"Decir que la vacuna del HPV previene cáncer no es verdad"

Giselle Tomaaso, ginecobstetra y asesora técnica del MSP, habló con No toquen nada sobre el cáncer de cuello de útero y del uso de la vacuna contra el virus HPV como método de prevención. La médica sostiene que, en base a la evidencia actual, no es recomendable administrar la vacuna y agregó que si las mujeres se hicieran el Papanicolaou, este tipo de cáncer se reduciría a niveles insignificantes.

Actualizado: 22 de agosto de 2012 —  Por: Redacción 180

"Decir que la vacuna del HPV previene cáncer no es verdad"

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Giselle Tomasso fue asesora técnica del Ministerio de Salud Pública en este tema, en el que trabaja desde hace dos años, junto a un otros profesionales. Es ginecobstetra, se dedica a niños y adolescentes, y tiene una maestría en práctica de la efectividad clínica de la Universidad de Buenos Aires. También es directora de la Unidad Clínica y Epidemiológica de Montevideo.

Tomasso dijo en No toquen nada que antes de introducir un medicamento o una vacuna, el médico tiene que estar convencido de que no es riesgosa y que va a ser un beneficio para todas las personas que se lo aplican.

En el caso de la vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV, por su sigla en inglés), Tomasso dijo que su eficacia está probada para prevenir infecciones por HPV 16 y 18, que son las que más se vinculan al cáncer. Si se dan las tres dosis, esto pasa en más del 90% de los casos. Si no, la efectividad se reduce a la mitad.

Sin embargo, la doctora dijo que no se sabe si esta vacuna previene el cáncer de cuello. "El argumento a favor de la vacuna es que previene las lesiones y seguramente prevenga el cáncer, pero en medicina no todo se resuelve por propiedades transitivas. Decir hoy que la vacuna del HPV previene cáncer no es verdad. Puede ser probable, pero no es seguro. En otras intervenciones en salud hemos presumido esto, como pasó con los antiarrítmicos, que pensamos que prevenían las muertes por infarto. Los dimos y la gente se moría más. No siempre en medicina dos más dos es cuatro", señaló.

Tomasso sostuvo que si se toma en cuenta esto y la evidencia que hay sobre los efectos secundarios graves, como muerte súbita, convulsiones, enfermedades neurológicas y trombosis, no es recomendable dar la vacuna.

La médica trabaja en ginecología de niñas y adolescentes. Según contó, los padres llegan "angustiados" a la consulta por "la politización que se generó alrededor del tema". "Los padres no le dan la vacuna a sus hijas cuando se les explica que si la niña se hace el Papanicolaou (PAP) se pueden detectar a tiempo las lesiones precursoras y se las puede tratar sin llegar a un cáncer. Además, con eso se evita un evento adverso, excepcional, que puede ser muerte o convulsiones por el uso de la vacuna. Ahora, si les dicen que se vacune y sin explicar, se vacunan", señaló.

"El beneficio de la vacuna es mínimo si las mujeres se hacen el PAP"

La doctora Tomasso dijo que el cáncer de cuello es prevenible si la mujer se hace regularmente el PAP. "Es una intervención sencilla e inocua, que detecta lesiones precursoras del cáncer. Si las mujeres nos hacemos el PAP como corresponde, el cáncer de cuello caería a niveles insignificantes", afirmó.

La médica explicó que el PAP se debe realizar una vez que la mujer inicia su vida sexual y se debe repetir durante los dos años siguientes. Si esos tres consecutivos son negativos, debería hacerse cada tres años.

El 70% de los casos de cáncer de cuello se asocia con el HPV, pero el resto no tiene relación con el virus. Por eso, Tomasso explicó que las mujeres tienen que hacerse el PAP, a pesar de que reciban la vacuna. "Si una personas se hace el PAP, el beneficio de la vacuna es menor y el riesgo sigue siendo alto", señaló.

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