"El matrimonio es una institución muy delicada, muy arraigada que por más que esté atravesando un momento de cuestionamientos, hay que defender como institución y como vínculo estable entre un varón y una mujer, capaces de generar vida", dijo monseñor Pablo Galimberti, obispo del departamento de Salto.
Llamarle "matrimonio a esta alternativa entre las personas homosexuales, atendible y a la que me refiero con todo respeto, parecería que tiene una cuota de engaño al llamarle con la misma palabra a dos cosas que son diferentes", sostuvo.
El próximo martes, el Senado tratará un proyecto de ley que considera que "el matrimonio es la unión permanente entre dos personas de igual o distinto sexo".
El texto fue aprobado en diciembre de 2012 en la Cámara de Diputados con apoyo de todos los diputados de la izquierda gobernante y gran parte de la oposición.
Sin embargo, el Senado lo aprobaría con modificaciones, por lo que debería volver a Diputados para su ratificación.
"Demos a las parejas de varón y mujer los derechos que les corresponden entre ellos de llamarse matrimonio y demos a las uniones homosexuales un nombre distinto", agregó el obispo.
Para Galimberti, "leyes que tocan a la familia no deberían ser discutidas en las internas del Palacio Legislativo, ya que tocan a todos los uruguayos", y resaltó la respuesta de cientos de miles de personas que se manifestaron recientemente en París para pedir el rechazo al proyecto de ley que abre la vía al matrimonio y la adopción por parte de parejas homosexuales.
Los cuestionamientos de la Iglesia Católica en Uruguay se producen en simultáneo a una audiencia en la que la Corte Suprema de Estados Unidos examina si el matrimonio es una unión reservada únicamente a un hombre y una mujer o también incluye a las parejas homosexuales.
El lunes, un día antes de que el Senado trate el proyecto, organizaciones sociales y religiosas marcharán en rechazo a su probable aprobación.