Un jugador de equipo y un disco subtropical

Músico, productor y ahora también cantante. Juan Campodónico –miembro de Bajofondo– lidera nuevo proyecto llamado Campo, con música que no es “del todo clasificable” y que mezcla diferentes estilos, incluso cumbia villera. En este disco, Campodónico se anima a cantar por primera vez y dice que lo seguirá haciendo. “Soy un tipo que toca la guitarra, pero en este disco toco bastante poco porque me entretuve viendo otras cosas. Me gusta verlo de afuera, como en el rol de alguien que dirige teatro”, cuenta.

Actualizado: 11 de diciembre de 2011 —  Por: Redacción 180

Un jugador de equipo y un disco subtropical

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Entrevista a Juan Campodónico en No toquen nada (Océano FM), por Miguel Ángel Dobrich y Joel Rosenberg.

Joel Rosenberg: Campo es un proyecto musical liderado por Juan Campodónico. Un proyecto que él define como “canciones sencillas con letras”. Canciones pop que duran tres minutos y se pueden pasar en radio.

Miguel Ángel Dobrich: Me cuestionaba, Juan, si Campo está pensado para ser escuchado como álbum o si fue diseñado como un contenedor de singles, de cortes de difusión.

Juan Campodónico: Es un proyecto nuevo dentro de las cosas que hago y estamos aplicando una política de independencia. No lo firmamos con una multinacional, por ejemplo. Lo estamos trabajando en cada lugar específicamente. Hay un montón de cambios que ha traído la debacle de la industria discográfica, lo cual no es malo ni bueno, simplemente distinto. La gente consume música o se relaciona con la música de manera nueva. Como vos decís, capaz que el álbum perdió peso, pero ganó peso en que te relacionás con una canción y te bajás esa canción. Este disco son diez canciones y las diez canciones juntas dicen algo concreto, tienen un concepto con comunidad. Yo creo que es un álbum y no un conjunto de canciones asociadas.

MAD: Perfecto. ¿Y por qué te decidiste a editar el disco ahora? Porque leí que con algunos temas venías hace mucho tiempo.

JC: Bueno, es un proyecto que lo fui trabajando en paralelo con otras cosas que hago, por ejemplo, Bajofondo, que soy miembro de la banda y productor.

MAD: Miembro clave, miembro VIP.

JC: Y eso demanda un montón de trabajo. Por ejemplo, en este momento estamos preparando un disco nuevo para el 2012. Lo empezamos a componer y estamos trabajando en la preproducción; eso lleva un montón de tiempo. Al mismo tiempo, estoy trabajando con el Cuarteto de Nos en la grabación de su disco nuevo también. Entonces, en los ratos libres, durante dos o tres años, estuve trabajando en este proyecto.

MAD: ¿Trabajabas con la sensación “me voy a dar un rato para mí”?

JC: Es una cosa que fui buscando. Ahora estoy produciendo menos que antes. Fijate que hace unos años hacía cuatro discos por año, que me demandaban muchísimo trabajo, entre viajar y un montón de cosas más. Ahora estoy quedándome con los proyectos de producción donde también soy más artista. Tuve que hacerme un tiempo para redondear esta idea de Campo y también encontrarme con la gente adecuada. Campo no es mi disco solista, es una propuesta musical, terminará siendo lo que la gente llama “una banda”, ahora es un disco, pero bueno, me encontré con Martín Rivero…

MAD: Martín Rivero, ex Astroboy.

JC: Él es uno de los personajes fundamentales de este disco, con el cual escribimos varias de las canciones. Fue como tener un aliado que te da una llamadita: “Che, ¿en qué andamos?”. Éramos cómplices. También está Pablo Bonilla que era de un grupo uruguayo de house que se llamaba Omar y además es colaborador mío de las producciones discográficas. Está todo el ambiente de Bajofondo que esponsorea artísticamente a Campo y ellos fueron los músicos del disco. O sea, la base instrumental es de Supervielle hasta Santaolalla, que produce.

MAD: Comentabas antes de la nota algo que me parece interesante reflejarlo para la audiencia. Decías: “Cuando salimos con Bajofondo, en estas ruedas de prensa previas a las presentaciones de discos, de shows, tenía que explicar que la música electrónica era música”. ¿En qué momento eso dejó de pasar?

JC: Como todo, se fue popularizando. La música electrónica empezó en los años 50 en el área culta. Pero digamos que la gran expresión popular de la música electrónica es el tecno y el hip hop, que son dos inventos de los negros americanos, como el rock and roll, como el jazz, como el blues, y como toda la música importante del siglo XX a nivel mundial. Estamos en América, es un lugar donde se cruzan estilos y gente de distintos lados y eso ha generado música nueva. La música nueva del mundo viene de América. Ya sea de Norteamérica o de nuestros países. Cuando vos pensás en el tango, nosotros lo pensamos como: “Eso es música de viejos”. Pero para lo que es la historia del mundo, es una música absolutamente nueva con una información genética muy nueva. Pero bueno, a veces es más difícil salir de acá del sur con estilos nuevos y llevarlos por el mundo. Esa es un poco la pretensión que tenemos en Bajofondo y la pretensión que tiene este disco de Campo.

MAD: ¿Qué pretensión tiene el tema Cumbio? Es el quinto tema.

JC: El tema Cumbio fue uno de los primeros temas que escribimos con Martín Rivero y que nos envalentonó de hacer este disco. Dijimos “qué bien que engancha esto”. Es un poco querer meterse con la cumbia villera, rescatándole la belleza, que es una cosa que a mí me pasaba en Montevideo. A las cosas que no me gustaban quería encontrarle el mecanismo por el cual verlas más lindas. Y me pasó eso con la cumbia villera. Tengo que rescatar todo lo que me gusta de la cumbia villera y ponerla con otras cosas que me gustan. Ahí hay como una cosa que tiene que ver con cumbia villera y con britpop, porque la voz pareciera que viene de un disco de Blur.

Joel Rosenberg: “¿Del Peyote a la cumbia villera? ¿Qué pasó?”, dice Andrés por mensaje. ¿Qué pasó? Le preguntamos a Juan.

JC: Todos los proyectos en que estuve involucrado, cuando salieron generaron bastante fricción. Me acuerdo que cuando salimos con el Peyote Asesino cuánta gente nos decía: “¡Están haciendo rap!”, como que era algo que no era musical. Y fijate la belleza que tenía esa música. El hip hop trascendió su contexto social, porque al principio era una música de gueto, de negros, con letra súper sexista. Muy parecido a lo que pasa con la cumbia villera: letras muy sexistas…

JR: Bueno, al tango le pasó por el lado ese también.

JC: El tango también, fue una música de burdeles y de arrabal. Pero los fenómenos culturales pueden tener algo que trascienda su marco social. Eso pasa todo el tiempo. Ahora el hip hop es la influencia más grande que tiene la música a nivel global en todos sus aspectos, se integró a todo. El tango salió de los burdeles y dio la vuelta al mundo; vas a Japón y hay gente que baila tango.

MAD: ¿Por qué llamás de estilo subtropical este trabajo Campo?

JC: Intentar definir estilos nuevos pasa por lo verbal también. Si vos hacés música a la uruguaya o con una visión desde acá, está bueno que si te vienen a preguntar qué música hacés: rock, pop, blues, jazz. Eso lo hace todo el mundo. Si lo que hacés vos tiene un carácter distinto está bueno ponerle un nombre. Yo creo que la música que está en este disco no es del todo clasificable. Tiene influencias del pop, de rock, de tango, de cumbia, hay varios candombes también. A todo ese cóctel le puse subtropical un poco como un chiste, porque primero que no estamos en el Trópico sino más abajo, está más fresquito acá y la música es un poquito no tan amable como en el Trópico. Lo geográfico y lo climático determinan mucho. Por decirte un ejemplo y volviendo a la cumbia villera, cuando escuchás la cumbia de los países más centroamericanos o más cálidos, es mucho más amable letrísticamente. Cuando escuchás la cumbia de acá…

MAD: Te lija, ¿no?

JC: Es terrible. Es un sonido muy urbano y tiene mucha agresividad, mucha violencia. Tiene una cosa que es como el rioplatense, habla a los gritos, no dice “por favor”. Son un montón de cosas que hacen a nuestra idiosincrasia y también pintan una situación social de donde viene esa música.

JR: 1987, otro de los temas de Campo, en este caso seguramente identificaron una voz con la que Juan Campodónico ha trabajado mucho, ¿cómo interactuaste con Drexler en esta oportunidad para este tema?

JC: Lo conocí hace muchísimos años yendo a estudiar guitarra. Después, en el 2000 le produje cuatro discos: Frontera, Sea, Eco y Doce Segundos de Oscuridad. Ahora, hacía tiempo que no hacíamos algo juntos y estuvo muy bueno porque fue desde otro lado, fue escribir una canción. Yo le mandé unas referencias musicales y unas cosas que estaba trabajando. Él empezó a trabajar el texto y se armó esa letra de 1987, que también es una cosa interesante para su manera de escribir, porque no describe una historia, sino que habla más bien de sensaciones y de cómo estás percibiendo la realidad en un momento. Ese lugar de escribir una canción tan abstracta era algo nuevo para él también. Me parece que él quedó súper contento y yo también, la canción es una belleza.

MAD: Vos decías que Campo no es un disco solista sino que es un proyecto colectivo, ¿no?

JC: Bueno, el disco fue hecho así, de esa manera.

MAD: Yo me preguntaba, Juan: ¿No sos un productorholic, un adicto al trabajo de productor?

JC: Es parte de lo que tengo para decir como artista, soy un jugador de equipo. Todos los artistas con los que he participado, desde el Peyote Asesino, que lo armamos con Santullo, con Carlos Casacuberta, tenía el rol de arreglador, de hacer que las cosas tomaran una forma o de disparador de ideas. Yo soy un tipo que toca la guitarra pero en este disco toco bastante poco la guitarra porque me entretuve viendo otras cosas. Me gusta ver la imagen general de lo que está pasando, verlo de afuera, un poco como el rol de alguien que dirige teatro, que dirige cine, que no está haciendo nada como performer sino que tiene la visión general.

MAD: Pero de todos modos te arriesgaste a cantar, en Tu lugar que cantás, ¿no?

JC: Bueno, en una canción canto y es algo que es nuevo para mí. Es parte de salir un poco de la zona de confort, era algo que nunca había hecho. No canto ni en los asados cuando se arma una guitearreada. Me encantó, creo que lo voy a seguir haciendo. Soy un principiante en el tema del canto, pero después de tanto currículum y tantas cosas, ser un principiante en algo me parece que está bueno.

JR: A eso lo decís también en algunas entrevistas, “no canto”. No sos el que le gusta cazar la guitarra ni con amigos, no por el trabajo sino porque no te gusta.

JC: Sí, soy un tipo que sabe muy pocas canciones enteras. Agarro la guitarra y siempre estoy haciendo música que se me ocurre en ese momento. No soy un tipo que esté siempre tocando un tema que escuchó… Es más bien al revés. En ese sentido soy un poco autista, siempre que agarro una guitarra empiezo a tocar algo que está saliendo en ese momento.

MAD: Como músico y productor, ¿qué rol ocupa el silencio? Porque hablabas también de la energía del cantor de asado, por ahí no va, es más bien recogerse e ir a las sombras.

JC: El productor es el que escucha. En el mundo de la música donde todos están tocando y haciendo sonido, el productor es el que escucha. El rol del silencio en la música es importantísimo. Es tan importante cuando tocás la nota como cuando dejás de tocarla. Me ha pasado trabajar con músicos que cuando les tenés que explicar que es mucho mejor dejar un silencio en ese lugar que agregar la nota que él está tocando, o el acorde o lo que sea, a veces se lo toma como algo personal. El silencio es parte de lo que es la música. Sonidos ordenados en el tiempo y silencios ordenados en el tiempo también.

JR: Imagino que hay diferentes estilos de productor y formas de producir. Quizás para algunos que estamos fuera de la música y somos ignorantes de este tema, ¿cómo definirías lo que vos hacés como productor con un artista?

JC: Hago lo que haga falta para que aquello sea mejor. O sea, un producto es el que un poco trata de ver de afuera lo que está planteando el artista y ayudar al artista a llegar a un nivel más alto, ya sea de creatividad, de calidad. Entonces vos tenés que ver qué le hace falta a ese artista. Siempre el paso uno para un buen productor es relacionarse con buenos artistas, porque con malos artistas no vamos a ningún lado. También formar equipos de trabajo con gente talentosa, eso es la base. Después está descubrir qué hace falta o qué puede aportar tu visión. Muchas veces son elementos conceptuales, o sea, o empujar: si un artista te plantea diez canciones y vos detectás que hay dos que tienen elementos nuevos o que pueden ser algo interesante para ese artista, empujar un poco, y decir: “bueno, trabajemos para este lado, ¿por qué no escribís más para este lado que es más interesante que este otro?”.

JR: Depende mucho también del artista o del grupo. Me imagino la tarea de un editor de libro, hay mucha gente que se deja editar el estilo y hay otros que se ponen con unos celos impresionantes: “Bueno, hasta acá llegaste, este es mi trabajo”.

JC: Eso en el mundo de la producción musical pasa todo el tiempo. Las relaciones humanas son así. Yo me acuerdo, por citar el caso de Drexler que lo escuchábamos recién, cuando empecé a trabajar con él era muy conflictivo. Los primeros discos que hicimos, que los producimos con Carlos Casacuberta, era una discusión atrás de la otra, porque cualquier cambio que se quería introducir había que sentarse a charlar y argumentar con propiedad, y a convencer. Pero es un lindo ejercicio, muy entretenido. Después con el tiempo fuimos agarrando confianza y sobre todo construyendo un montón de ideas y de parámetros donde trabajar. Lo interesante es que a veces esas fricciones generan ideas nuevas. Cuando no está pasando nada, la gente no discute, estamos todos en piloto automático, yendo y viniendo de casa al trabajo. Pero cuando está pasando algo interesante un día te calentás, al otro día tuviste que discutir y eso siempre es bueno. Da un resultado bueno, no sé si es disfrutable, pero da un resultado muy bueno.

JR: ¿Cómo te relacionás con la idea de que mañana te digan, “mirá, Juan, está todo el disco pirateado”? ¿Cómo te relacionás con esa idea de cómo fluye la música en Internet?

JC: Estoy preocupado de que todavía no esté pirateado. Tengo que entrar a Taringa a ver si ya está.

MAD: Tiene que estar.

JC: Si no está en Taringa…

MAD: Algo está mal.

JC: Si vas un día a los puestos que venden CD en la feria de Tristán Narvaja y no está, estamos muy mal. Fuera de broma, hay maneras en las web legales de comprarlo, sobre todo en el primer mundo. Ya está editado en iTunes, ya está en Spotify, eMusic, en Amazon.com.

MAD: Así que se puede comprar el tema o todos los temas si querés.

JC: Podés comprar un tema o todos los temas si querés. En Uruguay, como todos esos medios no están instituidos todavía, porque parece que este año lanzan iTunes Latinoamérica y llegará hasta estos pagos, la única manera realmente es comprar el CD físico, que es un privilegio que por ahora solo tienen los uruguayos.

MAD: Lo que tiene de lindo de comprar el CD de Campo es que de verdad es un lindo objeto. Si sos un fetichista como yo, de verdad es diferente tener este formato, tenerlo materialmente que tenerlo en ceros y unos.

JC: Sí, el arte quedó increíble. Es una idea de Verónica Loza, otra de los miembros de Campo y de Bajofondo. El diseño gráfico lo hizo Santiago Velazco, que es uno de los grandes diseñadores. Los discos uruguayos, los que son lindos, los hizo él… Los que a mí me gustan, por lo menos. Si pensás, El Impulso de La Vela, los discos del Cuarteto, la tapa de Raro que es un golazo, la tapa de Bipolar, el último disco de No Te Va Gustar, que también tiene una tapa súper bonita, es el trabajo de Santiago Velazco.