Campeón del Clausura, campeón del Uruguayo, campeón del Apertura. Nacional acaparó todos los torneos del fútbol doméstico. Este último título tiene además el sabor de haberlo conquistado con una arremetida fantástica que incluyó un clásico ganado de atrás, con 10 y en la hora.
Pero los resultados deportivos no están aislados de un gran momento institucional y, sobre todo, de un trabajo a largo plazo realizado en juveniles.
Alexis Rolín, Darwin Torres, Facundo Píriz, Maxi Calzada y Renato César fueron titulares en el partido que decidió el Apertura. Además, Gonzalo Bueno fue decisivo en la parte final del torneo. Los nombres surgidos en la cantera del club y que formaron parte del plantel no quedan allí: Matías Abero, Santiago Romero, Leonadro Burian, Rafael García y Nicolás López fueron parte del Nacional campeón.
El hecho no es una casualidad. La política deportiva del club apunta a los juveniles. Antes fueron Sebastián Viera, Gonzalo Castro, Juan Albín, Santiago García, Luis Suárez y Sebastián Coates, por poner los ejemplos más notorios, los que comenzaron en juveniles y llegaron al plantel principal.
La red de captación de juveniles de Nacional se arma en base a los captadores que el club tiene en Montevideo y zonas de influencia, a los cónsules en el interior que recomiendan jugadores, a los campamentos que se hacen fuera de la capital y a los convenios que el club firmó con las ligas Palermo e Interbalnearia. Estos acuerdos permiten que la institución tenga prioridad de escoger jugadores que participan en esas ligas. A cambio Nacional corre con gastos de infraestructura.
“Al club tienen que llegar a los 12 años. Si tiene 16 o 17 años, por mejor jugador que sea, no lo tomamos”, cuenta el gerente deportivo, Daniel Enriquez. Agrega que “el liceo hay que hacerlo desde primero y nadie entra directamente a tercero o cuarto. Acá es igual. El proceso se inicia en Séptima”.
A las juveniles de Nacional no se suma un jugador de más de 12 años desde la época de Gonzalo “Chori” Castro que empezó a entrenar a los 15 y porque el club ya lo había querido reclutar antes pero una serie de contratiempos retrasaron su llegada.
El club aloja a los chicos que vienen del interior en la casa que queda al lado de la sede y le paga los estudios en un liceo privado.
El equipo interdisciplinario a disposición de todos los jugadores de formativas lo componen un nutricionista, una asistente social, dos psicólogos y una podóloga. Además, tienen un técnico de fútbol sala para enseñarles fundamentos con el balón.
Entre fin del 2011 y comienzos del 2012 todas las juveniles de Nacional jugarán torneos en el exterior. El equipo de captación (hasta 13 años) y el selectivo (Tercera división) viajan a Argentina, el de Séptima a Bolivia y la sub 16 y sub 17 a distintas partes de Brasil.
Este trabajo asegura jugadores con sentido de pertenencia al club que aportan talento al equipo principal y dólares a la hora de las transferencias. Este año Nacional recibió más de 13 millones de dólares por las ventas de los futbolistas formados en el club y cerró su balance anual con un superavit de casi cinco millones de dólares.
A nivel de infraestructura hubo un acuerdo con una constructora para que el Parque Central crezca en capacidad y mejore sus instalaciones, que incluye el techado de todas las tribunas.
Los títulos del 2011 son producto de un trabajo planificado, serio, ordenado. Seguramente imperfecto. Pero que es otro ejemplo que demuestra que lo más importante es pensar a largo plazo. Que tratar de saltearse escalones para llegar a la cima es pan para hoy y hambre para mañana.
La arremetida final y el título serían demasiado efímeros sin una base sólida que fuera más allá de cuestiones puntuales. Hoy los hinchas de Nacional festejan tras un año redondo. Como dice Sabina, sobran los motivos.
Las opiniones vertidas en las columnas son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente posiciones del Portal 180.
