¿Cómo podría esta medida concreta y única ser la solución para una enfermedad compleja, crónica, multicausal y difícil de combatir? Si la solución estuviera en eliminar alimentos de la venta, la lista sería mucho más grande y el que no los consiguiera en un restaurante los compraría en el supermercado.
Es una buena oportunidad para aprender de los errores ajenos, la obesidad es epidemia desde 1997 y en 2012 no son suficientes ni eficientes las propuestas para revertirla. Todos estamos de acuerdo sobre la importancia de educar en la infancia y respecto a cómo lo aprendido condiciona preferencias y elecciones.
¿Y si se incluyera el tema en forma transversal a través de toda la currícula escolar? ¿Y si las acciones de educación y promoción de salud, públicas y privadas, a veces juzgadas como meramente ¨marketineras¨ se juntaran en un único programa, obligatorio, fuerte y multidisciplinario? ¿Será utópico pensar que los esfuerzos se pueden optimizar poniendo cabeza y recursos en el marco de la educación formal de las futuras generaciones adultas para que salgan de este círculo vicioso?
Quiero creer que se podría implementar, educar, educar y educar a los más chicos, informar y motivar a los adultos, regular la oferta de alimentos en las escuelas y universidades, todo eso antes de prohibir arbitrariamente un alimento o bebida que por sí solo no hace al total del asunto.
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