Senado aprobó el matrimonio igualitario

El Senado dio media sanción este martes al proyecto de ley que habilita el matrimonio igualitario, con 23 votos a favor en 31 presentes. El texto contó con el apoyo de todo el Frente Amplio. Las bancadas colorada y nacionalista votaron divididas. Ahora el proyecto debe volver a la Cámara de Diputados.

Actualizado: 03 de abril de 2013 —  Por: Redacción 180

Senado aprobó el matrimonio igualitario

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Los senadores que no acompañaron el proyecto fueron los nacionalistas Sergio Abreu, Eber Da Rosa, Carlos Moreira, Francisco Gallinal, Analía Piñeyrúa (suplente de Luis Alberto Lacalle), Jorge Saravia y Juan Chiruchi, además del colorado Alfredo Solari.

El colorado Ruben Rodríguez (suplente de Pedro Bordaberry) votó a favor junto a su compañero de bancada Ope Pasquet. También los hicieron Tabaré Viera y José Amorín Batlle de Proba. Los senadores blancos que también votaron afirmativamente, junto a toda la bancada del Frente Amplio, fueron Jorge Larrañaga, Luis Alberto Heber y Gustavo Penadés.

El texto vuelve a la Cámara de Diputados porque los senadores le introdujeron modificaciones al que fue aprobado por los representantes en 2012. La Cámara Baja terminaría de aprobar la ley la próxima semana.

Durante el debate, el miembro informante del oficialismo fue el senador Rafael Michelini. El legislador destacó durante su exposición el trabajo de la organización Ovejas Negras en el camino a la aprobación del matrimonio igualitario. La ONG defensora de los derechos de gays, lesbianas y transexuales no solo impulsó el proyecto sino que Michelle Suárez, una de sus integrantes, fue su redactora principal.

Michelini dijo que Ovejas Negras “tiene todo el reconocimiento”. Recordó que en un comienzo estaban solos e incomprendidos pero dieron los primeros pasos.

“No hay duda de que cuando una causa es justa, si se le agrega la inteligencia, capacidad y una vez comprendido esto, una vez que el conjunto de la sociedad entendió la injusticia de la discriminación, de las dificultades, de lo que padecían, y de la propia bronca que ellos sentían, y abrió su cabeza para decir que había que ir por ahí, que había que legislar, una vez que construyeron los aliados y hubo un diálogo, no nos miramos de costado y empezamos a entendernos, en ese momento se abrió el camino”, dijo el senador.

Como se sabía, ninguno de los legisladores colorados y blancos acompañó los artículos que referían a la adopción y reproducción asistida. Ese fue el capítulo más polémico de la ley que elimina la distinciones de género al definir a los integrantes de un matrimonio y reglamenta los acuerdos necesarios para que un hijo producto de la adopción o la inseminación sea reconocido legalmente.

El texto aprobado sostiene que "el matrimonio civil es la unión permanente, con arreglo a la ley, de dos personas de distinto o igual sexo" y modifica varias normas del Código Civil para igualar el matrimonio entre heterosexuales con el que contraigan personas del mismo sexo. Además incluye la opción de elegir el orden en que se le darán los apellidos al niño, también en el caso de las parejas heterosexuales.

Reservas en las cuestiones de filiación

El senador Larrañaga dijo antes del debate que tenía “reservas en lo que tiene que ver con la cuestión de la familia, de los hijos, de ese matrimonio. Creemos que el país se debe todavía una discusión y complementar la materia de reproducción asistida, de fecundación in vitro, de compatibilización del derecho internacional privado, entre otras tareas”.

Por su parte, el senador Jorge Saravia, también del Partido Nacional, consideró que en general casi todos los legisladores están de acuerdo con el proyecto, excepto aquellos que tienen reparos filosóficos o religiosos. “Lo que nos genera muchas dudas es el tema de las adopciones, de la reproducción asistida, que es la clave que tiene que ver con la identidad del menor en el futuro. La clave de la discusión está en el vacío legal”, consideró.

Para Michelin esa es una “consecuencia” del texto que se aprobó este martes en el Senado. “Hay una consecuencia después de esto que es todo el tema filiatorio y de adopción. Nosotros pensamos, hasta que se demuestre lo contrario, que los hijos de cualquier matrimonio en la medida en que reciban amor y sean contenidos por sus padres, independientemente de la religión, raza o sexo que tengan, van a ser hijos que se van a abrir camino”, señaló.

Una de las intervenciones más críticas respecto al proyecto fue la del senador Gallinal. El legislador blanco preguntó: “¿cuál es el límite para llamarlo igualitario? ¿Es este? ¿Termina acá? ¿Y si mañana viene un sector de la sociedad y pide que exista la posibilidad de un matrimonio de más de dos personas? Entonces este ya no es igualitario”, respondió.

El legislador blanco está de acuerdo con que exista una institución que consagre la unión entre personas del mismo sexo pero no con que se denomine “matrimonio igualitario”. Por eso no acompañará el texto. “En realidad el nuevo matrimonio no es igualitario, no es inclusivo, es excluyente”, afirmó.

Hegel, la maravilla de la creación y Vaz Ferreira

La senadora del Frente Amplio Constanza Moreira dijo que “la índole de los rechazos al proyecto" durante todo el debate parlamento se puede catalogar en tres tipos de argumentos: el de la naturaleza, el de la normalidad, y el de la inutilidad de la norma.

Al desarrollar la oposición que refería a la naturaleza afirmó que lo que se sostiene es que lo natural es que la mujer sea madre y las relaciones heterosexuales. Sin embargo, afirmó que “desde que se ha creado la sociedad humana no hay naturaleza, hay cultura. Y no hay nada más falto de naturaleza que las leyes y las normas que son como la superestructura de esa cultura", afirmó.

La senadora dijo que "las leyes se oponen a la naturaleza. La ley del ‘no matarás’ se opone a la cadena trófica de los animales. Las leyes se oponen a la naturaleza y esto lo sabían los griegos que separaban claramente la convención de la naturaleza. Y en la convención entraban la política y la ley. Vivimos, diría Hegel, en una segunda naturaleza que es la que hemos creado. Esta segunda naturaleza, que es la cultura, va cambiando y con ella las normas, los roles y las creencias”, concluyó.

El expresidente y senador blanco, Luis Alberto Lacalle, fundamentó en contra del proyecto pero no se quedó a la votación. Y en su oposición habló de la diversidad, la “maravilla de la creación”.

Para el ex presidente no había que referirse asuntos religiosos ya que Uruguay es un país laico. “Hemos razonado desde el punto de vista jurídico”, dijo. Así, afirmó, “al aprobar esta ley se desvaloriza, se vacía el concepto de matrimonio”.

“La igualdad entre hombre y mujer se manifiesta en la diversidad que es distinta de la desigualdad. Y la diversidad es la magnífica obra de la creación, de haber diferenciado esos opuestos que juntándose realizan el milagro de la familia y de la procreación. Esa es la maravilla de esa diferencia que no es desigualdad. Desigualdad es un término jurídico, la diferencia es biológica”, afirmó.

Para apoyar el proyecto, el senador colorado Ope Pasquet recurrió al filósofo uruguayo Carlos Vaz Ferreira y su “confianza en las soluciones de libertad”.

Pasquet citó Moral para intelectuales, de Vaz Ferreira. “Cuando en un problema de la vida actual se presenten dos soluciones, una de opresión, de prohibición, de imposición, y otra de libertad, tiendan a tener confianza en la última”, leyó el senador colorado.

Y continuó: “si oyen discutir, por ejemplo, sobre el divorcio y se emiten argumentos buenos a favor y otros fundan argumentos buenos en contra, y se argumenta hasta el infinito y todos parecen tener razón y no saben ustedes qué opinar ni qué decidir, díganse que este es un problema de la misma fórmula y que posiblemente los que prevén como consecuencia del ejercicio de una libertad cualquiera, grandes males y desórdenes sociales, serán víctimas del mismo engaño de siempre y desmentidos como siempre una vez que la libertad se otorgue. Confianza en las soluciones de libertad y en las soluciones de piedad”, finalizó.

Texto aprobado por los senadores