OIM recomienda mejorar situación de inmigrantes y retornados

El informe Perfil Migratorio Uruguay 2011 detectó un aumento de la inmigración y una aceleración del retorno de emigrantes en los últimos años. A pesar de que reconoce las acciones del Estado para mejorar la situación de estas poblaciones, la Organización Internacional para Migraciones consideró que hay aún inconvenientes relacionados con su reinserción y la garantía de sus derechos, por lo que ofreció algunas recomendaciones.

Actualizado: 20 de abril de 2012 —  Por: Redacción 180

OIM recomienda mejorar situación de inmigrantes y retornados

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El informe Perfil Migratorio Uruguay 2011 detectó indicios de un aumento de la inmigración y una aceleración del retorno de emigrantes uruguayos en los últimos años. A pesar de que reconoce la cantidad de acciones que el Estado puso en marcha para mejorar la situación de estas poblaciones, la Organización Internacional para Migraciones consideró que hay aún inconvenientes relacionados con su reinserción y la garantía de sus derechos humanos, por lo que ofreció algunas recomendaciones.

El informe Perfil Migratorio Uruguay es elaborado por el Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, a pedido de la Organización Internacional para Migraciones (OIM). Juan Artola, director regional de este organismo, explicó que este trabajo se realiza en América Latina desde 2008 con el objetivo de aportar a las políticas migratorias de los países y brindar recomendaciones a partir de sus necesidades particulares y de la realidad del continente.

El perfil Migratorio Uruguay 2011 proporcionó información sobre las características principales de los movimientos migratorios del país en los últimos años, analizó las políticas migratorias llevadas adelante por el Estado y, a partir de este análisis, brindó una serie de recomendaciones.

Si bien el informe afirma que hubo “notorios avances” en el diseño de políticas tendientes a reducir los costos de la emigración sobre el desarrollo socioeconómico del país, y que se han implementado políticas (como la nueva Ley de Migración, la creación de la Dirección de Asuntos Consulares y Vinculación y de la Oficina de Retorno y Bienvenida en el marco del Ministerio de Relaciones Exteriores) que fortalecen la vinculación, la circulación y el retorno de los emigrados, “existe consenso en señalar que la eficacia de las políticas es aún deficitaria y que queda un largo camino por recorrer”.

A partir de esto, la OIM centró sus recomendaciones en promover la eliminación de trabas burocráticas en la realización de trámites para la (re)insersión en sociedad de los inmigrantes y retornados (este es reconocido como uno de los problemas más grandes con los que se encuentran), promover acciones de promoción de los derechos de los inmigrantes y retornados para mitigar la desigualdad en que se encuentran (por discriminación, exclusión y xenofobia), promover la creación de una unidad de asuntos sociales de la migración, promover la reactivación de la discusión sobre el derecho a voto por parte de los uruguayos residentes en el exterior (“facilitaría la vinculación de los emigrados con el país y el registro estadístico de estos”) y promover el relevamiento sistemático de las demandas y necesidades de los emigrados.

De esta manera, la OIM recomendó al Estado uruguayo, por ejemplo, elaborar un sistema de información para facilitar la obtención de los antecedentes penales de los inmigrantes que realizan la solicitud de residencia (esta información es un requisito indispensable para el trámite) y la llegada de becarios y de capacitación con el propósito de fortalecer las capacidades de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) y de la oficina de bienvenida y retorno del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Por otra parte, el informe sugiere también mejorar los mecanismos de obtención de estadísticas sobre las migraciones que tiene el país. Así, expresa que “es preciso tender a desarrollar fuentes alternativas a las tradicionales (censos y encuestas a hogares), principalmente en lo que respecta a los registros administrativos” y que una condición necesaria para ello es “fortalecer cuantitativa y cualitativamente la estructura de recursos humanos de instituciones estatales dedicadas a la elaboración de estadísticas migratorias”.

Respecto a las características de los movimientos migratorios del país, el informe señala que hasta mediados del siglo XX Uruguay fue un país con saldos migratorios positivos, pero que en la segunda mitad del siglo (debido a la crisis económica, social y política que desembocó en el golpe de Estado de 1973) así como en 1982 y en 2002 (debido a las crisis económicas) el saldo migratorio fue negativo.

En años recientes, conjuntamente con un crecimiento económico importante acompañado por una tasa de desempleo muy baja (5,4% en febrero de 2011) comienzan a observarse indicios de un aumento de la inmigración y una aceleración del retorno de emigrantes uruguayos (proceso ya apreciado en el lustro 1985-1989 con la recuperación democrática). No obstante, estas tendencias son recientes y no es posible determinar aún en qué medida este proceso habrá de consolidarse en el futuro, señala el informe.

Históricamente el principal país de destino de la emigración uruguaya fue Argentina. Sin embargo, a partir de la oleada emigratoria de 2002, y según la Encuesta Nacional de Hogares Ampliada (ENHA) 2006, se observa que Estados Unidos y España concentraron casi el 70% de las opciones migratorias de los emigrantes recientes. De todas maneras, en la actualidad Argentina y España son los países que más acumulan población nacida en Uruguay.

Respecto al perfil demográfico y socioeconómico de los migrantes, el informe cuenta que según los censos de 1980, 1990 y 2000 la emigración desde Uruguay fue más bien joven con predominio de hombres. Respecto a los años recientes, la ENHA 2006 indica que el 55% de los emigrantes salidos entre 2000 y 2006 tenían entre 20 y 30 años, y que también predominaban los hombres.

Por otra parte, la OIM sostiene que la pérdida de recursos humanos calificados ocasionada por la emigración se compensa parcialmente si se observa el perfil de los inmigrantes recientes: la población extranjera que llegó en la última década tiene en promedio un nivel educativo (y económico) muy superior al de los nacidos en el país.

Algo similar sucede respecto a las edades: aunque históricamente la pirámide de edades de los inmigrantes muestra una población envejecida, en la última década Uruguay recibió predominantemente a jóvenes en edades económicamente activas y a una cantidad significativa de niños (la mayoría nacidos en el exterior, hijos de emigrantes que han retornado al país.

Respecto al perfil de los migrantes que regresan, es similar al de los emigrantes: hombres de nivel educativo alto, y aunque de edades económicamente activas, tienen, como es de prever, mayor edad promedio que los emigrantes (dado que cuando regresan tienen más años que cuando se fueron). Un tercio de los retornantes integra el quintil más rico de la distribución del ingreso, y esta proporción disminuye a 12% en el quintil más pobre. Además, mientras que en décadas pasadas la mayoría de los retornados venía de Argentina, a partir de 2000 se distribuyen en proporciones similares entre procedentes de Argentina, Estados Unidos y España.

Un dato llamativo que presenta el informe es el que refiere a refugiados: según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hay un total de 209 residiendo en Uruguay. De estos 209, 168 son refugiados propiamente y 41 solicitantes de asilo. Por otro lado, hay un total de 250 uruguayos refugiados residiendo en otros países. De estos 250, 188 son refugiados propiamente dichos y 62 son solicitantes de asilo. En cuanto a la edad, casi 3 de 4 tienen entre 18 y 59 años y un 18% tienen menos de 18 años. En relación al sexo de los refugiados, son en su mayoría varones (65%).

Durante la presentación de este informe, a principios del mes de marzo, el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro, se expresó respecto a las recomendaciones de la OIM y sostuvo que el Gobierno considera esencial integrar la perspectiva de derechos humanos en las políticas migratorias, en especial en la coyuntura internacional de crisis financiera, económica y socio-política, porque los migrantes son quienes constituyen parte de la población más vulnerable.

Eduardo Brenta, ministro de Trabajo y Seguridad Social, afirmó por su parte que los desafíos que plantea el informe van en sintonía con la política de trabajo y seguridad social que promueve el Gobierno, y reconoció la necesidad de facilitar los procesos de reinserción, sobre todo en el mercado de trabajo. En este sentido, sostuvo que su ministerio apuesta a jugar un rol activo en la intermediación laboral y a brindar opciones laborales y de capacitación que incluyan a estos colectivos entre la población beneficiaria de las políticas sociales.

El subdirector de OPP, Jerónimo Rocca, manifestó preocupación por el bajo crecimiento de la población que arrojan los escenarios demográficos con miras al 2050. Planteó que para 2019 habrá más personas mayores de 60 años respecto a los niños de 0 a 14 años y que en 2050 los mayores de 60 años serán casi un millón de personas, de los que un tercio superará los 80 años.

Rocca planteó que ante este escenario es fundamental invertir en capital humano, en políticas de atención a la primera infancia y een stímulos para que la población joven y económicamente activa no emigre. Aseguró que si se van a promover políticas activas de inmigración extranjera se debe cultivar un sentimiento de convivencia y respeto por las diferencias, y esto, consideró, se presenta como uno de los mayores problemas de las colectividades en el mundo.

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