Mucho antes de que se iniciara el sufragio, filas de electores se formaron ante las oficinas de voto en varios barrios de El Cairo y de Alejandría (norte).
El voto de este lunes concierne a un tercio de las gobernaciones en Egipto - es decir 17,5 millones de los casi 40 millones de electores potenciales - en particular El Cairo, Alejandría, segunda ciudad del país, y Luxor en Alto Egipto.
Cada vuelta de estas elecciones se desarrolla durante dos días, por lo que las oficinas de votación seguirán abiertas el martes.
El complejo sistema electoral egipcio prevé una división en tres regiones del país, que con más de 80 millones de habitantes, es el más poblado del mundo árabe.
El voto por la Asamblea popular (cámara de diputados) se llevará a cabo hasta el 11 de enero y los resultados completos serán conocidos dos días más tarde. Luego, del 29 de enero hasta el 11 de marzo, se llevará a cabo la elección de la Chura, la cámara alta consultiva.
La campaña electoral estuvo marcada por un aumento de la impugnación al poder militar que gobierna el país desde la caída de Mubarak, con violencias que dejaron 42 muertos y más de 3.000 heridos en enfrentamientos entre manifestantes y la policía en los últimos días.
Después de las elecciones en Túnez y en Marruecos, Egipto es el tercer país que celebra elecciones mayores en una región conmocionada por la "Primavera árabe".
El mariscal Hussein Tantaui, jefe del Estado de facto, impugnado desde hace varias semanas por miles de manifestantes, llamó el domingo a los egipcios a votar masivamente "para hacer surgir un Parlamento equilibrado que represente a todas la tendencias".
El movimiento de los Hermanos Musulmanes, la fuerza política mejor estructurada del país, pero desde hace tiempo reducida a la ilegalidad, formó un partido, "Libertad y Justicia", para presentarse a esta votación de la que espera salir como el gran ganador.
Frente a los Hermanos Musulmanes hay una decena de partidos salafistas (fundamentalistas musulmanes), liberales o de izquierda, a menudo muy recientes y aún mal implantados.
Numerosos ediles del ex partido de Mubarak, actualmente ilegal, se presentan como independientes o dentro de nuevas formaciones políticas.
Miembros del ejército y de la policía estaban discretamente desplegados en torno a las oficinas de voto. En algunos barrios, "comités populares" fueron formados para evitar violencias.
El futuro Parlamento estará encargado de nombrar una comisión que deberá redactar una nueva Constitución, etapa decisiva en la transición del país hacia la democracia prometida después del levantamiento popular que llevó a la caída de Hosni Mubarak.
Las prerrogativas de este Parlamento son objeto de una pugna entre el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), que dirige actualmente el país, los Hermanos Musulmanes, y personalidades claves de la escena política, en particular el opositor Mohamed ElBaradei, que manifestó su apoyo a los manifestantes de la plaza Tahrir hostiles a los militares.
(AFP)