"Manotones de ahogado" para dejar de ejercer la violencia doméstica

Desde este lunes, con 10 varones participantes, la Intendencia de Montevideo está desarrollando el primer servicio gratuito y especializado de atención a hombres que deciden dejar de ejercer violencia doméstica. El servicio viene a cubrir un déficit de la administración pública que no brindaba este tipo de atención. Tal el caso de Juan que hace meses reclama recibir ayuda con "manotones de ahogado".

Actualizado: 10 de abril de 2012 —  Por: Nadia Piedra Cueva

"Manotones de ahogado" para dejar de ejercer la violencia doméstica

Sin datos (Todos los derechos reservados)

Juan se contactó con el programa No toquen nada (Océano FM) para denunciar las dificultades que encontró en su proceso de búsqueda de ayuda para dejar de ejercer violencia contra su familia. A falta de una solución mejor, y como “manotón de ahogado”, recurrió a su mutualista para recibir tratamiento con psicólogo. Luego de pasar por consultas con su médico general y con psiquiatra (tal como establece el Plan de Prestaciones de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública -MSP-), pudo asistir a terapia por un costo de 50 pesos por consulta durante seis meses.

“La atención de psicólogo fue buenísima. Yo le dije que desconfiaba de que él me pudiera ayudar, pero que era mi último manotón de ahogado y que iba a tratar de decirle la verdad. Realmente me ayudó muchísimo y hoy puedo decir que se han reducido al mínimo de su expresión los incidentes de violencia, en cuanto a cantidad y gravedad”, contó Juan a fines de diciembre de 2011.

Luego de esos seis meses de tratamiento psicológico le informaron que esa instancia de la terapia había finalizado y que por lo establecido en la reglamentación del MSP debía esperar dos años para retomarla.

Después de algunas semanas de consultar y plantear su situación tanto en el MSP como en su mutualista, volvió a recibir la asistencia psicológica antes de la espera de dos años, porque la mutualista decidió hacer una excepción pese a la reglamentación del ministerio, teniendo en cuenta su caso.

Sin embargo, le informaron que la consulta pasaría a costarle 250 pesos, y no 50 como antes.

“Es cierto que es ridículo el costo (de 50 pesos), pero convengamos que quien puede pagar un psicólogo privado no va a la mutualista”, comentó Juan. Además, señaló que esta nueva tarifa le implicaría asumir un gran sacrificio económico si seguía atendiéndose semanalmente, tal como lo recomendaba el psicólogo que estaba atendiéndolo.

Por esta razón volvió a consultar varias veces en la mutualista y en el MSP por el motivo de este cambio tan radical. Ambas instituciones le informaron que el cambio se debía a que su caso no estaba contemplado en el plan de Salud Mental que elaboró el ministerio.

Ese plan establece tres "modos" de atención que las mutualistas deben brindar obligatoriamente. La situación de Juan no está contemplada en ninguno de los grupos sociales que se cubren en el plan.

Hebert Tenenbaum, psicólogo director del Área de Salud Mental del MSP, explicó a 180 que “esta primera etapa del Plan de Prestaciones (de Salud Mental) prioriza unas poblaciones que se consideran más vulnerables: todos los niños, todos los adolescentes, todos los jóvenes hasta 25 años del Uruguay”. “Esas personas tienen atención total en salud mental. Esto es la primera etapa. En otras etapas se va a incluir a otras personas. Creo que el objetivo (eso no lo puedo definir yo) va a ser que esto se haga universal”, dijo.

Respecto al precio, dijo que “está regulado para las prestaciones obligatorias, con un copago muy bajo, (y que) a partir de eso la mutualista puede cobrar lo que quiera”. “Es un tema del sistema de salud”, agregó.

El caso de Juan (*)

Juan contó que el costo de 50 pesos que le cobraban se debía a que, antes de que existiera el Plan de Salud Mental, su mutualista decidió afrontar los gastos y cobrarle a él un precio reducido. Una vez lanzado el Plan de Salud Mental, que definía a una población prioritaria que tenía asistencia garantizada a un costo bajo gracias a los copagos, la mutualista le aplicó el precio “normal”.

En una de las consultas que hizo Juan por este asunto en el MSP le dijeron que para su caso había otros tipos de terapias que no eran una consulta con psicólogo. Sin embargo, esas terapias que le ofrecieron son para víctimas de violencia doméstica, y no para victimarios que quieren dejar de serlo.

Luego de decirle esto, le recomendaron que enviara una carta planteando su caso, y a principios de enero envió una carta a su mutualista solicitando una reducción en el costo de la orden, y otra al MSP para solicitar que se considere su caso en alguna de las tres modalidades de prestaciones obligatorias establecidas en el Plan de Salud Mental.

“Según hablé con ustedes (Área de Salud Mental del MSP) los grupos a los que se les dio prioridad en el Plan de Atención de Salud Mental (niños, jóvenes, maestros, profesores, etc.) no incluye a quienes como yo tenemos actitudes violentas que pueden dañar a otros. Creo que quienes están en mi situación no sólo deberíamos ser un grupo prioritario, sino que nos deberían cobrar órdenes aún más accesibles, ya que dañamos a quienes están cerca nuestro. Por lo tanto debería tener un valor tan accesible para que no haya ningún impedimento para tratarnos”, escribió Juan en la carta que envío al MSP.

Ninguna de sus cartas fue respondida.

“Yo no planteo que soy un víctima. Yo lo que quiero es que si hay gente que quiere salir de ser victimario, que haya un lugar donde uno pueda ir y que realmente se sienta cómodo como para poder solucionar el tema. Y no hay. Si yo no me muevo, pierdo. Creo que deberían existir grupos de ayuda o ayuda especial y permanente para los que, siendo victimarios de violencia doméstica, queremos cambiar”, comenta Juan.

Programa inédito de atención a hombres que deciden dejar de ejercer violencia

Este lunes 9 comenzó a funcionar en la Intendencia de Montevideo un programa que brinda, por primera vez en el país, un servicio gratuito y especializado de atención grupal a los hombres agresores que desean dejar de serlo. El programa está coorganizado por la Secretaría de la Mujer de la Intendencia y por la organización no gubernamental Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género, con el apoyo financiero del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).

En la reunión de este lunes participaron 10 hombres.

El programa no tiene límite de cupos y es abierto a todos los hombres interesados en participar. Darío Ibarra, del Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género y uno de quienes están a cargo del programa, dijo a 180 que el único requisito para asistir es ir por voluntad propia y reconocer que hay un comportamiento que se desea cambiar (en este caso, la violencia). Además, los concurrentes no podrán asistir alcoholizados ni drogados.

El programa se aplicará durante todo el año lectivo como experiencia piloto, pero desde la organización esperan que se establezca de forma permanente y que se replique en el resto del país.

“Tenemos mucha esperanza en que sea para continuar. Vamos a tener una evaluación en setiembre. Hay bastante interés, tanto del UNFPA para seguir apoyando el año próximo y quizás a futuro este tipo de actividad, como de la Secretaría de la Mujer. Este es un servicio que se estaría agregando (a los que ya existen para los casos de violencia doméstica)”, contó Yanela Lima, de la Secretaría de la Mujer de la Intendencia y una de las coordinadoras del programa.

Según contaron los organizadores, el objetivo del plan es generar un cambio en la forma de relacionamiento que los hombres que ejercen violencia tienen con otras personas, y en especial con sus parejas, e intentar erradicar las situaciones de violencia que generan hacia los demás. Para esto, se basará en el modelo CECEVIM, desarrollado por el Centro de Capacitación para Erradicar la Violencia Intrafamiliar Masculina de San Francisco (Estados Unidos).

“El dispositivo CECEVIM es un dispositivo similar al que se usa en los grupos de narcóticos anónimos o alcohólicos anónimos. Es un grupo de autoayuda con un facilitador, que en este caso es el psicólogo Darío Ibarra, que se fue a formar en esta metodología a México. Y la idea es que se formen acá a partir de esta experiencia facilitadores para poder multiplicar esto. La fantasía que tenemos es que en el futuro pueda haber hombres que egresen de este modelo y puedan también ser ellos facilitadores”, contó Lima.

Además, la Secretaría de la Mujer hará un seguimiento de las parejas de los hombres que concurran al programa, para contemplar también su punto de vista sobre el proceso. Este seguimiento no es obligatorio y se realizará solo en los casos de las parejas que deseen colaborar.

Lima explicó que la idea de este programa de atención surgió, por un lado, por la mayor toma de conciencia que hay en la sociedad sobre el tema, y, por otro, por una evolución en los especialistas que intentan buscarle soluciones, al darse cuenta de que no alcanza solo con atender a una parte de problema.

“Es lógico que surjan primero los servicios a la persona que está en situación de víctima, porque es la que necesita con más urgencia ayuda, pero por suerte de a poco va evolucionando la cosa como para darnos cuenta de que también hay que atender al agresor”, contó.

Quienes estén interesados en el programa de atención a hombres que deciden dejar de ejercer violencia, deben comunicarse con el Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género al e-mail infomasculinidades@gmail.com, o al teléfono 091.207.512, para hablar con el licenciado en Psicología Darío Ibarra, o con la Secretaría de la Mujer, al e-mail secretariadelamujer@imm.gub.uy o de lunes a viernes de 10 a 16 al teléfono 2400 2561.

(* (1)


Notas al pie:

1 - (*)Nombre ficticio.