Daniel Hendler en su momento de mayor éxito y exposición

Graduados es el programa más visto en Argentina y uno de los de mayor audiencia en Uruguay. Es la primera vez que el uruguayo Daniel Hendler encabeza una ficción de este tipo y en No toquen nada habló de los cambios que trae. “He intentado ir al zoológico y uno es un monito más”, afirmó. También debe convivir con fotógrafos que hacen guardia para seguirlo. “Es la parte complicada”, señaló.

Actualizado: 19 de agosto de 2012 —  Por: Redacción 180

Daniel Hendler en su momento de mayor éxito y exposición

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Entrevista de Joel Rosenberg y Miguel Ángel Dobrich con Daniel Hender, emitida en No toquen nada, de Océano FM.

Joel Rosenberg: Daniel, ¿cómo es el ritmo de grabación?

Daniel Hendler: Es diario, son diez horas por día más el tiempo de preparación. Pueden ser once. El tema es que como estamos a dos días del aire, se le dice eso a estar grabando lo que sale dentro de dos días, no podemos enfermarnos y no se puede perder un minuto. Eso también condiciona un poco los guiones, porque meses anteriores, semanas anteriores, de repente había un capítulo que se grababa distintos días porque se hacía toda una locación en un día, toda una locación en otro. Ya no tenemos esa posibilidad, entonces estamos haciendo un capítulo por día.

Miguel Ángel Dobrich: ¿Cuánto margen tenés para componer a tu personaje y cuánto para probar y errar, en este contexto de estar batallando contra el tiempo?

Eso es un proceso de diálogo con los guionistas. Justo ayer en la fiesta por los 100 programas me los encontré, no los veía hacía tiempo. Antes nos reuníamos cada tanto para ver por dónde iba a ir el personaje, y ahora como que se establece un diálogo donde ellos van proponiendo a través del guión, los actores reaccionamos, procesamos y entregamos. Entonces ellos también van sintiendo por dónde va, qué asimila mejor el actor o el personaje. Se va dando un proceso dinámico. Te diría que al principio había ideas sobre los personajes, uno toma partido y decía "voy por acá", después lo vas naturalizando. Creo que ahora es al revés, de repente más que seguir componiendo, a veces tengo que acordarme de no perder ciertas cosas del personaje en la vorágine. De hecho, mi hermano, a veces me recuerda: "Che, no te olvides de la parte zarpada de Andy". O la asistente de vestuario me avisa. De repente te vas olvidando alguna cosa.

Joel Rosenberg: En alguno de los correos preparando la nota me decías que graban mucho en la calle y que ahí pueden ver uno de los primeros impactos que hay, más allá del rating. Me comentabas que Nancy Duplaá tiene una respuesta muy especial de la gente también, ¿no?

Sí, Nancy es muy querida. Ahora cuando grabamos en exteriores se vuelve medio difícil y hay tipos de seguridad para poder grabar, eso es medio raro. En las primeras semanas sí se notaba mucho eso, la gente que se baja de los autos por Nancy, que la siguen desde hace mucho. Sí, es muy querida.

¿Y qué pasa contigo? ¿Qué pasa con tu vida? Hace muchos años que estás en Argentina y que actuás en películas, tuviste un Oso de plata en 2004, en Berlín, por El abrazo partido. ¿Cómo se compara el cine con el éxito de una tira diaria con mucho rating y muy popular?

La verdad que es nuevo todo lo que pasa con esto. No solo por el nivel de audiencia de esta tira sino por el hecho de que es una tira, es la primera vez que yo estoy protagonizando o fijo en una tira, porque he estado de invitado alguna vez, y eso creo que desde que hice una publicidad hace mucho tiempo...

Walter, de Telefónica.

Exacto. Desde entonces no me pasaba que me llamen por el nombre del personaje en la calle. De repente a veces cada tanto por el nombre de algún personaje de película pero más como un chiste, pero acá de golpe se me acerca gente a hablarme como al personaje. Hay gente que me dice: "Andy, ¿te puedo pedir una cosita?"

¿Cómo lo manejás? Porque vos tenés un perfil bajo. Vos no das notas para hablar de tu vida privada pero he visto alguna foto publicada contigo jugando con tu hija. Te convertiste en un personaje popular y me imagino que te cuesta ir a los centros comerciales, estar con tu familia en lugares públicos. ¿Cómo lo has vivido?

Todavía lo estoy viviendo porque falta medio año para que termine esto. No es que me vaya a retirar después, pero un poquito descansar seguro que sí, el año que viene al menos televisión no voy a hacer. Es como que, por un lado está bárbara la experiencia y me siento agradecido y privilegiado de poder hacer esto también con la libertad que nos están dando, el buen clima de trabajo y que responda el público. Está bravo eso, sobre todo teniendo hijos, de repente a veces sí es bravo eso que me pasó con esa revista que me estuvieron haciendo guardia dos semanas, un término que conocí ahora, había fotógrafos ala vuelta de casa. Yo no me enteré pero de repente salía a pasear y me encuentro que salen en la revista esas fotos de paseos que hice. No es tan agradable esa parte. También he intentado ir al zoológico y uno es un monito más, por el tema de las fotos. Para el que te encuentra y te ve en la tele todos los días, es un momento especial, porque se encuentra con alguien que lo acompaña a diario, y te pide que lo entiendas. Al mismo tiempo uno que quiso salir un rato con los nenes… Es la parte complicada.

Hay un comentario que hace la gente que ve Graduados y me llama la atención. Dicen que se puede ver con los niños. ¿Eso se cuida especialmente en los guiones?

Eso fue un volantazo de último momento que dio el canal porque este programa iba a ir más tarde y era un poquito más sacado en algunas cosas. Quedó algo de eso todavía, en algunos personajes, sobre todo el de Tuca, o cuestiones donde de repente llama la atención lo alcohólicos que son los personajes o que fuman porro. Son cosas que quedaron del horario anterior. Igual creo que fue tomado con naturalidad y siguió por esa línea. Por ejemplo, malas palabras al principio decíamos más y después empezamos a bajar un poquito.

¿Pero se sienten cómodos en eso?

Te vas acostumbrando. Al principio cuesta y embola también. Tener que cambiar el criterio. El personaje hablaba de una manera y de repente ya no se pueden decir cosas como "hijo de puta" o cosas que uno dice habitualmente.

Miguel Ángel Dobrich: El rating, ya que miden todo, ¿afecta el argumento? ¿Se descartan subtramas que miden mal y se hace foco en las que prenden en la audiencia?

Eso es difícil porque la duración de las escenas no permite creo medir con exactitud con qué historia sube o baja más el rating. Me parece que son tendencias. Es muy difícil para los productores ver qué historia exactamente, porque son tendencias muy generales. He escuchado que tal cosa mide bien y tal cosa mide mal, pero como acá ha andado todo bastante bien desde el inicio, por suerte no hubo manotazos de ahogado. Más bien se ha seguido con la idea original.

¿Y cómo seguís vos esto del rating? ¿Te hacés tatuajes para ir destronando a Tinelli? ¿Cómo lo manejás en la vida?

Ya lo destronamos, ya está… (risas) De hecho, en Uruguay, Tinelli creo que le gana a Graduados.

No compite mucho igual. Ustedes van nueve y media y Tinelli empieza entre diez y media y once, en general.

Bueno, acá en realidad parece ser que lo más visto es Graduados. Pero con resentimiento lo digo, uruguayo resentido.

Le ganan los otros productos de Tinelli acá. Los que tienen menos rating allá incluso. Así que es peor la situación si la querés comparar.

Sinceramente el productor nos manda por mensajecitos de texto: "Hoy hicimos 24.8, 26.2", entonces uno se termina enganchando, pero el tema es que se mantenga al aire el programa y que vaya bien. Cuando un programa se mantiene al aire, quiere decir que funciona, que vende la pauta, etcétera. Y después hay veces que es ridículo el tema de que si le sacás dos décimas al otro programa, ganaste, y en realidad estás hablando de que a uno lo ve cinco millones de personas y al otro 4.950.000. Es absurdo, y además las mediciones son relativas. Entonces el tema es que va bien y eso se siente.

Acá hay un mensaje que dice: "Allá será Andy, pero acá va a ser eternamente el Leche, de 24 Watts".

En momentos así obviamente se agradece cuando en la calle alguien te dice "Leche" o te llama por nombres de otros personajes. La verdad que más allá de la cantidad de gente que la vio, 25 Watts fue importante.

En la tira interpretás a un paseador de perros. ¿Vos tenés perro?

Tengo perra. No aprendí mucho en realidad, porque hay un paseador muy bueno, Ruben, que tiene una manada que camina solita y es muy fácil. Cuando no va él por horarios, y llevan perros de criadero, ahí se complica y tengo que tironearlos. Pongo cara de relajado pero tenemos problemas ahí, la cámara trata de no mostrar mucho. Se van para cualquier lado.

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