Para Gudynas, “el problema” de la construcción del puente en la laguna Garzón se debe abordar en dos niveles. Por un lado, un primer nivel que es el mecanismo por el cual se autorizó la obra. “El mecanismo por el cual se está aprobando el puente ha sido muy desprolijo. No se conoce ninguna resolución formal del ministerio de Medio Ambiente aprobando la obra y dando los fundamentos técnicos para eso. Hasta ahora lo que hay es una intervención presidencial sobre las potestades del ministerio de Medio Ambiente”, afirmó.
Po otra parte, Gudynas señaló que los impactos directos ylos indirectos de la construcción del puente son el otro problema. “Se pueden discutir los efectos de la estructura física del puente. Pero las consecuencias de la apertura vial al otro lado de la laguna generarán los mayores impactos, que se denominan indirectos y van a ocasionar una urbanización rápida de esa franja de la costa rochense”, explicó.
Desde la visión del especialista, el paisaje resultante de ese proceso va a ser similar a lo que hoy se puede ver en los balnearios de la costa de Canelones. “Con el aumento de la urbanización que se propone, habrá una mayor presencia de viviendas y eso aumentará la introducción de especies exóticas. Se va a afectar negativamente la fauna y flora local. Al aumentar la presencia de personas se acumula más basura, problemas en las aguas superficiales y contaminación de las cañadas. Habrá incendios ocasionales, como en otros lados, y así se irán sumando los problemas”, explicó.
Mujica y Darwin Desbocatti, “dos personajes con similitudes”
Gudynas también se refirió a las palabras del presidente José Mujica, quien dijo en su audición de esta semana que “no podemos vivir de espaldas al tesoro de la naturaleza”. “No podemos hacer cualquier cosa con ella, pero tampoco tiene sentido un paisaje natural sin hombres”, afirmó.
Para Gudynas, esa frase es similar a las que dice Darwin Desbocatti. “Uno y otro tienden a burlarse del imperativo de protección de la naturaleza. Es parte de un cierto humor cultural de la sociedad que minimiza esto, como si fuesen trabas al crecimiento económico. Ese humor se expresa de diferentes maneras. Está bien, hay diferencias entre un personaje y el otro, pero lo preocupante son las coincidencias más que las diferencias”, expresó.

El analista dice que este tipo de frases eran muy comunes en el siglo XIX, especialmente por parte de los exploradores europeos, que repetían este discurso. “Tal vez una de las frases más conocidas de estos exploradores está basada en los viajes de Humboldt, que decía: todos estos sudamericanos están sentados sobre sacos repletos de oro, que no saben aprovechar. Insinuando que los sudamericanos son haraganes, que tienen las riquezas y no las aprovechan. Lo que estoy advirtiendo no es un reclamo de naturaleza intocada, si no es saber qué sitios del país se van a preservar para las generaciones futuras y cuáles vamos a permitir que se pierdan. Quedan muy pocas zonas remanentes para preservar para las generaciones futuras y esa franja en Rocha es una de ellas”, dijo.
Gudynas afirmó que esta situación deja en evidencia que “el aparato estatal está con serios problemas y contradicciones internas sobre cómo manejar los temas ambientales”.