas sería imposible. Acá estamos hablando de un número de censistas menor porque esto se despliega en el tiempo. Entonces, en definitiva, lo que estamos presenciando es el normal devenir de un censo que efectivamente tuvo algunos elementos de gestión que posiblemente se podría haber expedido más claro o menos claro, pero que no afecta, y eso es lo importante repetir, la calidad técnica de los datos con los que va a contar el país en el futuro.

¿Cómo se observa desde el Fondo de Población de Naciones Unidas cierta politización que ha habido al respecto? Críticas muy duras de la oposición al censo que suenan más a otras políticas de gobierno que a un censo, pero que se han dado en este caso.

Sí. Bueno, allí el Fondo de Población ha tenido el mismo tipo de planteo en todos los países. Los procesos políticos son procesos políticos y el Fondo de Población sobre ello no opina. Pero dicho esto, lo único que nosotros insistimos es defender la idea de que el censo, en tanto instrumento y herramienta, es un bien público y es una política de Estado. No debe ser ni una política para que los gobiernos se vanaglorien ni para que la oposición lo use como parte del debate. Lo ideal es que el censo esté fuera de esa parte de la discusión, lo que no quiere decir suprimir la evaluación técnica pertinente de si los censos están bien hechos o mal hechos. Son dos cosas diferentes. Ahora, en la etapa en que se está en el censo, los elementos que tenemos para evaluar, las fases preparatorias y la fase actual de despliegue en el terreno, lo que están indicando es que el censo se viene desarrollando de manera normal y adecuada. Eso es lo fundamental, con atraso pero de manera normal y adecuada para lo que es lo fundamental que es la calidad técnica, que se define por dos criterios fundamentales: cobertura de la población y calidad de las respuestas.

Hubo aquí también polémica, y está bueno saber desde el Fondo de Población de Naciones Unidas si esta polémica se repite en otros países cuando hay un censo, a propósito de la privacidad, de no dar el nombre. Esa fue la más grande, pero también nosotros recibimos muchas quejas por el número de RUT cuando van al censo de locales. ¿Cómo se maneja esto desde Naciones Unidas? ¿Esta discusión se da en otros lados?

En otros países existe. Siempre que se solicita algún criterio de identificación dentro de un relevamiento -esto sucede con encuestas, sucede con censos, etcétera- puede haber, entendible legítimamente, preocupación por parte de las personas sobre para qué se va a usar dicha información. Acá hay dos elementos que yo creo que se deben señalar: el primero es que esta información, la información que se recaba en el censo, no se cruza, no se combina con ninguna otra base de información administrativa de registro tributario ni nada, no se combinan. Después se harán análisis estadísticos que tienen que ver justamente con las correlaciones, las asociaciones, etcétera, pero los datos del censo, el único criterio por el cual se pide la identificación, es luego para poder evaluar justamente la calidad del censo, que se hace a través de una encuesta de cobertura. Estas identificaciones, por lo tanto, son necesarias para hacer test de consistencia y cobertura.

La encuesta de cobertura es que luego de que se realiza el censo se hace una muestra y sobre esa muestra se va y se audita.

No es que se va a ver a todos de nuevo sino que se hace una muestra.

Exacto. ¿Efectivamente pasó la persona por aquí? ¿Preguntó estas preguntas? Allí tenemos un porcentaje. Si la muestra es representativa a nivel nacional y nos da un porcentaje de lo que no se pudo cubrir, y en los censos siempre existe un mínimo porcentaje en donde la cobertura no se logró total, total, y universalmente. Esto es normal, no hay censo perfecto en ese sentido. Y además la calidad de las preguntas, si se hicieron efectivamente y si se entendieron. Entonces, esto es fundamental. Ahora, por eso se dice que se puede dar el nombre o cualquier otra identificación. Se puede dar un alias. Ahora, claro, es mucho más confiable, sabemos, que la persona recuerde su propio nombre que un alias que dio. En el caso del RUT, la razón por la que se pregunta, de nuevo no es para cruzarlo con ninguna otra base de información ni combinarlo, sino que muchas veces hay establecimientos –recordemos que este es un censo de establecimientos, de personas, de hogares, no es solo de personas y de hogares- que pertenecen a una misma empresa. Esto sirve simplemente para los análisis posteriores que se realizan, no para identificar a la empresa. Esto es el primer elemento a señalar.

El censo es amnésico, no recuerda la identificación más allá de los test luego de cobertura y consistencia que realiza.

Lo segundo a señalar es que el Instituto Nacional de Estadística, y en eso sí es un capital del país, tiene una reputación absolutamente ganada de que el secreto estadístico es lo que más cela, lo cela con su vida, entonces allí tenemos una garantía, que para el Uruguay es fundamental, lo ha sido siempre, de que los datos no solo los del censo, los de toda la información que se releva el Instituto Nacional de Estadística protege y todos sus funcionarios protegen con total celo ese anonimato.

¿Desde el Fondo de Población de Naciones Unidas tiene un estimativo de cuándo podría terminar el censo?

En general, a ver, lo primero es repetir eso: la fecha de finalización no…

No hace un buen censo o un mal censo.

No hace un buen censo o un mal censo. Es más, una preocupación demasiado enconada con el tema de terminar en tal fecha puede afectar, apurar cosas que no se deben apurar. Ahora, si uno ve el ritmo -esto no es a partir de conversaciones con el Instituto Nacional de Estadística sino mirando el ritmo- nosotros estamos ahora en la curva que posiblemente empieza la aceleración. Si uno piensa la curva de relevamiento de un censo, empieza lenta, porque justamente hay que solucionar problemas, hay censistas que salen un primer día y después no pueden seguir, se estructuran los equipos en forma definitiva, demora un tiempo. Entonces empieza lenta la curva, se acelera luego y luego cuando quedan los últimos casos nuevamente es un poco más difícil, porque son los últimos casos. Yo sospecho que este fin de semana, en donde va a haber un avance fuerte -los fines de semana se avanza en forma fuerte- vamos a estar cerca de los dos millones. Yo creo que efectivamente en el correr de este mes, poco más, poco menos, se va a estar terminando.

Repito nuevamente: al Fondo de Población lo que le preocupa no es la fecha de finalización como preocupación técnica, le preocupa que se den los pasos adecuados, que se apliquen con los cuidados necesarios los formularios, el smartphone con su formulario, que se ingresen esos datos en forma adecuada y que luego se tenga la información necesaria para pasar a una buena encuesta de cobertura que permita evaluar la calidad del censo.