Cerca de 13,5 millones de personas son convocadas a las urnas para elegir a 395 diputados, lo que podría conducir a un fortalecimiento de los islamistas moderados del Partido Progreso y Desarrollo (PJD, principal partido de oposición), abriéndole el camino a una participación en un gobierno de coalición.
Estas elecciones, que las autoridades desean "históricas", para marcar una nueva etapa en la modernización del país, permitirán que las fuerzas políticas (31 partidos participan en estos comicios) verifiquen su apoyo popular.
El PJD se enfrentará a partidos fuertes, principalmente al Istiqlal (Independencia) del primer ministro Abbas El Fassi, y al RNI (Unión Nacional de Independientes, liberal), del ministro de Economía y Finanzas, Salaheddine Mezouar, dos organizaciones de la coalición gubernamental.
El PJD apuesta por un "efecto Ennahda", el partido islamista tunecino que ganó claramente las elecciones del 23 de octubre y ocupa 89 de los 217 escaños de la Asamblea Constituyente de Túnez.
Las elecciones serán también una prueba para el "Movimiento del 20 de febrero", que surgió espontáneamente luego de la primavera árabe, y que llama a boicotear los comicios del viernes, igual que otros partidos de izquierda.
Por orden de importancia en el actual Parlamento, el Istiqlal tiene 57 diputados, seguido por el PJD (47 diputados) y el RNI (38 diputados).
En conformidad con la Constitución revisada, el primer ministro será obligatoriamente elegido por el rey en las filas del partido más votado, quien deberá dirigir un gobierno de coalición o de unión nacional.
(AFP)